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Internacional

Sydney Edwards, el espía inglés contrabandista de armas condecorado por la Real Fuerza Aéra Británica

Por: admingrs | Publicado: 12.09.2014

Ministro-SolisSe puede considerar  que es  una paradoja  que un ex oficial de la Real Fuerza Aérea británica (RAF), galardonado con la Excelentísima Orden del Imperio Británico, en 1982, haya sido, años más tarde, considerado, judicialmente,   como un contrabandista de armas en Chile.

La Excelentísima Orden del Imperio Británico es una Orden de Caballería británica, instituida el 4 de junio de 1917 por el rey Jorge V. La pertenencia a la orden es otorgada por los  Monarcas Británicos a todos aquellos que hacen algo significativo en nombre del Reino Unido.

Por otra parte, si revisamos los antecedentes del proceso seguido, en Chile, por la Justicia Militar, sobre contrabando de armas a Croacia encontramos referencias inculpatorias y  directas respecto del mismo  Sidney  Edwards, las que  nos permiten advertir  que fue sometido  a proceso como cómplice  de contrabando de armas a Croacia y, por no estar en el territorio nacional, al momento de dictarse sentencia, fue sobreseído, en rebeldía, terminología  procesal que indica que si bien estaba inculpado como partícipe en el delito  investigado, no se podía avanzar a su respecto, por estar ausente.

 

Rostro de héroe

Por  una entrevista periodística nos hemos enterado que Sidney Edwards  ha publicado un libro,“My Secret Falklands War”, que contiene material muy comprometedor  para nuestro país ya que se refiere a la ayuda prestada por el Gobierno chileno a las fuerzas armadas de Gran Bretaña en la guerra de las Malvinas, conflicto bélico entre la República Argentina y el Reino Unido que tuvo lugar en las islas MalvinasGeorgias del Sur y Sándwich del Sur y  que se desarrolló  entre el 2 de abril  de 1982, día del desembarco argentino en las islas, y el 14 de junio del mismo año, fecha de la rendición de las mismas tropas.

El origen de la guerra fue el intento, por parte de Argentina, de recuperar la soberanía de las islas, a las que Naciones Unidas han considerado territorios en litigio entre la Argentina y el Reino Unido y que, desde de 1985,  son administradas por un gobernador británico. Se comenta que Malvinas subsiste como uno de los últimos reductos del colonialismo europeo en América.

El saldo final de la guerra en vidas humanas fue de 649 militares argentinos, 255 británicos y 3 civiles isleños. Políticamente, la derrota precipitó la caída de la Junta Militar en la Argentina y en diciembre de 1983, hubo  elecciones para  instalar un gobierno democrático. Fue también el fin de los golpes de Estado en Argentina, ya que no han habido nuevas interrupciones al orden constitucional desde entonces.

A su vez, en el Reino Unido, la victoria  ayudó a que el gobierno conservador liberal de Margaret Thatcher saliera reelegido en las elecciones del año 1983.

Lo importante del libro “My Secret Falklands War”(“Mi Guerra de las Malvinas secreta”), escrito por el  ex oficial británico,  es la aseveración central de su contenido: “Mi opinión personal – y creo que fue compartida por mis jefes en el Ministerio de Defensa y por Margaret Thatcher- es que la ayuda que recibimos de parte de Chile fue absolutamente crucial. Sin ella, hubiésemos perdido la guerra«.(Entrevista en la Revista “Que Pasa”).

Lo trascendente de esta  afirmación es que  Edwards fue el oficial enviado por Margaret Thatcher,  la premier conservadora, a Santiago para conseguir el apoyo secreto de Augusto Pinochet y  se  encargó de llevar adelante las negociaciones con Fernando Matthey, Comandante en Jefe de la  Fuerza Aérea.

Explica que él fue elegido para llevar adelante las negociaciones en Chile por su dominio del idioma español – tras haber sido agregado aéreo en Madrid – y por su experiencia en operaciones conjuntas de inteligencia con otros países.

Debemos recordar que durante la guerra Chile adoptó públicamente una posición de neutralidad, no obstante,  siempre hubo rumores de que se había prestado apoyo logístico a Londres.

