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Valparaíso desde los colores de Lobsang Durney

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 16.12.2013

– Lobsang, ¿por qué Valparaíso es central en tus obras?

 Todos mis cuadros han sido más o menos de Valpo, inspirándome en Valpo, que igual es una ciudad súper inspiradora porque pasan muchas cosas en pequeños momentos. Recorrís, pasa un perro, al escalera, los rayados, casas que están  pa la caga, otras restauradas, una cuestión que sube otra cuestión que baja, un frio, un viento. Está lleno de interacciones.

Lobsang Durney

Lobsang Durney

 – ¿Desde dónde miras Valparaíso, conjugando tus ideas con tu biografía?

Mira, han ocurrido tres hitos en mi vida que hacen que guste Valpo. De partida mi viejo era pintor y me llevó un par de veces, a lo mejor fue una y me quedó tan grabado. Fue cuando tenía ocho o siete. Fue a pintar Valpo y yo estuve ahí todo el rato mirándolo, típico cabro chico que juega por todos lados. Eso para mí que no salía nunca, weón, era bacán, cachai. Después, arquitectura. Ahí te obligan a ir a «croquear» a Valpo, te tratan de enseñar la mezcla de la palabra con la poesía, escribir algo que estay viendo, una observación: no sé, un pasaje en fuga se ve más proyectado hacia el horizonte, algo que puede ser cháchara pero es también algo real. Te va haciendo más consciente de la ciudad, de dónde estay parao. Y lo tercero es que me fui a vivir allá de frentón, ocho años en total.

 – Estudiaste ahí…

Claro, Santa María, Cerro Placeres po, weón, entonces yo pasé, como la canción: «del Cerro Los Placeres, yo me pasé al Barón», no. Yo me fui al Alegre y después al Artillería, cachai. Del Placeres, al Alegre y después al Artillería, imagínate la mística. Todo es poético, el Cerro Mariposa, los mismos animales. Todo lo podemos ver desde esa mirada.

 – Después de vivir ocho años ahí, ¿tienes alguna forma de definir la ciudad y a sus habitantes?

 Sí. A ver, es que uno podría caer en definiciones medias pretenciosas o tal vez medias burdas. Es difícil porque justamente lo que hace a Valpo es lo indecible, al revés, porque Santiago es una ciudad fome, máquina. Cualquier ciudad del norte o sur tiene sus características medias empaquetás, cachai. En el sur el verde de sus bosques, los araucanos; en el norte Calama, el minero; Valpo, el puerto que pasó por muchas tragedias pero a la vez fue una de las ciudades más modernas del mundo en su momento, principios del 1900. Tenía trenes, llegaban los barcos, las casas cómo se colgaban, era todo pulento. Después el abandono. Se nota que está más vivo sí, aunque es difícil definirlo…una ciudad aperrá. Una ciudad cerda alegre.

 – ¿Sabes lo que está pasando con las inmobiliarias, los incendios, el mall? 

Por eso mismo por un lado me siento bien de no estar en Valpo, porque todos los días te encontrai con alguna cagá o algún daño que le están haciendo. Uno tiene cierto amor por el lugar, porque ese amor es en base a cosas que uno no quiere que las toquen, que no las alteren. La vista al mar, esa arquitectura media homogénea. Hoy la están convirtiendo en una ciudad con vista al mall y un mall con vista al mar. Como decía el Gitano Rodríguez: cada casa es dueña de un pedazo de mar, no sé si fue él, pero con cada weá que hacen les están arrebatando ese terreno. Va en desmedro de la calidad de vida y la gente se siente mal po weón, no cuida y la ciudad termina siendo una cuestión que no es tuya, ni mía ,de nadie, que hagan lo que quieran. Gobierna el que manda, el billete, sin criterio.

"El Bicicristo" / durney.cl

«El Bicicristo» / durney.cl

 – ¿Se cuida el patrimonio y la historia de Valparaíso?

No, yo creo que están mal plateadas las cosas. Se generó un casco histórico, un sector que es intocable y todo lo demás vale callampa, cuando en realidad Valpo es todo un anfiteatro desde Portales hasta Playa Ancha, desde el plan hasta la cárcel, hasta Curauma, aunque es muy extraño el fenómeno de Curauma pero Valpo es todo. Y tenemos autoridades a gran escala no hacen nada.

– ¿A quién le atribuyes responsabilidad del abandono y el descuido, de lo que pasa con las empresas inmobiliarias?

