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Cambio climático: ¿Estamos preparados en Santiago?

Por: Alejandra/ Daniela | Publicado: 18.04.2016
La variación hace que cada vez que tomemos la micro no podremos saber a qué hora llegaremos a destino, a pesar de que el promedio siga siendo 20 minutos. Esa falta de certidumbre es la misma que caracteriza al cambio climático.

Sin duda, la lluvia que ha caído en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y O’Higgins, ha tenido un gran impacto en toda la población. En solo 24 horas ha caído un 10% de lo que cae en promedio en la Región Metropolitana en todo un año. Sí, en todo un año. Esto ha causado que la ciudad se ha visto sobrepasada por el desborde de los cauces naturales. Sin embargo, esto no es puramente culpa de la naturaleza, ni únicamente incompetencia de las autoridades, si no que un resultado de la creciente vulnerabilidad que tenemos como país frente al cambio climático.

La definición formal de cambio climático es un cambio en la distribución estadística de variables ambientales. Una forma de entender el cambio en la distribución estadística es pensando en el recorrido de una micro. Si en el pasado normalmente un recorrido demoraba 20 minutos, ahora tendremos más veces que durará sólo 5 minutos y más veces 45 minutos. La variación hace que cada vez que tomemos la micro no podremos saber a qué hora llegaremos a destino, a pesar de que el promedio siga siendo 20 minutos. Esa falta de certidumbre es la misma que caracteriza al cambio climático.

Por otra parte, el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC, 2001) define la vulnerabilidad climática como el resultado de tres variables: exposición, sensibilidad y capacidad de adaptación. Vamos a hacer un repaso de esa vulnerabilidad en el caso de Santiago.

La exposición se entiende como el grado en el cual el sistema se ve afectado por riesgos climáticos. En este caso el factor de riesgo es el lugar donde ocurren las precipitaciones. La altitud de la lluvia en Chile central puede fluctuar entre los 1500 y 2500 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, este viernes se mantuvo una lluvia prolongada por sobre los 2500 msnm (ver imagen 1). La nieve se acumula en la cordillera, mientras que la lluvia escurre aguas abajo arrastrando todos los sedimentos que encuentre a su paso. Si bien la lluvia a estas alturas es un fenómeno poco común en el mes de abril, el cambio de la altura a la cual cae responde a lo que se espera al cambio de variables ambientales.

Imagen 1: Una imagen en falso color del sensor OLI (Landsat 8) del 19 de marzo. En esta imagen, la ciudad está en color rosado, los cultivos en color verde claro y la vegetación nativa en color verde oliva. La vegetación nativa se acaba a unos 1200 metros sobre el nivel del mar, a la altura de San Gabriel (punto naranjo). La boca del Embalse el Yeso está a 2590 msnm, y entre ambos puntos hay unos 21 km. La lluvia arrastró una enorme cantidad de sedimentos que llenaron toda la red y se desplazaron aguas abajo.

Imagen 1: Una imagen en falso color del sensor OLI (Landsat 8) del 19 de marzo. En esta imagen, la ciudad está en color rosado, los cultivos en color verde claro y la vegetación nativa en color verde oliva. La vegetación nativa se acaba a unos 1200 metros sobre el nivel del mar, a la altura de San Gabriel (punto naranjo). La boca del Embalse el Yeso está a 2590 msnm, y entre ambos puntos hay unos 21 km. La lluvia arrastró una enorme cantidad de sedimentos que llenaron toda la red y se desplazaron aguas abajo.

Por otro lado, la sensibilidad, que es el grado en el cual un sistema responderá al cambio climático, incluyendo tanto efectos benéficos como nocivos, depende tanto de variables ambientales como la precipitación y de variables sociales, tales como las instituciones y sistemas de alerta y planificación de la ciudad. Santiago ha crecido expandiéndose sobre áreas de inundaciones históricas (imagen 2). Además, sabemos que la población no se ve afectada de igual forma, los sectores más acomodados tienen más recursos para reaccionar que los sectores más pobres frente a una inundación. Por lo que la sensibilidad a estos cambios no es homogénea en la población y frente estos cambios de largo plazo hay que considerar esa desigualdad.

