Avisos Legales
Internacional

Brasil: 4 claves para entender la crisis de Dilma y el PT

Por: Francisco Parra | Publicado: 14.03.2016
Millones de brasileños salieron a las calles el domingo para pedir la renuncia de la presidenta Dilma Rousseff. Brasil sufre hoy una de las crisis económicas y políticas más importante de los últimos años, que puede remover las bases de los gobiernos progresistas del PT. El caso Petrobras, la gestión «neoliberal» de Dilma, el factor Lula y un acuerdo tácito con los sectores empresariales como claves para entender el conflicto.

«Cayó Cristina, cambió el Congreso en Venezuela, perdió Evo, y ¿quién caerá ahora? ¡Dilma!», gritó uno de los organizadores de la masiva movilización que se vivió ayer domingo en Brasil.

Se estima que cerca de 3 millones de brasileños salieron a las calles a exigir la renuncia de la actual mandataria y condenar la implicación del ex presidente Lula da Silva en el caso de corrupción de Lava Jato.

La actual crisis que atraviesa el Partido de los Trabajadores (PT) tiene los ojos del continente puestos sobre Brasil.  Aquí presentamos las claves para entender la actual coyuntura política brasileña, que para muchos, será clave en los cambios recientes que han vivido en América Latina.

 

1- Operación Lava Jato

En marzo de 2014 se hizo pública la operación Lava Jato (lavado de autos), con la detención de 24 personas en distintos Estados de Brasil. La policía Federal de Curitiba había descubierto un año antes una red de lavado de dinero que operaba en Brasilia y Sao Paulo. A partir de entonces, la investigación judicial fue creciendo y creciendo, hasta estallar la red de corrupción de Petrobras, la empresa petrolera brasileña más grande del país.

La estatal brasileña, aplicando una política de licitación de grandes obras a empresas constructoras brasileñas -creada por la actual presidenta Dilma Rousseff mientras era ministra de Energía- desvió sistemáticamente cerca del 3% de cada transacción en sobornos a políticos y empresarios. A su vez, ese dinero era transferido a una red de empresas de ‘fachada’ y cuentas bancarias en el extranjero. La Fiscalía estima que entre 2004 y 2012 se desviaron cerca de 10000 millones de reales -cerca de 1.878.555.600.000 de pesos chilenos.

El caso Petrobras se extendió sus redes hacia la política brasileña, ya que gran parte de los partidos habrían recibido financiamiento ligado a la red de corrupción. El PT, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y el Partido Progresista (PP) han sido involucrados, además de los ex presidentes Fernando Henrique Cardos (Partido de la Socialdemocracia Brasileña-PSDB), Fernando Collor de Melo (Partido del Trabajo de Brasil-PTB), Lula da Silva (PT), y la actual mandataria, Dilma Rousseff (PT).

Según distintos testimonios de imputados, la campaña del año 2010 de Rousseff habría recibido 2 millones de reales del esquema de «propinas» de Petrobras. En 2014, cerca de 100 millones de reales habrían sido repartidos tanto para Rousseff como para su contendor en segunda vuelta, Aécio Neves.

 

2- Segundo mandato de Dilma: crisis económica y ajuste

Dilma Rousseff no la ha tenido para fácil en este segundo período presidencial al mando de Brasil, país con más de 200 millones de habitantes.

Más allá del impeachment o juicio político con que la derecha brasileña pretende destituir a la mandataria, Brasil vive una de sus peores crisis económicas y políticas en años.

El analista internacional Atilio Borón escribió hace unos días: «Dilma entregó todos los resortes fundamentales del Estado a los personeros de la derecha, error garrafal que empezó tibiamente con Lula y adquirió una dimensión torrencial en el segundo mandato de Dilma».

El segundo mandato de Rousseff ha estado marcado por las alianzas con sectores de derecha, explicado desde el oficialismo brasileño por la falta de mayoría parlamentaria del PT. Pero esto ha estado acompañado de una política económica de ajuste, ligado al modelo neoliberal que el PT dice enfrentar.

La designación de Joaquim Levy, un economista ortodoxo como ministro de Hacienda, fue un golpe a los sectores más progresistas del PT, una decisión con la que la mandataria pretendía «ordenar las cuentas» ante la baja de precio de materias primas que ha afectado a la economía brasileña.

El país cerró un 2015 para el olvido: La inflación se mantiene cercana al 9% y desde mediados del año pasado que el país entró en déficit.

