La vida de Marcelo «Chino» Ríos llegará al cine

La vida del mejor deportista chileno de todos los tiempos, el tenista Marcelo «Chino» Ríos, será llevada al cine inspirada en la única biografía autorizada por el zurdo: «El extraño de Pelo Largo» del periodista Nelson Flores.

Según pudo confirmar La Tercera, el escritor fue contactado por el guionista Cote Alonso, quien propuso comprarle los derechos del libro para realizar la primera biopic del Chino.

La productora Jirafa liderada por Augusto Matte estará detrás del proyecto, quienes pidieron la exclusividad de la historia y en el contrato se fijan como plazo el 31 de diciembre para comenzar a trabajar formalmente. No obstante, ya iniciaron las postulaciones a distintos fondos de desarrollo audiovisual.

Jirafa, con sede en Valdivia y Santiago, posee un catálogo de 14 obras en sus 16 años de trayectoria, donde destacan filmes como «Aquí no ha pasado nada», «El Cristo Ciego» y actualmente «Los Perros», lo que les ha permitido figurar en festivales de peso internacional como Toronto, Berlín, Cannes y Sundance.

En sus producciones han trabajado realizadores de la talla de Alejandro Fernández Almendras, Alicia Scherson, Pedro Peirano, Marcela Said y Sebastián Silva, entre otros.

La dupla Alonso-Flores reconoció al rotativo nacional que han estado analizando uno de los pasajes claves en la vida del «Chino»: Los polémicos hechos que rodearon las instancias finales en Yucatán, México, en 1993.

Allí, Ríos enfrentó a Gustavo Kuerten en semifinales, cotejo que marcó a ambos deportistas por un «error de la jueza de línea». Guga se retiró de la cancha indignado, lo fueron a buscar para que siguiera y de todas maneras ganó el chileno.

Sin embargo, el sábado previo a la final, el zurdo de Vitacura salió y volvió al hotel a las 4 de la mañana. Su rival, Marcio Carlsson, sacaba para el match point, pero Ríos se puso a vomitar, anunció su retiro y se fue a las duchas.

Ese día lo forzaron a ir a la ceremonia de premiación y se lo hizo con desgano, en bóxer, bototos con los cordones sin amarrar, «a guata pelá y con el pelo estilando».