 

Imagen 2: Una superposición del mapa de cortes de agua del viernes 16 de abril* sobre la imagen satelital. Se destaca que los cortes ocurren básicamente en la precordillera, el área de Cerrillos y el sector noroeste de Santiago, lugares de la ciudad que históricamente han tenido inundaciones por su bajo nivel de infiltración en los suelos y su actual nivel de urbanización. *http://aguasandinas.maps.arcgis.com/apps/Solutions/s2.html?appid=3a3795054e14468eb464468fff028da0

Imagen 2: Una superposición del mapa de cortes de agua del viernes 16 de abril* sobre la imagen satelital. Se destaca que los cortes ocurren básicamente en la precordillera, el área de Cerrillos y el sector noroeste de Santiago, lugares de la ciudad que históricamente han tenido inundaciones por su bajo nivel de infiltración en los suelos y su actual nivel de urbanización.
*http://aguasandinas.maps.arcgis.com/apps/Solutions/s2.html?appid=3a3795054e14468eb464468fff028da0

Por último, la capacidad de adaptación depende de la respuesta a mediano y largo plazo, es decir prácticas, procesos y estructuras, tales como sistemas de emergencia, la ayuda entre vecinos, y la capacidad de las instituciones formales de aprender y cambiar. Comúnmente las autoridades responden reactivamente frente a las inundaciones y sequías, pero una vez que la emergencia ha pasado, no hay respuestas de largo plazo o propuestas de modificación de los planes de desarrollo con miras al cambio climático. Para ello tenemos que pensar en la necesidad urgente de aumentar los parques y corredores verdes en la ciudad, para permitir sistemas naturales de infiltración de aguas lluvias. Tenemos que reevaluar obras de alto impacto como la construcción de Alto Maipo (imagen 3), carreteras, centros de comercio y la expansión de la ciudad hacia las montañas. Al final, todos terminamos pagando las consecuencias de la falta de planificación.

 

Imagen 3: Gran parte del agua que llega a los hogares de los santiaguinos viene del Embalse el Yeso (cuerpo de agua ubicado en el centro de la foto), ubicado en el Cajón del río Yeso, en el Cajón del Maipo. Parte de esas aguas serán captadas por Aes Gener y transportadas por aproximadamente 25 km hacia Los Maitenes, en el cajón del río Colorado (hacia donde indica la flecha blanca, punto blanco en imagen 1). Existen muchas dudas acerca de los efectos ambientales que pueda tener este proyecto.

Imagen 3: Gran parte del agua que llega a los hogares de los santiaguinos viene del Embalse el Yeso (cuerpo de agua ubicado en el centro de la foto), ubicado en el Cajón del río Yeso, en el Cajón del Maipo. Parte de esas aguas serán captadas por Aes Gener y transportadas por aproximadamente 25 km hacia Los Maitenes, en el cajón del río Colorado (hacia donde indica la flecha blanca, punto blanco en imagen 1). Existen muchas dudas acerca de los efectos ambientales que pueda tener este proyecto.

En este contexto se vuelve importante debatir si es que tenemos una ciudad preparada frente a la vulnerabilidad climática y cómo la enfrentaremos a largo plazo. Para ello tenemos que pensar de ahora en adelante no en las condiciones promedio, sino que en condiciones extremas, cuando se trate de diseñar y evaluar ambientalmente cada proyecto a construir en la ciudad. Además hay que considerar que estas decisiones implican responsabilidades, costos y ganancias que no estarán distribuidas de igual manera en la población, por lo cual hay que asumir que el cambio climático no puede ser un proceso que afecte aún más a los sectores más vulnerables. Esto nos permitirá estar efectivamente más preparados, porque el cambio climático ha llegado para quedarse y tenemos que esperar eventos parecidos a éste en los próximos años.

Alejandra/ Daniela