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El aborto: signo y práctica corporal de la cultura radical de los feminismos

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 14.02.2014

aborto3Un cuerpo es un territorio. Las feministas indígenas hablan de la noción “cuerpo-territorio” como zona de disputa [1]. Este es un lugar de lucha porque para las feministas nuestros cuerpos, los de hombres y mujeres, trans, bi, raros y raras, han sido históricamente zonas de colonización, construidos desde lugares hetero-patriarcales, androcéntricos, rebalsados por mandatos convenientes al sistema sexo-género normativo, ese que sostiene al statu quo y sus ejercicios de poder económico-político capitalista.

A lo largo de nuestra historia cultural, los discursos hegemónicos de la medicina y la salud, la biología, los discursos de la filosofía, de la religión, de la educación formal, del derecho, de los medios de comunicación masivos, del Estado-Nación, han dictaminado y constreñido, -desde múltiples estrategias verbales y no verbales-, nuestras posibles libertades vinculadas con nuestros cuerpos y sexualidades.

La reproducción es un signo que ha sido útil para que estos discursos reguladores, desde sus múltiples aristas hegemónicas y de dominación, hayan signado a las mujeres, las portadoras de útero y por ende reproductoras de la especie humana, como aquellas que sólo pueden llegar a ser existentes-sometidas bajo este lugar de la maternidad construida como naturaleza. Sin embargo, estas zonas de la reproducción se enlazan con el de la producción. Somos las mujeres quienes al parir o al resistirnos a parir entramos a tallar con un sistema capitalista-patriarcal-depredador y voraz en su relación con lo humano planetario.

Nunca nos agotaremos de interrogar el lugar normativo-obligatorio-naturalizado de la maternidad; nunca nos cansaremos de resistir a la idealización de la experiencia materna, como si ella NO estuviera incardinada en cuerpos y subjetividades de mujeres diversas, situadas como ciudadanas de segunda clase, quienes muchas veces la experimentan como una cárcel en medio de la precariedad económica, cultural y afectiva; nunca nos daremos por vencidas ante las políticas sexuales y las políticas de la reproducción normativas que tanto convienen a este sistema androcéntrico-capitalista. Aborto libre, seguro y gratuito ahora.

 

«Nos hemos articulado desde nuestras divergencias y acuerdos comunes. Pero el asunto del aborto es transversal a nuestra discusión. El aborto es una cuestión de clase, pues sabemos dónde y cómo aborta la clase burguesa y como mueren o se encarcela a las pobres, por tanto creemos que el aborto libre, seguro y gratuito es parte de nuestro ser feministas»

Desde el Movimiento por el aborto legal, seguro y gratuito, hemos afirmado:

Nos hemos articulado desde nuestras divergencias y acuerdos comunes. Pero el asunto del aborto es transversal a nuestra discusión. El aborto es una cuestión de clase, pues sabemos dónde y cómo aborta la clase burguesa y como mueren o se encarcela a las pobres, por tanto creemos que el aborto libre, seguro y gratuito es parte de nuestro ser feministas”. [2]

Esta es nuestra revuelta. Somos capaces, desde los posicionamientos múltiples de los feminismos revolucionarios, de tomar las acciones y los  verbos para incidir, invadir lo público, calles plazas, escuelas, espacios resistentes, para poner nuestras imaginaciones en revuelta y alterar el ordenamiento conservador, dominador  hetero-patriarcal.

 

L@s compañer@s  diversas que formamos  parte del Movimiento por el aborto libre, seguro y gratuito, han dicho así su impulso de lucha feminista por el aborto:
Nos rebelamos ante ese poder que se jacta del poder que tiene sobre las mujeres, que se jacta del poder moral y que juzgan a quienes abortan, a quienes desean vivir libremente su sexualidad…” Andrea Parada, Asamblea de Mujeres Revolucionarias de Maipú. [3]

“Durante esos días de agitación, teníamos la sensación de que la marcha sería importante, que nos unía en la diversidad, que las feministas hablábamos de aborto y podíamos generar un movimiento que perdurara en el tiempo, que más allá de este hito teníamos que organizarnos y sumar a más personas. La marcha nunca tuvo permiso, sin embargo, abrimos la Alameda, marchamos todas y todos junt@s hasta la catedral… fuimos miles, exigiendo el derecho a decidir por nuestros cuerpos, al aborto seguro, a nuestros derechos sexuales y reproductivos”. Angie Mendoza, Marcha Mundial de Mujeres. [4]

“La catedral se volvió un gran coro de voces y gritos, una misa que seguía con miedo y cientos de feministas que gritábamos “asesinos” y “pedófilos”.

