Plan económico de Beatriz Sánchez incluye reforma tributaria para que «súper ricos» aporten más

Los «súper ricos» son aquellas personas que se encuentran dentro del 0,1% de la población y que concentran las mayores fortunas del país. Según datos del Banco Mundial, en Chile este porcentaje corresponde a 12 mil personas, que tienen ingresos superiores a los $48 millones mensuales y reúnen el 17% de los ingresos nacionales.

Este grupo –que corresponde a las familias que generalmente aparecen en el ranking de la revista Forbes– se encuentra en la mira de algunas propuestas económicas de la candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, que aún se encuentran en elaboración y que pretenden que estos «aporten más, tanto como individuos como en sus empresas».

Para lo anterior, el comando de Sánchez propone como mecanismo una nueva reforma tributaria, que desarme el actual modelo de recaudación de impuestos «semi integrado», que desde su implementación en 1984 ha permitido a los empresarios «pagar menos impuestos de los que se deben pagar dadas las tasas», según afirmó a Pulso Claudia Sanhueza, economista y coordinadora programática de Sánchez.

De este modo, el propósito es que las empresas y sus dueños paguen las «respectivas tasas», y para ello se contempla eliminar «todas las exenciones tributarias y mecanismos de contabilidad simple regresivas”, para asegurar que las grandes empresas “que se disfrazan de pequeñas” tributen al Estado.

Además, se propone aumentar los impuestos a las empresas que explotan recursos naturales, en particular el cobre, a través de “un cambio tributario que logre recaudar más ingresos de forma significativa, sobre todo en los años de precios más altos”.

Según detalló Sebastián Depolo, el coordinador programático de Sánchez, el plan también contempla una estrategia de innovación que agregue valor a la canasta de exportaciones de Chile, y una agenda descentralizadora de los esfuerzos económicos, «para que en las regiones exista mayor capacidad de decisión respecto a inversiones, vocación productiva, vocación de desarrollo, y cómo se articulan con una lógica de clúster (ramas) las pequeñas y medianas empresas con las grandes empresas».