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No me importa que usted sea menor que yo

Por: Claudia Apablaza | Publicado: 14.03.2017
No me importa que usted sea menor que yo Gerard-Pique-and-Shakira-pose-with-the-Copa-del-Rey-trophy |
Estar casado con alguien menor es enfrentarte políticamente de forma muy distinta a las cosas. Mi marido es de una generación más politizada que la mía, nació en 1989, cuando estaba terminando la dictadura. Su infancia fue en democracia y sus opiniones están muy ligadas a ese año de nacimiento.

Estar casada con alguien 11 años menor que yo ha sido fácil, pensé que iba a ser difícil, en realidad nunca lo pensé, pensé que podría llegar a pensarlo en algún momento, pero la verdad es que nunca ha sido más fácil compartir a diario con alguien 11 años menor que yo, y cada vez que alguien me pregunta cuántos años tengo vuelvo a recordar cuántos años me separan de mi marido y vuelvo también a recordar por qué es que lo elegí como mi marido, y agradezco que esto no sea ya un tema en términos sociales, sino al contrario, muchas chicas que conozco están emparejadas con hombres menores que ellas, y nadie se los cuestiona.

Cuando estás casada con alguien menor que tú, 11 años menor, vives en dos generaciones. En la generación que te tocó vivir -en términos sociales y culturales- y en la de él, que es tan distinta. Esto claramente va a abrir las perspectivas desde donde miras las cosas, y si quieres estar casado con alguien menor no te queda otra que ser todo el tiempo flexible a esa otredad, ser todo el tiempo sensible y abierta a esa diferencia. Esa fue una de las razones por las que elegí a alguien menor que yo, porque necesito mucho de esa diferencia y estar todo el tiempo en la sensación de que no tengo la razón y que todas las otras posibilidades son válidas y que todo es bastante relativo.

Mi marido vive en una generación distinta a la mía, escucha una música distinta a la mía, le da lata escuchar la radio Concierto o la Play, prefiere escuchar todo el día Planeta No y Alex Anwandter, habla temas que a veces no conozco del todo, y enfoca esos temas de otra forma, tiene ritmos distintos a los míos, los súper héroes de su infancia son distintos a los míos, veíamos monos distintos cuando éramos niños, a mí me gustaba la RainbowBrite, la abeja Maya y Angie, la niña de las flores y a él Dragon Ball Z y Detective Conan; come distintas cosas a las que como, se ríe de cosas que yo no me río, sobre todo de memes que no entiendo a la primera, y juega a videojuegos en su celular que yo no jugaría.

Según el investigador Sven Drefahl, estar casada con un hombre menor que tú aumenta en un 20% los riesgos de mortalidad temprana, esto debido a la sanción social que supone el estar casado con alguien menor que tú, y lo estresante que resulta afrontar a diario esa sanción social. “Cuanto mayor es la diferencia de edad con respecto a la del marido, menor es la expectativa de vida de la mujer”. La verdad es que no creo en esa estadística, por lo que dije al principio, no siento esa sanción social cercana en mi círculo. Bueno, no sé, no me quiero morir antes por estar casada con alguien menor que yo.

Cuando estás casada con alguien menor que tú no tienes problemas en el hogar relacionados al feminismo ni roces de patriarcado a diario, las tareas de la casa las distribuimos según gustos y no necesito estar todo el tiempo en el discurso de la justicia, al contrario, todo es más amoroso y equitativo, porque intuyo que en la generación de mi marido esos temas están bastante resueltos, están superados por las distintas luchas que han dado las de generaciones anteriores, o incluso las que han radicalizado las de sus generaciones.

El obispo evangélico Odir Macedo dice, en un blog del diario El País, que un hombre no puede casarse con una mujer mayor que él, ya que “por naturaleza tiene ya el instinto de ser mandona, acaba colocándose en el lugar de la madre del marido”. “Y lo peor no esto. La mujer normalmente envejece antes que el hombre, y cuando llega a la media edad, el marido se siente maduro, pero no tan envejecido como ella. Y la experiencia demuestra que es mucho más difícil para un hombre, aunque no imposible, mantener la fidelidad conyugal”.

Cuando estás casada con alguien menor, a veces pasas tardes sacando cálculos divertidos, como por ejemplo, cuando yo estaba saliendo del colegio para entrar a la universidad el año 1996, mi marido tenía recién 7 años y estaba recién entrando al colegio. O cuando él aún no había nacido yo estaba entrando a la pubertad.

