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Felipe Lopeandia, jefe negociador de Chile en el TPP: «No es un acuerdo que favorece a las transnacionales»

Por: Francisco Parra | Publicado: 30.03.2016
Felipe Lopeandia, jefe negociador de Chile en el TPP: «No es un acuerdo que favorece a las transnacionales» Felipe Lopeandia |
El jefe negociador de la Direcon desmenuza algunos de los aspectos conflictivos del Acuerdo Trans Pacífico (TPP), el acuerdo comercial más grande que ha existido y del que Chile es parte. Defiende el mecanismo que permitirá a las empresas multinacionales demandar a los Estados y adelanta que el gobierno enviará el TPP para que sea discutido -sin urgencia- este año en el Congreso.

El Acuerdo Trans Pacífico (TPP) sigue siendo un tema de polémica en el país. El acuerdo comercial más grande del mundo, que involucra a 12 países y a más del 40% del PIB mundial ha sido duramente cuestionado por los alcances en propiedad intelectual y regulación de medicamentos genéricos, entre otros.

Para discutir los posibles beneficios del acuerdo para Chile es que participaron en un debate en la Universidad Católica el jefe negociador de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon), Felipe Lopeandia y el vocero de la la organización Chile Mejor Sin TPP, Carlos Figueroa.

Mientras Lopeandia recalcó que se trata de un acuerdo que es coincidente con la «exitosa» política comercial extranjera que ha sostenido Chile en los últimos 25 años y que gracias al TPP Chile estará en mayores condiciones de simetría con economías más grandes, Figueroa sostuvo su presentación en que la firma del acuerdo no se puede desprender del estado geopolítico del mundo actual. En ese sentido, recalcó la ofensiva de Estados Unidos que, buscando nuevas reglas comerciales, busca desplazar el creciente poderío chino en la economía mundial.

Los nuevos marcos regulatorios comerciales que propone el TPP, como los derechos de propiedad intelectual de las farmacéuticas sobre los remedios, extendibles desde 5 a 8 años de monopolio, cuentan con una clara estrategia política detrás, según Figueroa.

En un intercambio de preguntas, Lopeandia reconoció que mantener las negociaciones en secreto, alejadas de la ciudadanía, no es un escenario ideal y que trabajarán para que el contenido del TISA -otro acuerdo de libre comercio mundial del que Chile forma parte- sea liberado en los próximos meses. Además, insistió en que el empresariado nacional e internacional no es el principal benefactor del acuerdo. «No favorece a las empresas transnacionales», insistió.

La defensa del gobierno al TPP

En conversación con eldesconcierto.cl, Lopeandia profundizó en algunos de los aspectos polémicos del TPP, como el futuro de la economía chilena con un tratado como este y el mecanismo IDS (Investor-State Dispute Settlement System), el tribunal de justicia supranacional que va de la mano a la firma del acuerdo.

– Chile tiene tratados de libre comercio con todos los países firmantes del TPP. Es el único país en esta condición, ¿por qué se justifica firmar el TPP entonces?

Lo primero es decir que muchos de esos acuerdos son bastante antiguos, de más de 10 años, hasta 15 años. En ese sentido, el TPP es una buena oportunidad de modernizar las reglas que están en esos acuerdos y unificarlas en un solo instrumento. Eso, desde la perspectiva comercial ya tiene un valor, porque reduces costos de administración, de transacción que pueden ser muy altos. Lo segundo es que si bien habían acuerdos, habían temas en materia de acceso a mercados en bienes que todavía podíamos ganar más, porque en algunos acuerdos el nivel de acceso de nuestros productos era bastante imperfecto, no era muy pleno. TPP fue una buena oportunidad de mejorar esas condiciones en esos mercados, en Japón, Vietnam, Malasia, Canadá, donde estamos mejorando la situación de productos fundamentales para nuestra canasta exportadora que van a acceder ahora, gracias a TPP, en muchas mejores condiciones a esos mercados. Incluso productos excluidos de esos tratados ahora tendrán posibilidades de ingreso. Además los puntos en materia regulatoria, barreras arancelarias. Sin perjuicio de haber tenido acuerdos previos, TPP sí hace lógica de ser parte porque es una mejora con respecto de lo que teníamos.

– Hoy Chile, al igual que el resto de América Latina, sufre con la caída del precio de las materias primas, en una región principalmente primario exportadora. Se pasa de una década de ganancias y crecimiento con el precio del cobre por las nubes, a otra donde las propias reformas del gobierno están en entredicho por la baja de precio del cobre. ¿Un acuerdo de esta calibre no fomenta aún más la dependencia económica?

Estos acuerdos son instrumentos a partir de los cuales podemos insertarnos en la economía internacional sobre una base productiva que es la que Chile autonómamente define. Efectivamente, esa han sido las materias primas. Pero un acuerdo comercial no implica el hecho de que, autonómamente, con una decisión de política pública, nosotros fomentemos el desarrollo de otro tipo de industria, de otro tipo de empresas para efecto de beneficiarse de estos acuerdos. El TPP es una gran oportunidad de dar ese debate internamente y de utilizar los instrumentos que un acuerdo como este nos entrega para los efectos de poder desarrollar ese otro componente o elementos que pueden ser parte de nuestra matriz productiva en el futuro.

