Felipe Sandoval, ex Subsecretario de Pesca y su rol como presidente de Salmón Chile: «No le veo ningún problema»

Felipe Sandoval es militante demócratacristiano y preside desde febrero de 2014 la asociación gremial de industrias salmoneras SalmónChile. Ha pasado por múltiples cargos en la alta burocracia del Estado durante los gobiernos de la Concertación, incluyendo la vicepresidencia de la Corfo durante el gobierno de Eduardo Frei y, convenientemente, la subsecretaría de Pesca durante el mandato de Ricardo Lagos.

En las últimas semanas, su rol como líder del empresariado salmonero lo ha posicionado en el centro de un conflicto socioambiental cuyas consecuencias definitivas aún están por determinarse. Decenas de pescadores artesanales, buzos marisqueros y trabajadores del mar señalan al gremio industrial que él encabeza como el principal responsable de la crisis que afecta a Chiloé.

Los cuestionamientos que apuntan a la salmonicultura van en una misma dirección: según diversas organizaciones sociales movilizadas en la zona, la sobreproducción desequilibró gravemente el ecosistema marino, desatando una ola de muertes nunca antes vista en Isla Grande. El exceso de antibióticos en el tratamiento de los peces – 450 mil kilos en 2013 según Sernapesca -, la acumulación de heces y comida bajo los cultivos, sumados a falta de regulación y fiscalización ambiental, son algunos de los factores más graves denunciados hasta ahora.

En entrevista exclusiva con El Desconcierto, Sandoval se refiere a algunos de estos puntos.

– En su calidad de presidente de SalmónChile ¿Qué grado de responsabilidad le otorga a las salmoneras por el desastre ambiental ocurrido en Chiloé?

¿A qué desastre ambiental se refiere, al de la marea roja?

– Marea roja y la reciente muerte de diversas especies en todo el litoral de la Isla Grande.

Es un fenómeno natural, no tiene nada que ver SalmónChile. Usted sabe que hay una corriente de El Niño que le han dicho Godzilla y que ha provocado mortandad en varias partes del Pacífico en épocas anterior y posterior al bloom de algas.

– Dice entonces que no existe responsabilidad alguna.

Con la marea roja y la muerte de las especies, no.

– Algunos especialistas sostienen que el vertimiento de salmones muertos y sobreexplotación extremaron las condiciones ambientales. Dicen que las especies no han muerto por marea roja, sino por envenenamiento. Hablo del académico Rodrigo Cárdenas de la Universidad Austral, entre otros. El ácido sulfhídrico, dicen, pone en riesgo al medio ambiente.

El ácido sulfhídrico se diluye en el agua, eso lo puede obtener de cualquier información básica. Es muy tóxico en el aire, pero en el agua se diluye. Escuché a un científico de apellido Palma que decía que la muerte de machas es parte de la marea roja y no tiene que ver con el vertimiento.

– ¿Cuántas veces durante el año han pedido autorización para verter peces muertos al mar?

El 2016 solo por una emergencia que no había ocurrido nunca en Chile y se hizo como última medida. Se autorizó en un lugar donde no tiene efectos sobre las costas chilenas, a 130 km con corrientes hacia afuera.

– ¿Qué cantidad se autorizó?

9 mil toneladas y se vertieron 4.600. Se hizo un esfuerzo enorme por verter la menor cantidad posible.

– ¿Existe sobreexplotación de salmones?

Nosotros siempre hemos dicho que lo lógico debería ser un esquema con capacidad de carga en función de la zona y que fuera variando según resultados sanitarios y ambientales. Es una medida que tiene que tomarse desde el Estado, porque si la tomamos los productores puede considerarse acuerdo colusivo contra la libre competencia. Tiene que ser aplicado por la autoridad.

– No existe entonces una cifra tope de producción anual acorde a la sustentabilidad ambiental

En Chile existen densidades máximas que varían según resultados ambientales. Eso hay que complementarlo con una medida que se vaya adecuando por zonas. Nos gustaría avanzar en eso pero debe ser una medida tomada por la autoridad.

– ¿Qué medidas impulsó en esa dirección cuando fue subsecretario de Pesca?

Son momentos distintos.

– Imagino que se debe planificar una política a largo plazo en algo como esto.

Sí, lo que pasa es que fui subsecretario hace más de 10 años. Se hizo una política nacional de acuicultura que se aplicó por 10 años cuando yo estuve y el tiempo que estuve después. La situación era distinta a la de hoy día. El sistema yo creo que se copó en su capacidad de crecimiento con la crisis del virus ISA, pero cuando yo estaba aún podía crecer más.

– ¿Por qué estamos produciendo salmones adictos a los antibióticos? En 2015 se registró un aumento del 25% en el uso de esos medicamentos, mientras que Noruega, primer país exportador con quien siempre se compara la industria, va con esa tasa a la baja.

Con Noruega no hay que compararse en términos de antibióticos. En Noruega tienen otras enfermedades que combatir. El antibiótico que se usa no tiene trazas en el pescado, si no no sería aceptado por países donde exportamos.

– ¿Cuánto antibiótico se utiliza?

No tengo la cifra exacta, pero como le digo, en Chile se ocupa por eso. La tecnología tendrá que avanzar para enfrentar bien las enfermedades. El salmón que se consume no tiene antibióticos, de lo contrario no llegaría a los mercados destino y Sernapesca no nos dejaría. Está súper regulado por el SAG, con receta veterinaria, y no se da de manera preventiva, solo cuando hay enfermedad.

De la «Mesa del Salmón a las salmoneras» 

En 2008, luego de un año de crisis social y sanitaria provocada por el virus ISA, las autoridades de gobierno constituyeron un espacio de diálogo político para solucionar el conflicto. Se creó la llamada “Mesa del Salmón”, que sentó a representantes del sector público, ONG, industrias y trabajadores. Saldoval fue quien presidió la instancia.

Entonces se resolvió entre otros puntos impulsar cambios al reglamento ambiental y sanitario de acuicultura, junto con comprometer al Estado como garante de un millonario crédito bancario para las salmoneras.

– Hace tiempo que la crítica a la llamada “puerta giratoria” del poder viene tomando fuerzas. ¿Le parece ético pasar de ser el principal fiscalizador del Estado en esta materia a encabezar el gremio de la industria salmonera?

Primero, precisemos. El subsecretario no fiscaliza, fija políticas.

– Imagino que ambas cosas se relacionan y van en la misma dirección.

Sí, pero tiene que precisar usted. Segundo, fui subsecretario hasta el 2006. Entonces cuando hablamos de este tipo de cosas de pasar de un cargo a otro hay que fijar un período ¿Eso quiere decir que cualquier persona experta en pesca después de ser subsecretario no puede trabajar en eso toda su vida? Si es lo único que ha hecho, no. Se fija un período. En Chile no sé si salió la ley pero se hablaba de dos años. Han pasado 10, entonces no veo ningún problema.

– Usted participó en la llamada “mesa del salmón” como Secretario Ejecutivo en 2008, durante la primera administración Bachelet, y en 2010 pasó a la industria salmonera. Ha estado en las dos partes del mismo conflicto.

En más de dos años, que es lo que se ha discutido.

– Por eso no le pregunto por la ley, sino por su posición ética.

Pero es que lo ético… yo podría decirle a usted que la manera de entrevistar me parece poco ética. Lo ético va con los valores de cada persona, es importante que las cosas se legislen. Alguien puede considerar que es ético estar 100 años fuera, otros un año, lo mejor es ponerse de acuerdo.