Cuando estás casada con alguien menor que tú, a veces tienes que entender que no han terminado sus procesos de formación y eso da pie para que entiendas que tú tampoco lo has terminado. Porque a los veintitantos muchos aún estudian y muchos aún están comenzando sus carreras. O están recién eligiendo una segunda carrera ya que abandonaron la primera.

Estar casada con un hombre menor que yo me ha llevado a pasar por tres carreras en menos de tres años. Pedagogía en inglés, Ciencias Políticas y ahora una carrera de Traducción que al parecer es la definitiva.

La psicoanalista Margarita Solé, explica en un artículo en La Vanguardia, que “estas relaciones siguen estando mal vistas socialmente. Se acepta mucho más que el hombre sea mayor que la mujer”.

Cuando estás casada con alguien menor intentas no verte tan mayor físicamente, no sé si por temas culturales, o porque la verdad es que le temes a la vejez y al deterioro definitivo. Y eso también lo tratas de detener con una persona menor que tú.

Las estadísticas dicen que los matrimonios entre un hombre menor que la mujer en 10 años se dan sólo en un 3,4%. Es mucho más usual casarse con alguien mayor que tú, o de la misma edad y eso sí lo veo en muchas parejas, aunque cada vez menos.

Cuando estás casada con alguien menor que tú compartes lecturas que no imaginabas que ibas a compartir. Además de que cada cosa que escribes te la revisan desde un punto de vista distinto, más crítico, pero también más fresco, más desenrollado.

También en La Vanguardia: “la mujer se puede sentir una triunfadora social por el hecho de estar con un hombre más joven. Muchas mujeres de mediana edad son atractivas…”. Eso lo encuentro una pelotudez: tener a tu hombre como trofeo.

Cuando les presenté a mis padres a mi pareja y les dije que tenía 11 años menos que yo, mi madre me felicitó y me dijo que no tenía nada que hacer con un viejo, que los viejos son muy mañosos, y mi padre me dijo: no se nota la diferencia de edad.

Cuando mi pareja le dijo a sus padres la diferencia de edad que teníamos su madre no se sorprendi, y lo apoyó de inmediato; luego me invitó a almorzar a su casa un día domingo para conocerme. Nos llevamos bien de inmediato. Ella sólo tiene 10 años más que yo. En cambio su padre quedó más impactado, le dijo, pero mira, cuando ella tenga 40, tú vas a tener 29, cuando tengas 50 tú vas a tener 39 y así. Luego me conoció y le dijo que no importaba, que no se nos notaba y que yo le había caído bien.

Cuando le dije a mis amigas que me iba a casar con un hombre 11 años menor que yo todas me dijeron da lo mismo, y sólo una persona, que yo considero mi amigo, me dijo: ah, ¿te crees Madonna?

Cuando mi hija crezca no sé qué nos va a decir porque con su padre tenemos 11 años de diferencia, tal vez ni siquiera va a ser un tema, pero igual me inquieta qué va a pensar de esa diferencia.

Estar casado con alguien menor es enfrentarte políticamente de forma muy distinta a las cosas. Mi marido es de una generación más politizada que la mía, nació en 1989, cuando estaba terminando la dictadura. Su infancia fue en democracia y sus opiniones están muy ligadas a ese año de nacimiento.

La otra vez tomábamos té en la casa de mis padres y llegó una amiga de la familia que estaba viviendo en el extranjero y que no había visto hace años. Ella preguntó qué diferencia de edad teníamos y yo le dije que 11 años. Según mi pareja, ella se sonrojó cuando escuchó la respuesta, a pesar de estar viviendo en París, una de las capitales más cosmopolitas de Europa.

En la página Belelú la periodista Lorena Rodríguez hizo un artículo llamado “lo bueno y lo malo de salir con alguien menor”, donde rescata que salir con alguien menor te llena de energía, y que la manera de ver la vida de un hombre menor es mucho más relajada, pero que la aburría escuchar a su hombre hablar de videojuegos todo el día y a él le aburría escucharla hablar de compromisos, guaguas y bodas.

En Terra también hicieron un artículo acerca de salir con alguien menor que una. Las virtudes al parecer serían sexuales, además de que no arrastraría tantas relaciones amorosas anteriores, lo que es un alivio. A ambas digo que sí. Por suerte mi marido no tuvo muchos amores antes de conocerlo, prefiero así, y la verdad es que no tolera sexo menos de 3 veces a la semana.

Estar casada con alguien 11 años menor que yo, en realidad, creo que es lo mejor que me ha pasado en mi vida.

Claudia Apablaza