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Briceño responde a columnista que lo trató de «ahueonao»: «Estoy cansado de ver mi espíritu maltratado»

Por: El Desconcierto | Publicado: 03.11.2016
«Pasa, en este caso en particular, que me cuesta y hasta me niego a dividir el mundo en hombres y mujeres y a confrontarlos como si fueran dos ejércitos, pues creo que la femeneidad y la masculinidad están distribuidas por doquier, y con bastante más sutileza que la de un partido de fútbol o un par de bancadas políticas (…) Resistirme a ser feminista no me hace un machista. No nací para militar. Me niego a aceptar el uniforme y su uniformidad», explicó el cantante.

«Pero Briceño piensa que las mujeres rigen el mundo porque algunas deciden qué se cocina un día o qué mercadería se compra a fin de mes. Loco, estar en la cocina no te sirve para levantar políticas públicas. Estar encerrada en la casa dificulta cualquier articulación política (…) Parafraseando a la periodista Javiera Tapia: Briceño, cómo creer en tus canciones, si eres tan ahueonao«, dice un párrafo de la columna publicada en El Dínamo por Arelis Uribe, periodista del Observatorio Contra el Acoso Callejero.

El vocalista de Ases Falsos se tomó el tiempo de responderle a través de la cuenta de Facebook de la banda que acaba de publicar un nuevo disco llamado «El hombre puede».

Briceño, comienza su respuesta escribiendo: «Arelis, le escribo con el derecho que me otorga el ser tratado de ahueonao en un medio de comunicación (lo de burro lo dejo pasar, noble animal). Usted le dispara a un Cristóbal Briceño que yo mismo desconozco, porque aunque compartamos nombre se trata de un personaje construido en base a recortes de prensa elegidos por usted arbitrariamente y de entrevistas pobremente editadas (como la que salió este sábado en La Tercera, triste resultado de casi 2 horas de sabrosa conversación)».

En la entrevista a la que hace alusión el cantante, publicada la semana pasada, Briceño calificó a la igualdad de género como una «burrada» arguyendo que en el caso de aceptarla, «debería ser un humano neutro». Dichos que propiciaron la columna a la que ahora responde.

«Usted misma lo escribe, “a mí me daría vergüenza andar tan suelta de cuerpo hablando de temas de los que no tengo idea.” Pues le cuento, usted no tiene idea de quién soy yo. Que yo sepa no hemos tenido el gusto de compartir una conversación. Y solo por eso acepto que me acuse de decir cosas que jamás diría. Como que “las mujeres rigen el mundo porque algunas deciden qué se cocina un día o qué mercadería se compra a fin de mes.” Eso es invención suya, Arelis, porque si bien yo sí pienso que mujer y hombre tenemos capacidades y hasta obligaciones (léase “llamados interiores”) diferentes, ciertamente no creo que lavarle los calzoncillos al marido o hacer las camas sean parte de ellas», explicó el artista.

«Entiendo que los mapuche asignaban a la mujer el deber de desentrañar los secretos de la tierra. Yo por mi lado, a modo de ejemplo, me he dado cuenta en mis idas a los juegos de la plaza que son las niñas las que siempre se preocupan por mi pequeña hija, mientras que para los niños ella es invisible», agregó para ejemplificar su punto de vista.

«Esto me ha hecho reflexionar sobre la solidaridad, que considero una facultad femenina. En cualquier caso, justo es decir que entre compañeros de género son muchas más las cosas que nos distinguen que las que nos aúnan. Cada hombre por si solo y Dios contra todos ellos, rezaba el título de la película. En fin, son algunos pensamientos que comparto con usted para que sienta un poquito de la tridimensionalidad de este servidor».

«Y me subestima, Arelis, cuando sugiere que no sé de injusticias. La violencia obstétrica la conozco y la batallo por mi condición de padre. El acoso callejero lo conozco y lo batallo por mi condición de transeúnte. La injusticia, sea contra la mujer, contra un animal, contra las flores, contra los niños, contra las ideas, es mi motor», dijo Briceño.

«Pasa, en este caso en particular, que me cuesta y hasta me niego a dividir el mundo en hombres y mujeres y a confrontarlos como si fueran dos ejércitos, pues creo que la femeneidad y la masculinidad están distribuidas por doquier, y con bastante más sutileza que la de un partido de fútbol o un par de bancadas políticas (…) Resistirme a ser feminista no me hace un machista. No nací para militar. Me niego a aceptar el uniforme y su uniformidad«, explicó.

«Usted, Arelis, no me conoce en absoluto. Y tal vez yo debiera agradecer este estado en nuestras relaciones, pero aunque seguramente usted no me comprenda, porque sospecho que nunca ha tenido que lidiar con difamaciones y calumnias en masa, le cuento que estoy cansado de ver mi espíritu maltratado, por lo que con gusto la puedo recibir para conversar de este y otros temas. Espero su correo a asesfalsos@gmail.com», concluyó.

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