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Hombre violado por sacerdote con Sida demanda al Arzobispado de Santiago y los acusa de comprar su silencio

Por: El Desconcierto | Publicado: 12.04.2017
Hombre violado por sacerdote con Sida demanda al Arzobispado de Santiago y los acusa de comprar su silencio ezzati |
El presunto agresor Víctor Calderón Soriano falleció el año 2012 con sífilis y sida. Ezzati se desligó de la situación argumentando que los hechos fueron hace 10 años.

Hace una semana, una monja presentó una demanda contra el Arzobispado de Santiago liderado por Ricardo Ezzati por su responsabilidad en la violación que sufrió dentro de un convento. Hoy, la Iglesia chilena enfrenta una nueva demanda similar por un hombre que asegura haber sido violado por un sacerdote que murió de Sida.

El hombre, que hoy tiene 49 años, presentó la demanda de indemnización de perjuicios por responsabilidad civil contra el Arzobispado en el 10° Juzgado Civil de Santiago. El escrito, publicado por Emol, señala que «ni la Congregación ni el Arzobispado vigilaron jamás de manera adecuada el comportamiento de sus miembros, ya que de haber sido así, se hubiesen enterado que el sacerdote padecía sífilis y Sida. Y en consecuencia, estos hechos jamás hubiesen ocurrido».

Se refieren a Víctor Calderón Soriano, miembro de la Congregación Mercedarios de la Iglesia de la Merced, fallecido en 2012 y presunto autor de la violación.

La demanda detalla que el ataque fue en 2005, cuando la víctima realizaba trabajos en la iglesia de La Merced de Chimbarongo. «Arreglé unas canaletas que estaban chuecas y limpié las hojas del techo. Luego, cuando comenzó a anochecer, el sacerdote me dijo que volviera otro día», dice.

Entonces es cuando acepta invitación a beber café de parte del cura y después «unas piscolas». «Bebí alrededor de cuatro vasos (…) cuando regresé del baño, el cura ya me había servido el quinto. Seguimos conversando y después no me acuerdo de nada más, creo que fui drogado ya que me sentía bien y de un momento a otro, ya no recordaba nada».

Lo próximo que sabe es que se despertó desnudo en la cama del sacerdote Calderón, con signos de la agresión sexual. «Me sentía sucio, me daba asco a mí mismo, sentía que no valía nada, que todos sabían lo que me había pasado y me daba vergüenza salir a la calle. Estuve así dos semanas, muy mal, sin saber qué hacer».

La víctima asegura que después del hecho, en la desazón de no saber qué hacer, se volvió alcohólico, perdió su trabajo y se endeudó. Intentó encarar a Calderón, quien se negó a atenderlo. «Siempre me dio miedo hacer la denuncia, porque toda mi familia se iba a enterar (…) pensé que iba a perjudicar a mis hijos y que se iban a burlar de ellos. Esto me llevó a callar los hechos», explica.

En 2012, finalmente, presentó la denuncia contra los superiores del sacerdote, la Iglesia Mercedaria. Eso gatilló que Calderón se hiciera una serie de exámenes médicos, los que demostraron que padecía sifilis y sida. El sacerdote falleció en junio de ese mismo año.

La víctima dice que la congregación le «ofreció una pensión de por vida y el compromiso que la Iglesia se haría cargo de mí todos los meses, como forma de reparar el daño que uno de sus miembros había ocasionado». Esto serían 100 mil pesos mensuales a cambio de no denunciar.

El cardenal de Santiago Ricardo Ezzati fue notificado el 31 de enero de la demanda presentada contra el Arzobispado. «Los supuestos hechos que sustentan la acción civil habrían ocurrido hace más de diez años fuera de la Arquidiócesis de Santiago, y el presunto autor de los mismos -ya fallecido- no pertenecía a los sacerdotes de esta arquidiócesis», aseguró, para agregar que «el Arzobispado de Santiago no tiene jurisdicción en el caso».

 

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