Se expone en el texto que el mismo día en que llegó a Santiago fue recibido por el comandante Fernando Matthei. «El general Matthei me dio la mano cálidamente” ,recuerda  Edwards.” Me ofreció cooperación total dentro de los límites de lo práctico y de lo diplomáticamente posible. Enfatizó la necesidad de mantener el secreto…No pude creer la cooperación que logré con él y, por supuesto, con el resto de sus oficiales…Obviamente el general Matthei era un hombre muy pragmático, agrega,  y sabía dos cosas clave: que si Chile no nos ayudaba en la guerra, después los argentinos caminarían derecho a tomar las islas del canal Beagle. Lo otro es que Matthei sabía que ésta era una oportunidad ideal para conseguir armamento, inteligencia y otras cosas que normalmente no habrían conseguido».

En su obra, Edwards describe en detalle todo el operativo en Chile, con nombres y fechas, a pesar de que fue obligado a eliminar todo registro escrito de aquella época. «Éste fue un periodo muy relevante en mi vida y lo tengo muy fresco en mi memoria«, dice y  comenta que el hecho de que en Chile rigiera una dictadura  facilitó su misión, puesto que  consiguió, rápidamente,  una licencia para manejar y un documento de identidad falsos. Además, desde las oficinas centrales de la Fuerza Aérea chilena coordinó el uso de un radar de largo alcance en Punta Arenas, que permitía ver los movimientos aéreos en Ushuaia, Río Gallegos, Río Grande y Comodoro Rivadavia. También desde allí preparó  la llegada a Santiago de un equipo del Servicio Aéreo Especial británico (SAS) con un sistema satelital de comunicaciones
Además, según expresa, el comandante Matthei dejó a su disposición  la pista de aterrizaje instalada en la isla San Félix, a 892 kilómetros de la costa chilena, para misiones Nimrod, que permitían volar a aviones británicos, pintados con los colores chilenos, a gran altura cerca de la frontera con la Argentina para obtener información.
Insiste en que nunca habló con Pinochet durante la misión porque «Él (Pinochet) quería tener una especie de cláusula de escape, para poder negar que tuviera conocimiento de mí. Me parece que lo que quería hacer era que si cualquier cosa salía mal, él podría decir: «Fue Matthei, yo no sabía lo que él estaba haciendo»».
La guerra terminó el  14 de junio de 1982 y a Edwards  le pidieron que volviera a Londres. Ahí recibiría la Orden del Imperio Británico por sus servicios. “Pero, para evitar atraer atención al vínculo con Chile, no me pondrían como parte de la lista de la guerra de las FalklandsLa razón de este honor debería permanecer en secreto. Hasta hoy”, concluye.

La otra cara en el  proceso en Chile

En abril de 1991 llegaron  a Chile el inglés Sydney Edwards y el nazi croata Vladimir Secen. Ambos tenían un solo objeto: armara los croatas contra los serbios. Secen será vinculado por la prensa argentina con los servicios de Inteligencia chilenos. Ives Marziale, representante de Ivi Finance & Management Incorporated, una firma dirigida por el alemán Gunter Leinthauser, arribó a Chile en octubre de 1991, con el encargo de comprar armas de segunda mano del Ejército de Chile para vendérselas a los croatas, que habían obtenido su independencia  de Yugoeslavia, en junio de ese año, los que  estaban preparando la defensa de Bosnia antes de la ofensiva serbia para conquistar Sarajevo.

En  cuanto a la intervención que pudo tener en esta operaciones el Coronel Gerardo Huber, Pedro del Fierro Carmona, otro comprador de armas,  expuso que,  en mayo de 1992, concurrió a Croacia y, en Zagreb, se entrevistó con Generales del Estado Mayor croata, discutiendo diversos puntos, entre ellos, la falta de prolijidad que llevó al descubrimiento del embarque de FAMAE, que se habría debido a la lucha entre diferentes facciones de Gobierno croata y al enterarse de  la operación con Chile, intervinieron elementos croatas que tenían una vieja relación con miembros del Ejército chileno, croatas de origen argentinos que habían colaborado con la DINA como grupo “Croacia libre”, el cual, en 1991, había tomado contacto directo  con el Coronel Huber, para efectuar una exportación de armas del Ejército de Chile, por ende, éste debió haberse puesto en contacto con los funcionarios de FAMAE y haber logrado la relación y a consecuencia de esto “Croacia libre” encomendó la negociación a Ives Marziale y Leinthauser. Se estableció que el General Carlos Krumm, a cargo de la Logística del Ejército, requirió al Coronel Huber para pusiera a disposición del General Guillermo Letelier, Director de FAMAE, al empleado civil Ramón Pérez Orellana, quien trabajaba en la sección de importaciones -exportaciones  era experto en problemas limítrofes.

