La talentosa actriz reaccionó con dureza, luego de que un entrevistador le consultara si podía considerarse una actriz seria debido a sus «atributos físicos». Su respuesta es considerada un ejemplo hasta hoy.
En 1975, la actriz británica Helen Mirren comenzaba una llamativa carrera en el cine y fue invitada a su primera entrevista con Michael Parkinson, entonces uno de los programas más famosos y vistos en el Reino Unido.
Mirren se encontraba promocionando su actuación en Lady Macbeth, que la llevaría a montar junto a la Royal Shakespeare Company, pero el entrevistador decidió presentarla al público como una «reina del sexo» y decidió profundizar en su apariencia, en lugar de destacar su gran presente como actriz.
Inesperadamente, Parkinson decidió preguntarle si podía considerarse a sí misma una actriz seria por el «equipamiento» que posee. Entonces, la intérprete responde con ironía: “¿Mis atributos físicos? ¿Te refieres a mis manos?”, sentencia, obligando al animador a definir con palabras claras su pregunta.
“Claro, ya se sabe que las actrices serias no pueden tener unos grandes pechos”, se explica el hombre. Ella lo mira con visible molestia y replica que espera que los espectadores no sean tan mediocres como para valorar el talento de una mujer solo por su físico.
«Me gustaría que la relación entre espectadores e intérpretes sobrepasara estas preguntas aburridas», termina, mientras Parkinson la mira incrédulo: «¿Preguntas aburridas?», confirma. «Sí», responde ella, sin dudarlo.