Las políticas de ajuste promovidas por Rousseff -eliminación de ministerios, puestos de trabajo en el sector público y recortes presupuestarios que incluso han afectado los planes sociales- han tenido efectos: 6,9% de desempleo -más de 8 millones de personas sin trabajo-, el 75% menores de 24 años. Los 40 millones de brasileños que salieron de la pobreza durante el mandato de Lula contrasta con las nuevas cifras. Un estudio estima que más de 3 millones de familias perderán su condición de clase media de aquí a dos años.

Los indíces de popularidad de la mandataria apenas llegan al 11% y su principal partido aliado, el PMDB ha operado en contra del PT en el Congreso. De hecho, el pasado sábado en un congreso partidario, el vicepresidente del gobierno y líder del PMDB anunció un plazo de 30 días para definir si continúan su alianza con el PT.

Una salida del PMDB dejaría solo a un PT que necesitaba dicha confluencia en el Congreso. El partido de centro -implicado también en los escándalos de corrupción- tiene 6 de los 31 ministros de gobierno y a 67 parlamentarios de la Cámara de Diputados.

 

3- El factor Lula

Ex sindicalista metalúrgico que se convirtió en Presidente, la gestión de Luiz Inácio Lula da Silva estuvo caracterizada por la salida de la pobreza de millones de familias brasileñas, marcos históricos de crecimiento económico -el PIB brasileño llegó a ser el séptimo del mundo- y un aumento de salario mínimo superior al 50%.

Todas políticas que convirtieron a Lula en uno de los líderes más populares de la región.

Su mediática llamada a declarar de la semana pasada en el marco del caso Petrobras, con 200 policías llegando hasta su casa, tiene antecedentes políticos inmediatos. Esa misma semana, el ex presidente había anunciado su postulación para retomar la presidencia en 2018.

Pese a que se sabía que estaba ligado a Petrobras y que sería llamado a declarar, su «detención express» fue una sorpresa. El senador Delcídio do Amaral del PT declaró ante el Ministerio Público que tanto Lula como Dilma intentaron obstaculizar las investigaciones de la justicia.

Pero el ex mandatario fue llevado a declarar por acusaciones de corrupción, aceptación de coimas y tráfico de influencias, gracias a una jugada jurídico-política, cuestionada por varios especialistas del derecho y que permitió que todas las cámaras de televisión captaran el operativo de Lula rodeado de policías, siendo que formalmente no estaba detenido.

En ese testimonio, según reveló hoy O Globo, el líder del PT reconoció que miembros del Instituto Lula podrían haber pedido dinero a las empresas investigadas. «No es parte de mi vida política, o sea, desde que estaba en el sindicato tomé una decisión de no pedir nada a nadie porque eso significaría ser vulnerable ante ellos», dijo en la ocasión, consultado sobre él pidió dinero a alguna empresa involucrada.

El miércoles pasado, el Ministerio Público de Sao Paulo recibió el pedido de prisión preventivo contra Lula. Aunque llama la atención los argumentos desligados por los abogados: Dicen que sería muy fácil para él, en calidad de ex presidente, salir del país, que la prisión es necesaria para garantizar el orden público, de que incita a la violencia de sus seguidores en sus actos públicos y que «la conducta de Lula hoy dejaría muy avergonzados Marx y Hegel».

4- El acuerdo con la élite brasileña

“Es lamentable que un líder histórico como Lula haya dejado de ser del pueblo para aliarse con las élites, gobernar con ellas y recibir por eso mismo cuantiosas comisiones y regalos”, dijo Luciana Genro, miembro de la Dirección Nacional del PSOL.

Pese a la retórica anti neoliberal, su apoyo popular y políticas sociales, hoy los ojos están puestos sobre el PT y su cercanía con el empresariado brasileño, reflejados en la cercanía con las empresas constructoras involucradas en caso Petrobras.

El proceso brasileño liderado por el PT ha sido en ese sentido más similar al kirchnerismo argentino que a otros procesos latinoamericanos más profundos como el venezolano o boliviano.

Ampliación de derechos a acreedores, ajuste fiscal para pago de la deuda, libertad cambiaria, despolitización de la política económica, privatización del sector productivo y creciente traslado al sector privado de las previsiones, la salud y la educación son algunos de los elementos que hoy, si bien presentes en el gobierno de Dilma, se iniciaron con Lula.

Un acuerdo tácito con los sectores empresariales que, para Atilio Borón, tiene consecuencias claras: «Si tratas de apaciguar a la derecha, terminarás siendo devorado por ella».

 

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.