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«Yo lo voy a esperar en los tribunales como cualquier ciudadano común y corriente que no goza de fuero, y lo voy a mirar de frente a frente» aseguró el parlamentario.
Tras conocerse esta mañana el desafuero al diputado Gaspar Rivas, ex RN y hoy independiente, luego que en abril de 2016 se refiriera públicamente al empresario Andrónico Luksic como «hijo de puta» durante una intervención en el hemiciclo, el parlamentario asegura estar «satisfecho» por estar de acuerdo con la medida que lo afecta.
La Corte de Apelaciones decidió de forma unánime quitarle el fuero luego que Luksic presentara una querella en su contra por «injurias graves por publicidad».
En conversación con El Desconcierto, Rivas aseguró que él fue quien solicitó ser desaforado, explicando que «yo no quería gozar de ningún tipo de privilegio si me iba a enfrentar a Luksic. Yo solicité ser desaforado, hice mis descargos y dije por qué había dicho lo que dije».
Consultado sobre si considera que el empresario tiene a su haber un fuero que lo protege, el diputado manifestó que «efectivamente que hay una protección, de entender que es una persona poderosa, como el mismo lo dijo y lo explicó con claridad en su video. El poder implica muchas cosas, entre ellas ser difícil de tocar, difícil de llegar a él; sobre todo al referirse a mí como un pobre diputado».
Lo que sigue ahora es una instancia de apelación que Rivas aclara que no tomará porque «apelar sería defender el fuero y yo renuncio al fuero». La intención del legislador es enfrentar la querella en tribunales como un ciudadano común y corriente. «Tendrá que ser la ciudadanía la que juzgue, la que decida quién está representando sus intereses: si es el empresario o si es el diputado que enrostra las responsabilidades del señor Luksic».
Acerca de las «responsabilidades» a las que alude Gaspar Rivas, el parlamentario asegura que el presidente de Quiñenco debe responder el caso Caval, Alto Maipo, el corte de agua durante el temporal de abril, la contaminación en Antofagasta, entre otros.
«Hijo de puta significa mala persona en el diccionario, por eso utilicé esa palabra y no usé mala persona, porque yo quería generar un remezón. Si yo le hubiera dicho mala persona habría pasado sin penas ni glorias, y este señor nunca habría dado una explicación» indica el diputado.
¿Te arrepientes de haberle dicho «Hijo de puta», a Luksic?
– No, no me arrepiento de nada. Yo no me arrepiento de ninguna cosa. Lo que sí especifico es que lo que le quise decir es que es una mala persona, y lo sigo sosteniendo; lo dije con una expresión dura, pero que está a la altura de la gravedad de los hechos que se le indican a él en la prensa. Yo lo voy a esperar en los tribunales como cualquier ciudadano común y corriente que no goza de fuero, y lo voy a mirar de frente a frente.
¿Cómo te preparas para enfrentar la querella?
– Yo confío en que se va a hacer justicia. Si la justicia considera que yo cometí el delito lo aceptaré, pero jamás me esconderé detrás de un fuero. Yo quiero marcar la diferencia, siempre lo he querido, y asimismo hacer el contraste con la podredumbre del Congreso. Mientras más podredumbre hay en el Congreso, yo siento más ganas de responder con limpieza y transparencia.
¿Qué le dirías a Luksic si lo tuvieras en frente?
– Le diría que sinceramente use la oportunidad para dar las explicaciones del caso a los chilenos, que si él considera que no es una mala persona que lo explique. Pero mirándolo a la cara, le puedo decir que yo al menos en los antecedentes que sí manejo y que han salido en la prensa, considero que por lo menos no es una buena persona.
Parafraseando la historia bíblica de David y Goliat, el parlamentario, quien dice representar a David, asegura que «Antes David tenía un fuero, ahora ni siquiera lo tiene porque David decidió renunciar al fuero, porque hay otros David todavía más pequeños que no tienen ese fuero. Por ejemplo, la persona que gatilló todo eso y quedó un poquito en el olvido, que fue el ciudadano que se quejó ese día en el edificio Dos Caracoles y dejó entrever toda su rabia y su pena, también es un David, chiquitito, más chiquitito que yo», agregando que aquel ciudadano «no tiene fuero, y yo quiero ser como él , no quiero ser como Goliat, no quiero ser como el señor Luksic, que se reconoce poderoso. Yo no quiero ser poderoso, quiero ser un ciudadano común y corriente».