– Ese debate se daría con otro antecedente. El TPP incluye el mecanismo IDS (Investor-State Dispute Settlement System) , un sistema judicial ad-hoc que le permite a las empresas transnacionales demandar a los Estados soberanos si cambian algún punto que les compete según el tratado…

Lo que menciono no es un elemento que un inversionista extranjero podría abducir para llevar al Estado de Chile a este sistema de resolución de conflictos.

– Pero por un cambio en la legislación sí podría hacerlo…

No, en la medida que no discrimines. Puedes hacer cualquier cambio. El elemento central que puede dar pie para que un inversionista pueda demandar a un Estado es efectivamente que sienta que el Estado lo haya discriminado a esa empresa en particular con respecto a otro inversionista extranjero o un inversionista local. Pero reformas como las que hablamos, que se entienden que son horizontales, en ningún caso podrán ser objeto de una demanda por parte de un inversionista y no lo han sido.

– ¿Este mecanismo iguala a una empresa transnacional al mismo nivel que un Estado soberano?

En el TPP hay dos mecanismos de solución de controversias. El primero es Estado-Estado, en el que, por ejemplo, Chile puede demandar a Nueva Zelandia porque considera que una norma en el origen de reglas de origen ha sido violada. Ahì se establece un panel por parte de las partes que da suerte de una sentencia. Ese es un mecanismo que aplica en casi todos los capítulos del acuerdo. El segundo mecanismo es el que está alojado en el capítulo de inversiones y es el IDS. Es el que le da la posibilidad al inversionista extranjero de demandar al Estado receptor de su inversión cuando considere que ese Estado ha violado alguna de las obligaciones contenidas en el capítulo de inversiones, no es cualquier obligación. Están dirigidas a que limitan la posibilidad de que el inversionista sea discriminado por el Estado.

– ¿Y el tribunal ad-hoc que se forma será nombrado por las mismas partes involucradas?

Si el inversionista decide llevarte al CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones), que funciona bajo el alero del Banco Mundial, es el CIADI el que tiene un mecanismo para designar a los panelistas que van a participar de ese procedimiento y van a emitir una decisión. Son 3 personas en el tribunal, cada parte designa a una persona y el CIADI al presidente del tribunal.

– ¿Y hay alguna previsión para que los miembros de ese tribunal no hayan sido, por ejemplo, miembros de la empresa que demanda al Estado?

No tengo el detalle de las reglas de procedimiento. Tengo la impresión de que sí hay requisitos porque estos están en una lista de panelistas y hay condiciones de declaraciones de interés y que no estén relacionadas con las partes intervinientes en la disputa. De hecho, las partes pueden recusar a un miembro si consideran que está demasiado implicado con el caso en cuestión.

– Pero el tema conflictivo es darle las facilidades a las multinacionales de considerarlas como un igual frente a un Estado…

Eso tiene que ver con el mecanismo que surge desde hace más de 50 años en la lógica de darle la oportunidad al inversionista de utilizar un mecanismo jurisdiccional que no sean los estados nacionales del Estado en que esa inversión se desarrolla. Ahora, es interesante dar cuenta de la evolución positiva y las mejoras que se han hecho a estos mecanismos en los acuerdos más recientes. Se ha intentado remediar errores o situaciones inadecuadas en el marco de disputas. El TPP tiene elementos bien interesantes que recogen esa experiencia y tratan de eliminar situaciones desventajosas para el Estado. Hay una recuperación interesante de espacios regulatorios en que no exista amenaza de que un inversionista extranjero pueda demandar: hay criterios más claros en expropiación indirecta, regulaciones en demandas frívolas, mayores niveles de transparencia en los procedimientos. Han habido mejoras en el mecanismo para evitar abusos de inversionistas.

– ¿Cuáles son los pasos a seguir ahora con el TPP?

Hubo una firma el 4 de febrero, en la cual los 12 paises suscribieron el texto del TPP. Ahora procede la aprobación por las distintas instancias, porque los sistemas constitucionales varían. En el caso de Chile, lo enviaremos al Congreso este año para su aprobación. Hay una norma de entrada en vigor, que da plazo de 2 años a contar de la firma para que los 12 cumplan con los trámites internos. Si al término de los 2 años, los 12 no han cumplido con el tramite pero algunos sí, el TPP puede entrar en vigor con dos requisitos: Que sean al menos 6 países y que ese grupo representen al menos el 85% del PIB global de los países que incluye el TPP.

– Eso significa que Estados Unidos, principal impulsor del acuerdo, terminará firmando el tratado…

En la práctica implica que en ese grupo de países esté incluido Estados Unidos y Japón. Ahora, nosostros estamos trabajando para que nosotros seamos parte de ese grupo.

– ¿Cuando enviarán el TPP al Congreso?

Pronto, estamos trabajando en eso. No hay decisión tomada respecto a al fecha. Queremos que sea este año, pero no hay decisión respecto al momento porque se está analizando el tema de la agenda global parlamentaria del gobierno para ver finalmente cuál puede ser el momento adecuado para enviarlo.

– ¿No es un mero trámite burocrático? Teniendo cuenta que el Congreso solo podrá aprobar o rechazar el tratado en su totalidad…

Es verdad, el Congreso constitucionalmente solo puede aprobar o rechazar. Pero la idea del gobierno es posibilitar una discusión lo más abierta, lo más completa, lo más informada posible. No vamos a operar con urgencia, vamos a dar el tiempo necesario para que el Congreso pueda escuchar las visiones de toda la ciudadanía respecto al acuerdo.

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