A veces la misma gente tiene la culpa, pero ¿qué gente? La que está ahora heredó la ciudad, una ciudad que no ha sabido entender. Todo es un problema concatenado porque también ha habido mala educación, no se le enseña a la gente el porqué es patrimonial. «Porque es antigua», pero no entienden que hay unas molduras que vienen de tal estilo, cachai, una columna que es media jónica, cosas hechas con pino Oregón que trajeron de allá mismo. A todos los porteños les hace falta un gran city tour al estilo Sánchez para que entiendan por qué se cuida la weá y por qué es bacán Valpo. Creo que si juntai la idea de la ignorancia con autoridades totalmente poco representativas, por un sistema político, económico, como que todo confabula mal a veces. Ahora no siempre hay que ver el vaso medio vacío, igual está el Edificio Cousiño, por decirte algo, el Edificio Cousiño, el Edificio Cousiño – risas -.

– La inversión también está orientada más al turismo europeo y gringo…

 Eso es lo otro, como hay una visión cortoplacista los gringos igual la pasan bien, igual wevean, cachai. Entienden Valpo no con ese pasado donde en algún momento fue el clímax, en su momento justo, antes del Canal de Panamá parece. Todo lo demás fue destruyéndose, haciéndose mierda. Yo trato con los cuadros no hacerme tantos cachos de eso sino que al contrario, agarrar ese espíritu poético flotante, subconsciente colectivo, de fantasía, tratar de hacer una weá así, que signifique algo puntual: el trole, el avión, el ascensor, el caballo, algo que sea digerible también pero el términos de poder abrir la puerta para que la cosa se vaya entendiendo. No esa cosa críptica, o pintura cliché, porque hay pintura muy cliché de Valpo.

 – Con este escenario, ¿cómo ves el futuro desde expresiones como la tuya, que sirven de testimonio?

Primero que todo se vaya mejorando desde los polos, que parta por uno mismo. Hay un polo muy político que tiene que ver con leyes, el gobierno, etc., pero hay otro polo muy personal, y a medida que esos dos polos caminen al mismo lado y se junten en un centro donde digamos que estamos en consenso y estamos haciendo bien las cosas. no creo que se avance. Hay que ser positivo, ahora va a salir la Bachelet y puede ser que el Castro atine y se vaya no más ese alcalde que está a favor del mall y los otros locos que están a favor del mall.

 – Del 1 al 7 ¿qué nota le pones a Jorge Castro?

 El loco es súper buena onda, es más atento que el tal Cornejo. Como persona le pondría un 6. Como político, yo creo que típico que todo que sí, vamos a estudiar. Es buen político, ahora como su rol de ser responsable, velar por el bien de la ciudad, ahí un 2.

"Cerdo Cordillera" / durney.cl

«Cerdo Cordillera» / durney.cl

 – Hace poco, Inti intervino los antiguos murales de Bellas Artes y pintó unos bellísimos. En San Miguel se rescató una población entera con el Museo a Cielo Abierto. En ese sentido ¿qué rol tienen trabajos como el tuyo para la sociedad?

Creo que es fundamentalísimo, súper importante. Incluso, yo te diría que no hub tercera guerra mundial gracias al arte, no sé si lo estoy diciendo yo, se me ocurrió a mí o lo leí, creo que lo leí -risas-. Al hacer una sola película masiva sobre las consecuencias de la guerra nuclear, películas que te paraban los pelos cuando eras chico, te estoy hablando del año 80, el miedo a que alguien apretara el botón, ese pánico lo pudieron distribuir a través del arte, que es la mejor forma porque a todos les llega, es transversal.

Lo otro es lo social. Siempre el arte está haciendo algo, a pequeña escala el grafiti está haciendo algo, aunque sea un rayado, aunque sea un arte que no llamemos arte, porque la gente se pone a decir: «oye estos tontos ociosos que se ponen a rayar el tren, el Merval, estos simios de dónde salen, por qué hacen esto»..pero es una cosa que puede ser pseudoarte o no, hay algo detrás.

 – Hay intervenciones callejeras, rayados que le cambian el día a las personas

 Exacto. Por ejemplo, en la ciudad: todo, desde que sales a la calle, vas al trabajo, vuelves del trabajo, llegas a tu casa, casi todo lo que has visto con tus ojos, para decirlo bien claro, cumple una función, todo está con un propósito: el paso de cebra, el semáforo, el auto. En cambio el arte te saca de esa pseudo función, te invita a otra área, rompe lo cotidiano. Es como un hoyo negro, algo que absorbe, otra dimensión.

