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Expertos sobre el homicidio tras portonazo: «Vamos a terminar aceptando escuadrones de la muerte para matar delincuentes»

Por: Daniel Núñez Escobar | Publicado: 03.08.2016
Expertos sobre el homicidio tras portonazo: «Vamos a terminar aceptando escuadrones de la muerte para matar delincuentes» |
Los abogados penalistas Jaime Winter y Juan Pablo Mañalich se refirieron, en conversación con El Desconcierto, al homicidio de Juan Jorquera, presuntamente asesinado por las víctimas de un portonazo que protagonizó en San Bernardo. Ambos coinciden en que la defensa legítima de los agresores no se justifica en este caso y que no hay justificación para el asesinato. «Esto no es el Far West», apunta Mañalich.

El homicidio de Juan Jorquera, delincuente que participó en un portonazo en la comuna de San Bernardo y que fue golpeado hasta la muerte por las víctimas del robo, ha generado un fuerte debate sobre la justificación -o no- de la violencia cuando se es víctima de un delito.

Los presuntos homicidas y al mismo tiempo perjudicados por el portonazo, Gustavo y Raúl Aravena, fueron imputados por el delito de homicidio simple y quedaron con prisión preventiva, según definió este martes el Tribunal de Garantía de San Bernardo. Esta decisión desató críticas e indignación de ciertos sectores que sostienen que tenían el derecho a la legítima defensa.

Sin embargo, la visión de los expertos difiere. En conversación con El Desconcierto, los abogados penalistas Jaime Winter y Juan Pablo Mañalich, aseguran que la legítima defensa no era aplicable a este caso en particular. El principal argumento es que para que se aplique dicho principio la agresión debe ser actual o inminente.

«Es importante que la gente entienda que uno puede defenderse cuando es objeto de una agresión delictual. Lo que pasa es que esto tiene requisitos. En este caso la agresión debe ser actual o inminente. Esto significa que la defensa es para repeler al delincuente. En este mismo caso, si es que el momento en que existe el robo con violencia o intimidación, la víctima hubiera sacado un arma y defendiéndose hubiera matado al agresor, ahí estaríamos ante un caso de legítima defensa. En este caso no se aplica porque en el momento que ya se logró repeler el ataque y el delincuente huye, las víctimas ya no se están defendiendo, se están vengando», explica Winter.

Mañalich agrega que «si la persecución es inmediata después del robo y se trata de impedir que se lleve lo robado, el comportamiento sigue representando una agresión ilegitima actual para impedir que la cosa sustraída quede en poder del ladrón. El tema es que al parecer el auto ya había sido recuperado cuando comenzó la golpiza. En ese caso, no puede ser de ninguna manera entendida como una maniobra defensiva. Se trata más bien de una descarga de violencia de una agresión ya pasada, eso no es legítima defensa».

«Esto no es el Far West»

Uno de los argumentos esgrimidos en apoyo de de Raúl y Gustavo Aravena por parte de ciertos sectores es la supuesta negligencia de Tribunales al momento de condenar efectivamente a los delincuentes: la famosa «puerta giratoria». Sin ir más lejos, Alberto Espina, senador RN, habló de la «impunidad» ante la delincuencia como unas de las razones que motivaron este homicidio.

Respecto a ello, Winter asegura que hace décadas los gobiernos han intentado echarle la culpa de los problema de seguridad a Tribunales. «Y eso no es real. Acusan de que son garantistas y hablan de la puerta giratoria, y no, lo cierto es que más del 90% de las prisiones preventivas que pide el Ministerio Público son concedidas por los Tribunales. Eso de que sale al otro día libre no es verdad».

En la misma línea Mañalich es claro: «Asumir la postura de que todo está mal y hay que actuar de motu proprio» . Es decir ,que es necesario suplir al Estado en la administración de justicia y eso es incompatible con la fisionomía de un Estado de derecho. Esto no es el Far West, en que las ejecuciones de sentencia pudieran ser asumidas de facto por personas privadas».

«Si justificamos este homicidio, posiblemente vamos a justificarlos todos y vamos a terminar permitiendo escuadrones de la muerte para matar a personas que supuestamente han cometido delitos. Que la gente sea condenada por una turba o una persona que no sea un tribunal, nos recuerda la época más oscura de este país, la dictadura», concluye Winter.

En el caso de los Aravena y el homicidio de Juan Jorquera, habrá que esperar el desarrollo del juicio, sin embargo, Winter prevé que el resultado probablemente sea una pena de cárcel, como en la inmensa mayoría de los homicidios. En todo caso, producto de cómo ocurrió el crimen, ambos coinciden en que podrían existir atenuantes. «Hay que revisar el caso, ver las particularidades, pero descartando la legítima defensa, lo que sí es discutible perfectamente es que hayan atenuantes del homicidio», dice Mañalich.

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