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Hospitales Concesionados: los colegios subvencionados de la Salud

Por: admingrs | Publicado: 28.07.2014

lucrosaludLa unión entre empresas privadas y el Estado no es algo nuevo. El ejemplo más claro son las carreteras y autopistas en que aparte de los aportes del Estado, el servicio debe ser financiado por cada persona que hace uso de él pagando un peaje o el “TAG”. En el Transantiago el Estado subvenciona una parte, y la otra la pagan los pasajeros con la “BIP”. En educación, existen los colegios subvencionados y el Estado pasa una parte y los padres pagan el “Copago”.

En todos estos casos existe un negocio de por medio y que ha sido puesto en cuestión tras las movilizaciones sociales que han puesto en duda el lucro presente en los derechos sociales. El modelo de concesiones hospitalarias es algo nuevo, pero su forma de operar plantea una nueva forma de negocio a cuesta de los servicios públicos. Los trabajadores, médicos y pacientes de la salud pública hoy han puesto en duda este método y protagonizan fuertes movilizaciones para que el Gobierno frene las concesiones. En este reportaje, se expresan las claves y dudas que los movimientos sociales plantean ante un posible nuevo caso de lucro.

Un nuevo flanco

El retorno de Michelle Bachelet a la presidencia comprometía una serie de reformas que en palabras de cercanos al Gobierno será de transformaciones. La reforma tributaria, la educacional y el rechazo a la central hidroeléctrica Hidroaysén han marcado la agenda en los primeros meses.

En este contexto, los anuncios dados en salud pública hablaron sobre un aumento en el financiamiento a ciertos medicamentos, impulsados principalmente por la campaña transversal llevada por el periodista fallecido, Ricarte Soto. Incluso, a la ley de medicamentos para enfermedades raras se le llamó con su nombre. Sin embargo, los hospitales concesionados han sido un tema ineludible durante el curso de este año, tanto que han motivado una paralización total de uno de los hospitales más importantes de Santiago, el Hospital Salvador Geriátrico.

El carácter que ha tomado esta movilización dista de los temas que comúnmente mueven a los trabajadores de la salud. El dirigente de la Fenpruss del Hospital Salvador, Raúl Villanueva aseguró que “estamos estigmatizados en que siempre nuestras demandas son respecto a temas salariales o mejoras de ingreso, pero la verdad es que en términos generales nunca habíamos visto tal grado de adhesión a una movilización que tuviese por delante la defensa de un bien, en este caso el derecho a la salud”.

El dirigente señaló que el proyecto del Hospital Salvador “cuesta casi tres veces lo que costaría en condiciones normales un hospital. En cuanto a costo tu podrías construir tres hospitales de la misma envergadura.”

Además, a la movilización de los trabajadores, se sumó el apoyo de los médicos del hospital, una situación poco común y que no sólo ha abierto el conflicto sino que lo sitúa en una algidez no previsible para el actual gobierno. Y ya no solo es un hospital, sino que los trabajadores del Félix Bulnes ya han anunciado escalar sus movilizaciones para frenar la concesión.

Iskia Siches, presidenta del Colegio Médico (Colmed) Regional Santiago, aseguró que “el Colegio en general está a favor de las concesiones, eso lo votó en el año 2010”, sin embargo señaló que a “nosotros como Regional nos corresponde apoyar a nuestros colegiados y ayudarlos porque hay algo que no está tan claro. La evidencia del 2010 hasta la fecha ha cambiado, hay más informes, hay evidencia a nivel internacional que ya no sugieren construir en salud con el modelo de concesiones”.

A la escalada de movilizaciones se suman los dichos de la ministra Helia Molina quién aclaró que se trata de “un hecho de la causa: nosotros no podemos revertir contratos que ya están tomados de razón por la Contraloría. Eso daría a pensar que somos un Estado que no respeta los contratos”.

Además, la Corte de Apelaciones de Santiago rechazó el recurso de protección que fue interpuesto en contra de los ministerios de Obras Públicas y de Salud, por el proceso de licitación del Hospital Félix Bulnes. Ambos antecedentes dificultan aún más una posible salida al actual conflicto.

