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En entrevista con El Desconcierto «la Abuela» asegura que Alberto Mayol, a quien apoyó en las primarias, sería «un lujo de parlamentario frenteamplista» y se muestra totalmente entregada y esperanzada con las posibilidades del conglomerado y de su opción en el distrito 12. «Los malos tienen las horas contadas», afirma.
Luego de la polémica de Alberto Mayol para ocupar un cupo a diputado en la lista del distrito 10, otra zona que se ha tomado los titulares sobre los y las postulantes frenteamplistas es el 12, donde la periodista Pamela Jiles anunció este domingo que se presentará como candidata a diputada.
En la entrevista que dio a La Cuarta para anunciar su decisión, «La Abuela» dijo que eligió el distrito 12 porque vivió más de dos décadas en La Pintana y tiene redes y amigos allí. Además explicó que fue Beatriz Sánchez quien le pidió que se sumara al proyecto, pese a que ella, en las primarias, optó por Alberto Mayol.
Jiles será parte del subpacto del Partido Humanista con Nueva Democracia, que integra la lista que también componen Revolución Democrática, Movimiento Autonomista y Poder Ciudadano, en la que destacan nombres como el de Miguel Crispi (RD), Karina Oliva (Poder) y Valentina Olivares (ND).
Es el mismo distrito en el que también disputa Camila Vallejo para el PC, antiguo espacio de militancia de la comunicadora. Pero eso no supone ningún problema para ella. De hecho, aseguró que espera tenerla de «compañera de bancada».
En entrevista con El Desconcierto, repasa sus vínculos con los humanistas y califica de altruismo su participación al proyecto del FA, que califica de «nuevo, incierto y esperanzador».
– Según La Cuarta, usted forma parte del Frente Amplio (FA) “desde su génesis en 2016”. ¿Por qué entonces llamó a votar por Manuel José Ossandón en las primarias del pasado mes de julio?
– Hay un error: yo llamé a votar en las primarias del Frente Amplio, y a que aquellos que no se sintieran convocados por nuestra coalición votarán «todos contra el Güiña» para impedir que llegara a la papeleta presidencial. Era una apuesta audaz pero, por ejemplo, si la Nueva Mayoría no hubiera llamado a dormir siesta, sino a ejercer este mecanismo legal a sus simpatizantes, pudiera haberse generado un hecho histórico. Mi obligación como candidata a diputada es adjuntar electorado más allá del FA. Eso significa desplegarse en el territorio y escuchar a las personas que lo habitan, sus ideas y formas de hacer política. Es lo que hago.
– ¿Por qué decidió poner toda su confianza en el FA y en Beatriz Sánchez?
– Con el fin del binominal existe hoy una oportunidad única de modificar el patético panorama político que nos impone la élite. Nadie debería quedar al margen de esa tarea. Yo quemo todas mis naves: un trabajo que amo, un sueldo comparable con el de un parlamentario, una vida cómoda y gratificante, una enorme influencia social a través de la televisión, porque creo que es mi deber hacerlo.
– ¿A quién apoyó en las primarias, a Mayol o a Beatriz Sánchez?
– A Alberto Mayol. Es mi amigo y lo considero el intelectual más brillante de su generación. Lo acompañé y asesoré durante toda su campaña a primarias y estimo que sería un lujo de parlamentario frenteamplista.
– ¿Cómo surgió su vínculo con el Partido Humanista (PH)?
– Uhhh… Viene de la lucha antidictatorial. Se intensificó en la campaña de Tomas Hirsch a la presidencia en el 2005, a la que concurrí como el único rostro que lo apoyó, en mi condición de militante comunista. La noche de la elección, la dirección del Partido Comunista -concretamente Lautaro Carmona y Guillermo Tellier- decidieron entre cuatro paredes saltarse el acuerdo del Juntos Podemos Más y llamaron a votar por Bachelet. Yo estaba allí, mirando cómo se dieron vuelta en un santiamén. Los humanistas, en cambio -era el propio Tomas el que estaba en esa discusión-, exigían que se respetara el acuerdo enarbolado durante toda la campaña, concordado por las bases de todo el país, de no plegarse a la Concertación, de no venderse por un par de cupos parlamentarios. ¡Fue atroz! Yo no podía creer lo que estaba presenciando… Desde ese momento se consolidó mi relación con los humanistas. Hoy soy vicepresidenta del PH, muy orgullosa de la consecuencia del partido y del rol clave que ha jugado en la creación del Frente Amplio.
– ¿Por qué cree que la fueron a buscar para que se presentara como candidata?
– Con el Partido Humanista hemos comprobado que los electores me perciben como una periodista muy valorada por la audiencia, con una altísima credibilidad, que he tenido acción y posición política consecuente desde siempre, que jamás fui parte de la Concertación a pesar de que entregarme al duopolio habría sido muy beneficioso y rentable para mí. Además, soy mujer, incorruptible y capaz de quemar todas mis naves en pos de un proyecto nuevo, incierto, esperanzador. Lo que se conoce como altruismo, ¿cierto?
– ¿Conoce a sus compañeros de lista por el distrito 12? ¿Cree que esta lista tiene potencial para sacar más de un diputado?
– Por supuesto. Hay candidatos interesantes en nuestra lista, en especial las mujeres: todas jóvenes y espléndidas. Mi compañera Valentina Olivares, por ejemplo, que une encanto personal con una solidez política impresionante.
– ¿Cómo enfrenta la competencia con los otros candidatos del Frente Amplio por el distrito 12, como Miguel Crispi (RD) y Karina Oliva (Poder)?
– Mi rol es sumar, sumar, sumar. No los veo como competencia, son mis compañeros.
– ¿Cómo enfrentar un distrito donde la derecha es tan fuerte, como se vio con los resultados de Ossandón en las primarias, o en las municipales con Germán Codina (alcalde Puente Alto) y Rodolfo Cárter (alcalde de La Florida)?
– En el trabajo territorial que hemos desplegado los humanistas aparece muy nítido que los votantes observan y adhieren a personas, despegadas de sus conglomerados. Muchos de los que votan por Ossandón o Cárter estarán disponibles para votar por un candidato frenteamplista si confían en esa persona concreta, si la conocen y le creen. Así que los malos tienen las horas contadas.
