Director de «Historia de un oso»: «Preferimos quedarnos en Chile a contar nuestras historias»

PunkRobot es el nombre de la compañía detrás de Historia de un oso, la única película chilena que ha ganado un Óscar, en la categoría de Mejor Corto Animado del año 2016.

En entrevista con La Tercera, el director de animación Gabriel Osorio, cuenta cómo ha crecido la demanda por estudiar la carrera de Animación Digital: «En rigor, creo que desde hace unos 15 años que hay demanda por dedicarse a la animación en Chile. Por supuesto que aumentó después del Óscar que obtuvimos por Historia de un oso, pero me acuerdo que cuando yo mismo me metí a estudiar a la universidad, por ahí por el 2003, me encontré con mucha gente que tenía mis mismas inquietudes y quería ser animador».

Sin embargo, la carrera en ese entonces no existía en Chile y los que se interesaban debían estudiar Artes Plásticas, como fue en su caso.

«En la medida en que existan personas con ganas de contar historias mediante los dibujos siempre va haber interés en la animación en Chile. El Óscar a Historia de un oso fue tal vez la gota que rebasó el vaso, y así también muchos de dieron cuenta de que en Chile se hacía animación de calidad», sentenció.

Osorio explicó que hay una preferencia por la animación en 3D a la hora de analizar la técnica: «La ventaja del 3D es que no sólo permite hacer películas; también permite desempeñarse en el campo de los videojuegos, un área en muy rápida expansión en Chile. Es más, muchos de nuestros alumnos trabajan actualmente en compañías de videojuegos, que es un campo laboral lógico».

La última vez que se hizo un largometraje animado en Chile fue en 2007, con la realización de Papelucho y el marciano. Ha una década y, en opinión de uno de los ganadores del Óscar, no es que no haya capacidad, sino recursos. 

«Los fondos que entrega ahora el gobierno son muy importantes, pero, por ejemplo, la inversión privada ha sido poca en Chile. Una prueba es que a nosotros mismos nos ha costado con el proyecto de largometraje de Historia de un oso. Diferente es la situación en la televisión, donde sí han existido los recursos suficientes para hacer series, un terreno donde me atrevo a decir que estamos a la par con Brasil, que es la potencia en animación en Latinoamérica. No sólo han existido varias series, sino que ellas son de muy buena calidad», sostiene.

Al ser consultado sobre la realidad de los animadores chilenos que se van al extranjero a trabajar, Osorio recalca que «a nosotros nos han ofrecido trabajar para compañías de afuera, pero preferimos quedarnos en Chile a contar nuestras historias. Si no las contamos nosotros, quién lo va a hacer. Ese también es un incentivo para tener en cuenta, además de que esto no es sólo un negocio, sino que, a mi manera de ver, es un aporte a la sociedad en que vivimos».