El tráfico ilegal de armas fue descubierto, en diciembre de 1991, cuando el carguero que llevaba las armas, etiquetadas como «Ayuda Humanitaria» desde el Hospital Militar de Santiago, fue revisado en Budapest. El 7 de diciembre de 1991, un periódico húngaro descubrió la noticia. Dos días después, por requerimiento del Ministro de Defensa Patricio Rojas, nominó al Magistrado Hernán Correa de la Cerda para investigar el tráfico de armas. Este magistrado interrogó a Gerardo Huber como testigo,  el cual declaró que seguía órdenes del General Krumm.Huber estaba descansando en San Alfonso, Cajón del Maipo ; se dice que procedió a quemar una serie de documentos que comprometían al alto mando institucional de la época, El 29 de enero de 1992,   desapareció y su  cuerpo fue encontrado el 20 de febrero de ese año,con el cráneo despedazado.

El  proceso, rol Nº 897-91, se instruyó, por Ministros de la Corte Marcial, para investigar la existencia del  delito de exportación ilegal de material de uso bélico a Croacia, falsificación de instrumento público y falsedad contemplado en el artículo 367 N°5 del Código de Justicia Militar. Se inició en virtud de la denuncia efectuada por el Inspector General del Ejército, el 19 de diciembre de 1991.Por su parte, el 18 de diciembre de 1991, el  Ministro de Defensa Nacional formuló otra denuncia ante el 18º Juzgado del Crimen de Santiago, instruyéndose la causa rol 22.421-6, en la cual se nombra a un Ministro en Visita para que continúe con la investigación. En la denuncia se señala que, en abril de 1991, Patricio Pérez Villagrán, Oficial de la FACH, manifestando interés en adquirir armamento para Sri Lanka, visitó el Centro de Negocios de FAMAE (Fábricas y Maestranzas del Ejército), institución  dedicada a la fabricación de armas para el Ejército de Chile, en  los rubros de armamentos, municiones, vehículos, cohetes y misiles, incluyendo los rifles SIG SG 510-4, SIG SG 542, sub-ametralladora FAMAE SAFCohete Rayo, entre otras.

En las conversaciones conducentes a materializar una exportación participaron, en sus diferentes etapas, por parte de FAMAE, el Jefe del Centro de Negocios, Coronel David Fuenzalida González, Mayor Carlos Sepúlveda Cataldo,  Capitán Pedro Araya Hermosilla y la empleada civil Carmen Gloria Molina Valdés y por parte del comprador  Pérez Villagrán,  los ciudadanos extranjeros Ives Marziale y Sydney Edwards.  Este  último reconoce que  estuvo en Chile por primera vez en 1982 ( la guerra de Las Malvinas se extendió del 2 de abril  al 14 de junio de ese año) como “Oficial de Enlace”, en la Embajada Británica, hasta abril de  1984. Añade que se retiró de la Fuerza Aérea y se dedicó a negocios particulares. De 1986 a 1988 viajó a Chile por negocios, de aviación y otros. Relata que tenía programado viaje a Chile y un amigo suyo – ex miembro de Fuerza Aérea Británica, Bob Denwood – le pidió que ayudara  a un amigo que quería comprar armamento en Chile, porque no hablaba español, sino inglés y no conocía Chile. Accedió y se reunieron cerca del Aeropuerto de Londres el 11 de  noviembre; allí  conoció a Ives Marziale, quien viajaba  desde Luxemburgo y residía en París; era representante de la empresa“Ivi Magnemant” de Luxemburgo, de  propiedad de Gunther Lainhause. Arribó a Chile con el encargo de comprar armas de segunda mano del Ejército de Chile para vendérselas a los croatas, que habían  declarado, en junio de 1991, su independencia de Yugoslavia, y quienes   preparaban  la defensa de Bosnia ante  la ofensiva serbia para  conquistar Sarajevo. Marziale  le ofrece a Edwards pagarle  como intérprete en Chile y siempre que, además,  le presente personas relacionadas con armas. Viajaron a Chile y recurrió a su  amigo Patricio Pérez para efectuar contactos con Marziale; Pérez les expresó  que la empresa adecuada era FAMAE  y que establecería los acercamientos. Pérez los llevó a FAMAE y les presentó a Carmen Gloria y ésta, a su vez, al  Capitán Pedro Araya, sostuvieron varias reuniones informativas. Recuerda que FAMAE presentó folletos de lo que tenía a la venta y les exhibió armamento. Edwards era el intérprete, comenzó a hacer trámites para conseguir un avión para el flete y acordó, con Patricio Pérez, recurrir a Vicente Rodríguez, General en retiro de la Fuerza Aérea. Se reunieron con él en su oficina y le explicaron de que se trataba: enviar cargamento de 10 a 15 toneladas de Santiago a Hungría. Rodríguez les presentó a Sergio Pollmann,  quien  los contactó con “Florida West”.