¿Que son los Hospitales Concesionados?

HOSPITAL-EL-CARMEN“Hacemos hospitales concesionados o no los hacemos”, señaló abiertamente el ex ministro de Salud Jaime Mañalich en la inauguración del primer hospital concesionado, “Dra. Eloisa Díaz” de La Florida. En esa ocasión, la diputada Camila Vallejo y varios dirigentes de la salud reclamaban que las concesiones no eran la mejor vía para construir hospitales. En la misma ocasión, el propio presidente de la República salió al paso y aclaró que las concesiones hospitalarias “no significan privatizar la salud, como dicen algunos majaderos”. Sin embargo muchos opinan lo contrario.

Las concesiones hospitalarias son una idea que se arrastra hace bastante tiempo y que proviene desde el gobiernos de Eduardo Frei Ruiz-Tagle, quien fue la persona que firmó en 1996 la primera ley sobre concesiones del país. Tanto ex ministros como asesores de la época señalaban que las concesiones, en general, eran la única vía para construir infraestructura en el país dada la falta de financiamiento y la gran brecha que dejó la dictadura.

En términos acotados, las concesiones son contratos que realiza el Estado con una empresa o consorcio privado que invierte en una infraestructura y luego la opera y el Estado le debe otorgar dinero por ese servicio. El ejemplo más relevante que existe en Chile sobre las concesiones es la construcción de carreteras, en donde las empresas cobran un peaje y por tanto son los ciudadanos quienes pagan el mantenimiento.

En el gobierno de Ricardo Lagos se incursionó en un nuevo proyecto de concesiones: las cárceles. Muchas expectativas abrieron las cárceles de nuevo tipo, la antigua penitenciaría sería olvidada y los reclusos metropolitanos pasarían a poblar Colina I y II, instalaciones modernas y con todos los servicios incluidos. Algo similar ocurrió un tiempo después, cuando se propuso ampliar este sistema a los hospitales, un método que prometía no sólo construir nuevas instalaciones, sino que alcanzar estándares de punta y olvidar los antiguos hospitales que parecen más bien escenografía de olvido.

Costanera Norte Freeway crossing downtown Santiago, ChileEl gobierno de Ricardo Lagos no alcanzó a concesionar hospitales, debido a que la implementación del Plan Auge gastó todos los esfuerzos de la cartera. Sin embargo fue el próximo gobierno de la Concertación la que tomó la posta y decidió incursionar en la primera licitación de hospitales vía concesionada, que se convirtieron hoy en los hospitales de Maipú y La Florida. Ese gobierno, fue el primer periodo de la actual presidente Bachelet, quién hoy asegura que es una política que no debiese continuar. Sin embargo el ex ministro Mañalich aseguraba que no había otra forma de construir hospitales.

Ante esta duda, la médico Iskia Siches aseguró que “el empobrecimiento de la salud pública, que por años nos ha puesto entre la espada y la pared se traduce en la frase «o construyen hospitales bajo la modalidad de concesiones o no se construyen, porque no hay plata». Pero cuando uno va viendo, existen algunos ejemplos de administración pública o servicios que son muy buenos y que en realidad gastan la mitad de los recursos. De hecho, una de las voceras del hospital Salvador es jefa de la unidad donde hacen transplantes de médula ósea muchos más baratos que en el mercado. Esa unidad es la de mayor estándar a nivel nacional, no tiene nada que envidiarle a cualquier Clínica Alemana, a cualquier Clínica Las Condes”.

El “TAG” de los hospitales públicos

La presidenta del Colmed Santiago señaló que “en el modelo de concesiones opera una empresa externa, entonces no tienen los mismos intereses. Yo no creo que sean perversos, que vean todo el tiempo en cómo joder al Estado y ganar más, pero hay algunas áreas en que ellos tienen distintas dinámicas. Esto no es lo mismo que una carretera, hay tiempos que se tienen que cumplir entonces y hay temas difíciles del área clínica por ejemplo la alimentación”.

