Científicos chilenos investigan resistencia de las plantas a la salinidad en la Antártica

En el marco de la Expedición Científica Antártica (ECA 53), que efectúa cada año el Instituto Antártico Chileno (INACH), un grupo de cuatro investigadores chilenos se asentaron en la Isla Livingstone (territorio antártico) para estudiar la relación de diversas especies de plantas con respecto a la resistencia de las mismas bajo condiciones extremas.

Se trata de la investigación titulada “Evaluando el rol de las comunidades bacterianas de la rizósferas, en el desempeño fisiológico de Colobanthus quitensis bajo estrés por sal”, dirigida por el Dr. Jorge Gallardo de la Universidad del Bío-Bío, quien junto a su equipo, el Dr. Sergio Svistoonoff del Instituto Francés de Investigación para el Desarrollo (IRD) , Dr. Gabriel Ballesteros (U. Talca) y Mg. Javier Meza (UNAB), quienes viajaron al Continente Blanco para investigar la resistencia a salinidad de algunas plantas.

“Lo interesante de la Colobanthus quitenesis, es que es una planta que aparentemente tolera muy poco la sequía, siempre está cerca de los sitios de deshielo, por lo que se ha determinado que no es muy resistente a la sal. Curiosamente en la Antártica cuando está cerca de la costa siempre está asociada a Deschampsia antarctica, que es una planta súper resistente frente a casi todos lo puntos de estrés«, explicó el investigador principal. La hipótesis que se baraja en el proyecto, es que las bacterias del suelo inmediato a las raíces vivas, de alguna manera están activando mecanismos de resistencia a sal en el caso de Colobanthus, porque cuando se encuentra a esa especie en la costa, siempre está asociada a la planta resistente dicha.

Esto, porque particularmente la planta vascular Deschampsia antarctica o también conocida como «pasto antártico», ha desarrollado a través del tiempo una serie de aptitudes que le ha permitido adaptarse a difíciles condiciones con mucho viento, alta radiación, temperaturas muy bajas, suelos salinos, periodo estacional de crecimiento muy corto, entre otras características.

Para llevar a cabo el estudio, fue necesario levantar un campamento especializado en el que se montó una carpa laboratorio para comer, trabajar y para realizar todo tipo de actividades. Durante la semana de trabajo se extrajo ejemplares de Colobanthus quitensis para evaluar la actividad de sus bacterias. Para eso se trató plantas con y sin estrés salino con antibióticos, posterior al tratamiento se volvieron a plantar los ejemplares de Colobanthus para identificar cuánto se demoran los genes relacionados a la tolerancia al estrés por sal en expresarse nuevamente.

El investigador se refirió también a la importancia de la realización de su proyecto debido a pronósticos del cambio climático. “Uno de los pronósticos del cambio climático es que muchas de las zonas cultivables para plantas comerciales van a quedar bajo la influencia del mar o con altas concentraciones de sal. Debido a esto, surge la pregunta de cómo seguir aprovechando los terrenos donde hoy se cultivan plantas de interés comercial, pero con resistencia a altas concentraciones de salinidad«, señaló

Para dar respuesta a las interrogantes, el equipo del Dr. Gallardo continuará investigando en la próxima versión de la ECA , donde culminará el trabajo en terreno del proyecto. Además, Gallardo mencionó que a futuro «pretende ampliar su investigación a otras zonas de la península Antártica», para comprobar si otras especies «pueden activar mecanismos de resistencia al estrés salino».