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Internacional

Las claves para entender el «desfile K» ante la justicia argentina

Por: Francisco Parra | Publicado: 07.07.2016
En Argentina, los medios festinan con la semana dorada de la «corrupción K», tres investigaciones de la justicia que se desarrollan en paralelo y tienen alguna ligazón con el kirchnerismo. Millones de pesos escondidos, asesinatos, narcotráfico y política: la justicia toma la palabra al otro lado de la cordillera. El gobierno de Macri celebra el respiro, la atención ya no está en la devaluación, inflación y aumento de pobreza.

Los medios en Chile, Argentina y gran parte del mundo, hablan del «desfile K» ante la Justicia. Y es porque la presente semana ha estado marcada por la aparición de distintos personajes ligados al kirchnerismo, incluida la ex mandataria, Cristina Fernández, llegando a las oficinas de Comodoro Py -donde se ubican los tribunales de justicia argentinos- para declarar por distintas causas de corrupción ligadas al movimiento político que gobernó al país trasandino por doce años.

La «corrupción K» ha caída como anillo al dedo al gobierno de Mauricio Macri. Los tarifazos, inflación e incluso el aumento de la pobreza en 1,4 millones de personas desde que asumió en diciembre pasado, pasan desapercibidos detrás de los bullados y cinematográficos casos de corrupción que enfrenta hoy en día el kirchnerismo.

El más digno de película es sin duda el de José López, ex secretario de Obras Públicas entre 2003 y 2015, quien fue detenido mientras intentaba ocultar 9 millones de dólares en un monasterio. Hoy permanece en el pabellón psiquiatrico del penal de Ezeiza. Al ex colaborador cercano de Néstor Kirchner se le escuchó gritar a viva voz incoherencias cuando llegó tribunales.

El caso López es uno más de la intensa ofensiva judicial contra la llamada «corrupción K». Aquí los detalles de los casos que ponen en entredicho al movimiento.

Lázaro Báez y el lavado de dinero

Empresario oriundo de Corrientes, forjó en los 90′ una íntima relación con Néstor Kirchner, en ese entonces intendente de Río Gallegos. Baéz empezó trabajando como empleado bancario en Santa Cruz, la provincia de los Kirchner. Hoy su fortuna supera los 140 millones de dólares, establecida principalmente a través de los millonarios negocios con el Estado a través de obra pública.

Dueño de empresas constructoras, obtuvo por ejemplo el 82% de las licitaciones públicas de la provincia de Santa Cruz. También obtuvo el 12% de los contratos licitados por el Estado, recibiendo 4 mil millones de pesos argentinos (cerca de 180 mil millones de pesos chilenos) en cinco años. Baéz también ganó varias licitaciones petroleras en Santa Cruz, a través de sus firmas Epsur y Misahar.

La causa en su contra, liderada por el juez Sebastián Casanello, investiga lavado de dinero y sobreprecio en dichos contratos. Baéz fue detenido en abril de 2016 y hoy permanece en prisión preventiva.

Leonardo Fariña, ex colaborador de Baéz y hoy detenido por evasión de 30 millones de pesos argentinos, ha declarado que Cristina Fernández, en conocimiento de las irregularidades de los contratos de Baéz con el Estado, optó por encubrirlo. «La relación entre Lázaro Báez y Cristina Fernández después de la muerte de Néstor Kirchner está demostrada, porque ella no hizo lo que tenía que hacer que era acabar con los negocios. Tuvo una actitud de encubrimiento», dijo hace un mes.

Citado a declarar ayer a la mañana, Báez presentó un escrito en que negó las acusaciones en su contra y pidió la nulidad del juicio. «No hay motivos suficientes para que se me dirija formalmente una imputación»; «Los llamados a declaración indagatoria contienen un mensaje disciplinante hacia mi persona»; «Resulta intolerable la arbitrariedad», dijo, entre otras cosas.

La narco-política del triple crimen

Otro que llegó a las oficinas de Comodoro Py fue Esteban Pérez Corradi, asociado a un polémico caso que involucra narcotráfico, asesinatos y -supuestamente-, política.