“Como si fuera poco, el Estado le tiene que pagar una serie de premios. Un ejemplo burdo, si la entrada del hospital la luz está apagada, se le pone un ticket negativo y el concesionario no recibe premio. Esos puntos van desde 17 millones de dólares y 84 millones de dólares extra, es decir por concepto de premio por una cosa que debería ser obligación”.

Rául Villanueva señala que existen beneficios con estos hospitales, la infraestructura del Hospital Salvador es de hace 150 años y el equipamiento pocas veces se renueva. Sin embargo asegura que los contras de un proyecto así son mucho más grandes. El dirigente señaló que el proyecto del Hospital Salvador “cuesta casi tres veces lo que costaría en condiciones normales un hospital. En cuanto a costo tu podrías construir tres hospitales de la misma envergadura.”

En la carreteras, las personas deben pagar el “TAG”, en el Transantiago, la BIP; en los hospitales concesionados es el Estado quién deberá financiar a las empresas concesionadoras en cuotas de subsidio, dinero que proviene de las mismas personas a través de su cotización. Matías Goyenechea, investigador de la Fundación Creando Salud, asegura que “el privado efectivamente realiza el aporte de capital al generar la inversión hospitalaria. Para eso, el Estado tiene que pagarle cuotas a modo de subsidio para devolverle la inversión y para pagar la rentabilidad de la concesión. Esto es un negocio, funciona con esa lógica y por lo tanto deja de ser automáticamente costo efectivo”.

El experto aseguró que las cuotas serán de 538.800 UF semestrales por 20 semestres sólo para la construcción del Salvador. Con estos datos, la Fundación Creando Salud calculó que en promedio, se pagarían 50 UF por metro cuadrado, a diferencia de las 38 UF por metro cuadrado, que es el costo de construir un hospital por vía tradicional. Este dinero sería sólo para reconstruir el Hospital Salvador.

Luego, el Estado debe pagarle al privado por mantener el hospital, vale decir, entrega de servicios de aseo, re pintar las paredes, mantener los jardines, las camas, etc. Por ese servicio, se le pagarán 250.000 UF semestrales por 15 años.

Matías Goyenechea explica que además, existen los incentivos, “como si fuera poco, el Estado le tiene que pagar una serie de premios. Un ejemplo burdo, si la entrada del hospital la luz está apagada, se le pone un ticket negativo y el concesionario no recibe premio. Esos puntos van desde 17 millones de dólares y 84 millones de dólares extra, es decir por concepto de premio por una cosa que debería ser obligación”.

camasEl traspaso de fondos públicos a las empresas operadoras de hospitales no acaba. Goyenechea asegura que además el Estado debe pagar multas en caso de que se superen los días cama anuales. Los días cama son una manera de medir la atención a pacientes que involucra una serie de ítems. Según la Fundación Creando Salud, en el caso del hospital Salvador, “se le paga multa cuando supera el 64% del total de ocupación de las camas anuales. Eso es cerca de 140 mil días cama en un año, el problema es que a los creativos de la licitación se les olvidó considerar de que el hospital funciona con un promedio del 96% de ocupación anual y si uno extrapola esos datos nos da como resultado de que finalmente se van a tener que pagar multas por alrededor de dos millones de dólares cada año”.

Raúl Villanueva hace hincapié en que el sistema de multas terminará creando un “incentivo perverso” ya que hará que las autoridades no quieran atender pacientes para no pagar las multas. “Aquí se está haciendo un negocio que es bastante rentable -agregó- y afecta directamente a la gente cuando aparecen incentivos perversos al concesionario para que pueda seguir en la explotación del hospital. Hay una cosa que es bastante aberrante acá”.

Para Goyenechea, el sistema de concesiones es un buen negocio, “pero para los empresarios de la salud y no para el Estado”.