Llama la atención, por otra parte, la relación de amistad que llegó a existir entre Vicente Rodríguez y Sydney Edwards, ya que el General  lo invitó a participar en una sociedad de aeronáutica de nombre “Sociedad distribuidora de suministros aeronáuticos y comerciales”, constituida  el 15 de enero de 1991, en que aparece aportando $1.800.000 y de la cual se habría retirado el 20 de noviembre de 1992. Vicente Rodríguez tenía una oficina en calle Valentín Letelier que, según se decía, estaba destinada a ayudar a militares con problemas judiciales por derechos humanos.

El 29 de noviembre se cierra el negocio entre FAMAE y Marziale y éste paga a FAMAE, representada por Araya, a través del endoso de un documento representativo del dinero. El 30 de noviembre llegan al Aeropuerto Patricio Pérez, Ives y Edwards. El avión fue cargado con  cajas de madera de distintos tamaños; tenían una flecha y palabra “frágil”. Se presentan problemas  respecto al permiso de aterrizaje en Budapest, Hungría. Patricio  Pérez se lo comenta a Edwards  y éste a Marziale quien dijo que estaba seguro que el permiso estaba concedido, pero para “Ayuda humanitaria”.

En el juicio criminal, corroboran las actividades de Edwards en Chile diversos testimonios agregados al proceso. Así Jorge Miguel Fernández Halty, socio de Patricio Pérez, en una empresa de viviendas económicas, expone que éste tiene algunos negocios relacionados con importaciones y exportaciones de elementos para la policía uniformada y civil y en los cuales le ayuda  Sidney Edwards, a quien conoce desde 1986, cuando aquél era agregado aéreo de la Embajada Británica. Expresa que  Patricio Pérez tenía negocios particulares relacionados con importaciones y exportaciones de elementos para la policía uniformada y civil con Sidney Edwards, quien era como un intermediario de una firma inglesa.

Es interesante leer la documentación, acompañada  a los antecedentes engañosos presentados en Chile para permitir la exportación, relativos al origen y  destino de la carga y  su contenido, debiendo reemplazarse “ayuda humanitaria” proveniente del “Hospital Militar” por “Pertrechos del Estado”:

a)Factura Nº 0385, de  19 de noviembre de 1991, de FAMAE, que consigna, entre otros datos, los siguientes: Cliente: “NI-Finance and management comosa Building 16 th Floor Samuel Luis Avenue Panamá City”; destino: “Nigeria”, descripción: “Pertrechos de Propiedad del Estado”, por un monto de US$203.330,00.

b) Factura Nº 0388, de 19 de noviembre de 1991 de FAMAE que consigna  lo siguiente: Cliente: “NI-Finance and management comosa Building 16 th Floor Samuel Luis Avenue Panamá City”; destino: “Sri Lanka”, descripción: “Pertrechos de Propiedad del Estado”.

c)Resolución Nº 470, de 20 de noviembre de 1991, de la Subsecretaría de Guerra que autoriza a las “Fábricas y Maestranzas del Ejército para exportar a la República de Sri Lanka, el material bélico que se  indica. El aludido material será consignado al Cuartel General del Ejército de dicho país:

–  5.000.000 Cartuchos cal. 7,62 x 51 mm.

–  6.000 Fusiles SG-542 Cal.7,62 mm.

–  10 Lanzadores de Misiles Blow Pipe.