Es como algo distinto, cuando tú ves un paisaje, una nube, se crea algo absolutamente relativo, formas únicas. Una nube no la vas a ver más en tu vida, los momentos no los vas a volver a repetir porque ya son pasado.

 – En el Bicicristo hablas de arquitectura invasiva, de cómo la distribución de la ciudad tiene efectos directos sobre el desarrollo de las personas. Explícame un poco esa reflexión.

 Ahí asalta una duda: cuando estaba haciendo el diseño de un cementerio es si el cementerio lo diseñai para los vivos o para los muertos. ¿Quién está primero, la gente o la ciudad,  la ciudad hizo a la gente o la gente a la ciudad? Yo tiendo a pensar que las ciudades son algo que nos trasciende , nos superan, arman un cuerpo, un semidiós, un personaje omnipresente. Hoy tú eres nada en comparación al tamaño de la ciudad, en cierta medida como que te dominan un poco.

"Cerdo Cárcel"

«Cerdo Cárcel» / durney.cl

 – En Chile sobretodo…

 Claro, es que la ciudad es prostituta como la tenemos ahora, porque se vende al dinero, se transforma y se adapta. Se pone en cuatro, cachai. Esta torre que hizo este loco Paulmann, como que de repente apareció un pico. Como que dentro de la torre hay un gran dedo, y abajo está el resto de la mano de Paulmann. Le está haciendo así a todo Santiago. Es un símbolo de poder. Aunque no lo achacaría solamente a una persona, la ciudad ya está tan grande que cobra un pensamiento propio, actúa. Si cambiamos nuestra manera de pensar, cambia este monstruo gigante que hemos creado.

 – ¿Cómo entiendes el efecto de las expresiones artísticas y de la cultura en ese cambio de pensamiento?

 El efecto de la cultura no debería ser colectivo, es personal. Yo me imagino la palabra cultura y veo un tumulto a veces, gente que está saltando en un espectáculo. Pero al final si te fijai siempre esos tumultos van a ser locales. La cultura es algo mucho más grande que eso. Si me preguntas por organización me sigue sonando a grupos, y creo que la mejor organización es más fantasma, justamente la verdadera cultura, eso que arrastra algo más grande que esa masa. Ese es el miedo de los grandes movimientos sociales que al final se terminan agrupando, parten por causas generales, luego se cierran, forman verdaderas cofradías, después se eligen entre ellos y caen todos los vicios después.

 – ¿De quién es el rostro que sale en el cuadro Cerdo Cordillera?

 Ella es Ivonne Castro. Fue una de las cuatro fallecidas en la explosión de calle Serrano, y como está a los pies del cordillera. Esa vez a mí me tocó ver la explosión, estaba ahí, carreteando, eran como las 9 am del día sábado 2 de febrero parece. Fui a dejar a una amiga al auto y me di la vuelta en calle Papudo, miro hacia la derecha y se ve el gran polvo que sale. Cachai el olor a gas po weón si acá no está Al-Qaeda ni Patria y Libertad. Así que ahí fui al tiro a ver el desastre, era un verdadero atentado terrorista. Ivonne parece que detonó la weá porque prendió un interruptor.

 – Eres de los pocos, si no el único que ha encarcelado a Pinochet de alguna manera. Lo hiciste en el Cerdo Cárcel…

 Y el que me compró ese cuadro es pinochetista, pero es que ya no tenía nada que hacer porque yo le caía bien y estaba comprando varios cerdos. Han habido hartas críticas, los milicos por ejemplo al cuadro del cóndor peleando con el huemul, o al Cerdo O’Higgins donde apareció hasta un carta en El Mercurio po weón.

 – ¿Quisiste transmitir algo en especial con Cerdo Cárcel encerrando a Pinochet?

Nada muy puntual. En el fondo tú a veces tirai un par de rayas y veis que se forma un avión, y te quedan rayas pasadas y del error salen muchas cosas muy particulares. Ahí estaba el espacio, ya pinocho y las cosas van saliendo. Acción, no actividad. El arte no puede ser actividad, tiene que ser acción, así han salido muchas cosas en los cuadros, cosas raras. Aunque en el surrealismo se supone que nada es raro, o relativismo. Todo puede ser, y la pintura es justamente uno de los pocos espacios del mundo real, que podemos tocar, donde está todo lo que no puedes tocar, donde converge todo, un espejo. Como decía George Bernard: los espejos son para verse la cara y el arte para verse el alma.

"Afuera la Razón"

«Afuera la Razón» /durney.cl

 

Para conocer más sobre el trabajo de Lobsang Durney:

www.durney.cl

 

 

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