Concesiones Hospitalarias “a la Chilena”

Iskia Siches asegura que una de las razones que motivó la oposición al proyecto de parte de los médicos del Hospital Salvador, es la falta de información y señala que “ni los más expertos se aventuran a decir que son expertos en concesiones, porque esto no es una carretera, tiene una complejidad enorme y existen múltiples subsidios, como en el caso del Hospital Salvador”. La doctora aseguró que hay algunas modalidades de investigación en el tema que tienen estándares internacionales, “entonces esto de hacer concesiones hospitalarias a la chilena con algo tan relevante como es la salud, es impresentable. Hay que ponerse más serios, hay que hacer las cosas como señala la OMS, tenemos que meter al Minsal ahí y eso no está pasando. Recién el ministerio está creando su equipo de concesiones y ya hay dos hospitales concesionados parados…”

noalasconcesionesEl presidente de la comisión investigadora de infraestructura hospitalaria de la Cámara de Diputados, Juan Luis Castro, admitió que como entidad aún no poseen toda la información al respecto. Por ahora no han levantado un estudio propio, pero aseguró que “ya pedimos un estudio oficial tanto a la Contraloría como también a la Biblioteca del Congreso, de los costos que significaría uno u otro camino para construir el hospital Salvador. Debemos saber cuanto cuesta dejar de construirlo vía concesionada y hacerlo por la vía pública y si conviene o no mantenerlo así o dejarlo por la vía tradicional. Eso está solicitado para tenerlo listo la primera semana de agosto”.

A las dudas sobre los costos reales, se suma la premura con que se realizaron las licitaciones casi al término del gobierno de Sebatián Piñera del Hospital Salvador Geriátrico, Sótero del Río, Santiago Occidente (ex Félix Bulnes), Hospital BiProvincial Quillota-Petorca, Provincial Marga-Marga, y tres hospitales de la Red Sur (Curicó, Linares y Chillán). El terremoto del año 2010 hizo que la brecha de hospitales aumentara. Bajo este argumento, el ministro Mañalich terminó su gestión concesionando, según los dirigentes, en términos poco regulares.

Raúl Villanueva aclaró que “nos parece inaceptable que un gobierno hoy día acepte las condiciones en las cuales ingresaron estos proyectos a la Contraloría. Cuando uno empieza a revisar los procedimientos de estos contratos se encuentra con cosas que son aberrantes, que en ocho días se haya revisado todo. En un proyecto de la envergadura que es el Hospital Salvador no calza como se pudo revisar esa cantidad de antecedentes en tan poco tiempo”.

Giro en 180 grados

bachelet_delantalEn la segunda vuelta de su campaña presidencial, Michelle Bachelet señaló que las concesiones a hospitales ya no eran una vía aceptable, “En mi anterior gobierno partimos con la construcción de los hospitales de La Florida y Maipú, que precisamente iban a ser una experiencia piloto en cuanto a concesionar su edificación, debido a que eran centros pequeños y era primera vez en Chile que se aplicaba este método. Sin embargo, la experiencia demostró que se tardaron más de lo esperado -cuatro años- y que salieron más caros”, sostuvo Bachelet ante una pregunta del panel de periodistas”, aseguró en el debate organizado por la ARCHI.

Las primeras licitaciones para los hospitales de Maipú y La Florida, se dieron en 2010, el último año de mandato de la presidenta Bachelet. La concesión se dio en medio de un debate levantado por el ex ministro de Obras Públicas, Eduardo Bitrán, ya que señalaba que el modelo de concesiones no había sido los suficientemente eficiente para el Estado. El ex ministro fue parte de la modificación a la ley de Concesiones y luego salió del ministerio tras oponerse a la concesión del puente del Canal de Chacao, por ineficiente para el Estado. Tras su salida, el nuevo ministro del MOP, Sergio Bitar, reanudó la agenda y licitó Maipú y La Florida, adjudicadas por la empresa constructora española, San José.

A pesar de esa decisión, cuatro años más tarde evaluó que la medida no era conveniente para la salud pública. Sin embargo no se presentó evidencia ni se dio un debate social amplio para definir esa conclusión. La presidenta cambió de parecer ante la tardanza de la constructora en finalizar el proyecto y ante el rechazo de los trabajadores y organizaciones de usuarios.

Sin embargo, quedan aún una gran cantidad de hospitales amarrados para concesionar que terminarían por enflaquecer las arcas fiscales y agrandar el retorno de las empresas que van adjudicándose los proyectos. El beneficio de nuevos recintos hospitalarios es un gran avance para el país, pero aún es incierto el costo que tendrá para los mismos ciudadanos.

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