–  50 Misiles Blow Pipe.

–  10 Lanzadores de Misiles Mamba.

–  500 Misiles Mamba.

–  4.855 Cohetes Law.

–  3.000 Cohetes A.T. MBB. AMBRUST

–  10.000 Granadas de Mortero Cal. 120 mm.

–  14 Morteros cal 120 mm. con carro transporte”.

d) Guía Aérea “Air Waybill”  Nº 535-0010456 de Florida West Airlines Inc. en  que se indica como consignante   “Hospital Militar del Ejército de Chile”, y como productos para exportar la frase “Hardware Supplies” y como consignatario a Günter Leinhauser, Budapest, Hungría.

e) Guía Aérea “Air Waybill”  Nº 535-0010455 de Florida West Airlines Inc. en que se señala como consignante “Hospital Militar del Ejército de Chile”, y respecto a los productos  exportados la frase “Humanitarian Aid” y consignatario “Günter Leinhauser, Budapest, Hungría”.

Los antecedentes demuestran que se contrató a otro Oficial en retiro de la FACH,Carlos Pinto Benussi, para  viajar a Europa acompañando el  transporte de armamento  que iba a Croacia, vía Hungría, es decir, el plan de vuelo era Santiago – Hungría y desde Hungría, un croata que iba en el avión, se encargaría de llevar las armas hasta Croacia. Fue  Vicente Rodríguez quien habló con él  y le explicó  que  se trataba de llevar una muestra de armamento a Croacia y como no se podía aterrizar directamente en este país porque estaba en guerra, se llevaría con escala en Hungría. Pinto Benussi debía  verificar que la carga saliera de Santiago y llegara a Hungría. Añade que al llegar a Budapest, dos cosas le parecieron muy extrañas, la primera, fue que al llegar a Budapest las personas que comenzaron a bajar la carga no era personal de aeropuerto sino personal uniformado que portaba armas y la segunda,  que el Capitán del avión dio instrucciones a la tripulación en el sentido de que ninguno bajara y que una vez descargada la carga ellos seguían vuelo hacia Miami.

Conviene recordar que el 20 de noviembre de 1991, se celebró un Consejo de Generales en el Club Militar de Lo Curro, y al término de éste, el Director de FAMAE,  le informó al Comandante en Jefe del Ejército, General  Pinochet, que FAMAE tenía la posibilidad de vender material de uso bélico en estado de obsolescencia, y coordinó con éste, para que el Ejército proporcionara parte de este material bélico para ser vendido por FAMAE, y por tal motivo aquél ordenó a los Generales presentes y que tenían relación con el tema, que se reunieran y pusieran a disposición de FAMAE el material bélico solicitado. A partir de ese momento el General Letelier  inició las coordinaciones con las diferentes Unidades para el retiro del armamento y comisionó entre otros, al Capitán Araya, para proceder personalmente al retiro y acopio en del material en dependencias de FAMAE.

Finalmente, por sentencia de 29 de enero de 2008, se condenó a Héctor Guillermo Letelier Skinner y a Vicente Armando Rodríguez Bustos como autores del delito de exportación ilegal de material de uso bélico,a sufrir las penas de cinco años y un día y de quinientos cuarenta y un días, respectivamente, como  autores del delito de falsedad contemplado en el artículo 367 N° 5 del Código de Justicia Militar en relación con el artículo 193 N° 4 y 7 del Código Penal;   a Ramón Vicente Pérez Orellana, como autor del mismo delito  a  la pena de tres años y un día y a la pena de quinientos cuarenta y un días en calidad de autor del delito de falsificación de instrumento público; a Pedro Andrés Araya Hermosilla, David Víctor Manuel Fuenzalida González, Carlos Galvarino Sepúlveda Cataldo y  Patricio Ernesto Pérez Villagrán como autores del delito de exportación ilegal de material de uso bélico a  la pena de tres años y un día y, como cómplices  del ilícito, a Carmen Gloria Molina Valdés y a Sergio Pollmann Müller,a quinientos cuarenta y un días y   a Antonio Marón Sahd Salomón, a seiscientos días.

¿Y Sidney Edwards? Fue sometido  a proceso como cómplice  del contrabando, pero al no encontrarse en Chile,  fue sobreseído, en rebeldía, o sea, terminó el proceso a su respecto, sin castigo.

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