En 2008 aparecieron muertos Sebastián Forza, Damián Ferrón y Leopoldo Bina, abandonados en un camino de tierra en la localidad bonaerense de General Rodríguez. Empresarios farmacéuticos, sus cuerpos tenían evidencia de tortura tras seis días de secuestro. Mientras avanzaba la investigación -aunque con varias trabas entremedio, como un juez que se declaró incompetente para investigar, testigos claves misteriosamente asesinados y pérdida de pruebas-, se fue conociendo la ligazón de Forza al narcotráfico, específicamente al tráfico ilegal de efedrina.

En la investigación apareció el nombre Esteban Ibar Pérez Corradi como principal sospechoso del triple crimen. También los de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y Marcelo Schillaci. En diciembre de 2012, los tres últimos fueron condenados a cadena perpetua.

¿Y la ligazón con los K? Los empresarios asesinados tenían la protección de un personaje identificado como «La Morsa», pero se desconocía de quien se trataba. Una semana antes de las elecciones de 2015, el periodista anti kirchnerista Jorge Lanata aseguró que el misterioso personaje no era otro que Aníbal Fernández, entonces Jefe de Gabinete de Cristina Fernández y candidato a Gobernador por la Provincia de Buenos Aires y que él era el autor intelectual del triple crimen.

El entonces ministro acusó operación política previo a las elecciones. En los comicios, perdió ante la candidata del PRO (partido de Mauricio Macri) María Eugenia Vidal, poniéndole fin a más de 30 años de mandato peronista en la provincia más grande del país.

Los que acusaban a Fernández se desdijeron cuando enfrentaron la justicia. Y cuando asumió Vidal, levantó la custodia permanente a los hermanos Lanata y Schillaci. El 26 de diciembre, los principales sospechosos de una causa de asesinatos y narcotráfico, escaparon de prisión. Aníbal Fernández acusó a la gobernadora Vidal de liberar «a tres homicidas narcos que le dieron una mano para ganarme».

En enero fueron detenidos nuevamente, mientras que Pérez Corradi fue detenido en febrero en la frontera con Paraguay. Citado a declarar ayer miércoles a Comodoro Py, insistió en su inocencia y habría asegurado a la jueza que Sebastián Forza, el empresario asesinado, le dijo que «La Morsa» era Aníbal Fernández.

Cristina y el dólar futuro

La citación más bullada de todas. La propia ex presidenta Cristina Fernández también llegó ayer a tribunales a declarar por la causa «dólar futuro» del juez Claudio Bonadío.

Se trata de una operación que habría generado una pérdida de 77 mil millones de pesos argentinos para las arcas estatales. Se acusa a la ex mandataria, al ex ministro de Economía Axel Kicillof y al ex presidente del Banco Central Argentino de realizar operaciones de venta de dólares a futuro a un promedio de 10,60 pesos argentinos, cuando el billete se cotizaba a cerca de 15 pesos.

Pese a lo noticioso que es tener a una ex Jefa de Estado ante la justicia, el caso llama la atención por sus dudosos fundamentos. La venta de dólares a futuro es un mecanismo financiero común del capitalismo globalizado, utilizado por los Estados para incidir sobre las expectativas de evolución futura del tipo de cambio. Las dos partes se comprometen a un intercambio en un plazo determinado, con una parte que se compromete a vender y la otra a comprar al precio acordado anteriormente.

Teniendo en consideración el funcionamiento de la operación de dólares a futuro, difícilmente se trata de una figura de asociación ilícita por parte de la ex mandataria. Aunque no por eso deja de ser una operación política: la estimación de vender dólares a 10 pesos se condice con las proyecciones que entregaba el candidato peronista Daniel Scioli en campaña. Según expertos, la señal que enviaba el Banco Central era que si el Frente para la Victoria ganaba la elección, la devaluación del dólar no sería tan grande. 

«Tribunales K»

La dura semana para el kirchnerismo es festejada a gritos por el macrismo, que incluso han liberado videos burlándose de la situación.

La citación a personajes ligados kirchnerismo ha desviado la atención de las propias causas de corrupción que afectan al gobierno, como la ligazón del presidente con los Panamá Papers y el conflicto de interés del ministro de Energía Juan José Aranguren, quien tiene 13 millones de pesos invertidos en la multinacional Shell.

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