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La verdadera esencia de la DC

Por: admingrs | Publicado: 07.11.2014

Felipe-Valvidia1Lo habíamos adelantado cuando comenzaba este Gobierno en marzo pasado. La relación de la Democracia Cristina con los demás partidos que conforman la Nueva Mayoría no iba a ser fácil y ya comienzan a quedar en evidencia las diversas consecuencias. Profundas e irreconciliables diferencias ideológicas alimentan este conflicto.

En todo caso, tampoco había que ser un experto en política para adelantar lo que eventualmente iba a ocurrir. Es que las disyuntivas en las bases son demasiado evidentes para no darse cuenta que la Nueva Mayoría se ha ido convirtiendo en la imagen clásica de una “bolsa de gatos”. Era una bomba de tiempo que ya explotó y la que poco a poco ha dejado escapar sus esquirlas que han dañado, principalmente, a los dirigentes de la DC.

Gutenberg –e indirectamente Camilo– también habían insinuado unos meses atrás lo que le deparaba a la Democracia Cristina al interior del conglomerado oficialista. La incursión o “funa” de la Diputada comunista Karol Cariola, sobre la votación de distintos parlamentarios en relación a la reforma educacional, las declaraciones del embajador en Uruguay y, los dardos lanzados por Fidel Espinoza en contra de Ignacio Walker, no hacen más que dejar en evidencia los peligrosos alcances del “fuego amigo”. A todo esto, sumémosle la considerable baja del Gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, que registró un rechazo de 47% superando la aprobación a la Mandataria por dos puntos (45%), según la última encuesta de Adimark, publicada en estos días. En todo esto incidió, por cierto, las notables diferencias entre los partidos y las pataletas de quienes se sintieron “afectados” por los comentarios negativos hacia la Democracia Cristiana.

Lo que no deja de llamar la atención es la tozudez de la DC en perseverar por alzar la voz al interior de la Nueva Mayoría, porque convengamos que la mayoría de los partidos integrantes se encuentra ansioso por cumplir la batería de reformas que la Mandataria prometió al asumir el Gobierno y que están estipuladas en el programa, como un texto sagrado. No se entiende esa manía de ser la “oveja negra” de la familia al intentar obstaculizar cada reforma que va en contra de sus manifiestos. Entonces, por qué no pensaron en eso cuando decidieron integrarse a la Nueva Mayoría. Sabían que este Gobierno esencialmente era de izquierda, pero aún así decidieron unírsele. No olvidemos que el partido que lidera Ignacio Walker se tomó varios días para meditar y decidir si efectivamente integraba al conglomerado que reemplazó a la otrora Concertación y, aunque todos sabíamos que obviamente integrarían la Nueva Mayoría, nadie pensó que se convertirían en una piedra en el zapato para los anhelos de los conductores de la retroexcavadora.

En las primarias de 2013 se enfrentaron Michelle Bachelet, Andrés Velasco, José Antonio Gómez y Claudio Orrego, cada uno representando a sus respectivos partidos políticos. Este último delineó una marcada campaña enfocada en los valores y principios de un partido que se declara como de “centro-izquierda”, pero que en lo más hondo de sus rincones resguarda el conservadurismo inherente que hoy no le permite a la Nueva Mayoría seguir adelante con las reformas estructurales. Porque les recordaron el papel que tuvieron para el Golpe de Estado y los dirigentes históricos se ofendieron. ¿Por qué? ¿Acaso no es lo mismo que le reclaman a la UDI que reconozcan su real participación para la dictadura cívico-militar?

Fueron los últimos en integrarse al conglomerado oficialista y exigen ser los primeros en las tomas de decisiones, por una supuesta mayoría que ostentan dentro de la propia Nueva Mayoría, me parece que dicho argumento no es justo con los ciudadanos que anhelan un cambio de verdad en el sistema educacional, de salud y político-constitucional.

Como sea, el partido tuvo un Consejo Nacional extraordinario en el que decidieron mantener su continuidad al interior de la agrupación oficialista, pero lo más razonable, a esta altura, sería que dieran un paso al costado y formaran un nuevo referente con Amplitud, con quienes al parecer se sienten mucho más cómodos que con sus socios actuales.

La pregunta es: si existe repudio por el Partido Comunista, ¿por qué entonces decidieron integrarse de todas formas a la Nueva Mayoría? Más huele a ambiciones gubernamentales con cargos en algunos ministerios y subsecretarías que al compromiso real que dicen tener con el país y las reformas estructurales. Pero insisto, ahora tienen otra oportunidad con Amplitud de conformar un verdadero referente político de centro-derecha, la verdadera esencia de la Democracia Cristiana.

 

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