La catedral se volvió un gran coro de voces y gritos, una misa que seguía con miedo y cientos de feministas que gritábamos “asesinos” y “pedófilos”. Cuando ingresamos yo pensaba que seríamos pocos, que nos echarían luego, pero éramos muchas y muchos adentro, todos cómplices de una ilegalidad, todos cómplices de un momento histórico de desborde social: porque te piden ser ciudadano, pero en Chile nadie entiende y respeta los derechos sexuales y la libertad sexual. Somos ciudadanos de segunda”. Cristeva Cabello, CUDS. [5]

¿Qué violencias son las que realmente importan? Claramente la violencia de la iglesia católica que insiste en opinar, entrometerse y hacer lobby para impedir el avance en los derechos de todas las mujeres del país sean o no católicas. Eso no es violencia; la violencia de un parlamento que se niega a legislar incluso cuando el aborto es necesario por razones médicas (feto inviable, salud de la madre, o violación). Eso no es violencia; la violencia de un estado que reconoce el derecho del que está por nacer, por sobre las vidas de niños, niñas y mujeres empobrecidas debido a la inexistencia de políticas que permitan prevenir y decidir los embarazos en los sectores más pobres de la población. Eso tampoco es violencia”. Julia Rojas, Multiverso, En la punta de la lengua. [6]

marchaPorque somos parte de un feminismo crítico, que no quiere salvar a las mujeres, sino que quiere que ellas se salven a sí mismas de todo lo que no desean para sus vidas: la violencia, un embarazo no deseado, la victimización, entre otros avatares. Este feminismo que no teme decirse feminista y no tiene miedo de enmarcar al aborto como una práctica política que las mujeres (o los sujetos que no se identifican como mujeres pero que tienen útero) realizan  sobre sus propios cuerpos de manera autónoma. Una práctica que desborda la imagen de la víctima con redes de solidaridad, con información, con emancipación, que traspasa el margen de la norma con o sin permiso; ya sea legal o bien se mantenga en la ilegalidad, aquella que tanto les gusta a la iglesia, a los conservadores, y a todo aquel que gane algo con esa mentada ilegalidad”. Julia Rojas, Multiverso, En la punta de la lengua. [7]

 

Por último, señalar que las compañeras feministas de Línea aborto han hecho una labor revolucionaria al entregarnos libertariamente la información para las prácticas abortistas y su labor a través de Línea aborto Chile: el Manual [8]. Ellas señalan:

“Nosotras, Lesbianas y Feministas, hablamos del ejercicio de derechos como una práctica de liberación y deconstrucción de la noción instalada del Derecho, posicionándonos y trabajando al ofrecer herramientas a las mujeres para que tomen sus decisiones informadas y autónomamente. No pretendemos que se nos brinden “derechos” desde el Estado como si fueran beneficios. Somos nosotras quienes apelamos por nuestros espacios y quehaceres y los encarnamos en nuestro trabajo político cotidiano, haciendo una tarea que los gobiernos han ignorado y omitido durante años por su falta de visión e interés por la vida de las mujeres.

Con este Manual queremos contribuir a la vida de nosotras, las mujeres, y si alguna mujer tiene que enfrentarse con las instituciones  por abortos clandestinos, debería estar en condiciones de hacerlo de manera informada.” [9]

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[1] Francesca Gargallo, Feminismos desde Abya Yala. Ideas y proposiciones de las mujeres de 607 pueblos en nuestra América. Disponible en: http://francescagargallo.wordpress.com/

[2] Declaración del Movimiento por el aborto libre seguro y gratuito en el marco de la marcha del 25 de julio del año 2013.

[3] En Luongo, Gilda, “Una revuelta: Movimiento por el aborto libre seguro y gratuito”. Disponible en: http://www.marchamujereschile.cl/una-revuelta-movimiento-por-el-aborto-libre-seguro-y-gratuito/

[4] Ibid.

[5] Ibid

[6] Ibid.

[7] Ibid.

[8] Línea aborto Chile: el Manual. ¿Cómo las mujeres pueden hacerse un aborto con pastillas? Disponible en: http://www.infoabortochile.org

[9] Ibid, p.7

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