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Opinión

Evangélicos: Antes con los torturadores y hoy contra el acceso a los DD.HH

Por: Hernán Jara García | Publicado: 17.09.2017
¿Del valor a la vida? Me gustaría haber visto a la Iglesia evangélica defender la vida en dictadura, y no abrirles las puertas de par en par al dictador genocida. En ese entonces, en Dictadura ¿interpelaron desde su púlpito al torturador golpista? O¿le gritaron asesino desde la puerta de su templo?

Esta semana vimos como se pronunciaban las Iglesias Evangélicas en los distintos medios de comunicación, y es que en una ceremonia protocolar celebrada en la antesala de la conmemoración del once de septiembre -fecha en la cual como país perdimos nuestra democracia en manos de milicos asesinos- el Tedeum evangélico, de forma bochornosa, se le faltó el respeto a la máxima autoridad de la nación, de forma autoritaria y transmitido por la tv pública para todo el país.

No solo los violentos gritos de ¡asesina! hacia la mandataria por parte de evangélicos a la entrada de su propia iglesia –muestra de su odio y fascismo irracional- además el aplauso cerrado al candidato de la derecha, demuestra que los evangélicos en esa iglesia están en completo desacuerdo con la mal llamada “agenda valórica” impulsada por el gobierno y que se alinean con la derecha y su discurso conservador.

La ley de aborto en tres causales es un tema de DD.HH. de las mujeres y un tema de salud pública, el matrimonio igualitario con Derecho a adopción y la Ley de Identidad de Género son temas también de DD.HH. y de Derechos Civiles, no veo donde pueden haber “valores” como quien habla de la honestidad, o la piedad, en un contrato Civil para regular derechos filiativos.

¿Y de qué “valores” me están hablando?, si estos no son temas ni morales, ni éticos, son temas como ya los señalé estrictamente Jurídicos. ¿Del valor a la vida? Me gustaría haber visto a la Iglesia evangélica defender la vida en dictadura, y no abrirles las puertas de par en par al dictador genocida, porque recordemos que el Tedeum evangélico es una ceremonia que heredamos de la dictadura. Pinochet para marcar y a la vez castigar a la iglesia católica que tomo una postura de defender a las víctimas de la tortura y la desaparición, instauró esta ceremonia que no tiene nada de republicana, ni menos de democrática en un Estado Laico. En ese entonces, en Dictadura ¿interpelaron desde su púlpito al torturador golpista? O ¿le gritaron asesino desde la puerta de su templo?

Todavía más escandaloso aun fue el discurso de un miembro de su iglesia, candidato a Diputado de RN, criticando a la presidenta por poner un piso ético mínimo para el trato a las mujeres de este país por parte del Estado. No solo se ofendió a una mujer que ha abierto la posibilidad para que miles de jóvenes estudien gratis, para que las mujeres vuelvan a tener el derecho a decidir sobre sus propios cuerpos -derecho que en nuestra legislación existía y que por expresa petición del Opus Dei se perdió en dictadura- mujer que envió el proyecto de ley de matrimonio igualitario para las miles de realidades de familias de la diversidad sexual, se ofendió a la máxima autoridad de la nación. Tratándola de aleccionar como si de una amonestación paternalista se tratara ¿a eso se le invita a sus templos en un año electoral? ¿A aprovecharse de su ceremonia religiosa para hacer campañas políticas, aprovechando que la autoridad no tiene derecho a réplica? ¿A intentar reprender a la máxima autoridad no solo de Gobierno sino del Estado de Chile?

No solo es grave y violento, sino que es atentatorio para la democracia de esta nuestra nación. Cuando estos grupos religiosos fundamentalistas cristianos se alían políticamente con la derecha pasan cosas como por ejemplo la llegada de Trump al poder y eso es algo que en nuestro país debemos evitar si no queremos a un líder que gane y gobierne con el miedo, que quiera seguir negando derechos humanos fundamentales a un grupo históricamente discriminado por el Estado.

Cuando la fe que es algo estrictamente personal se intenta mezclar con la fuerza obligatoria de la ley civil y el Poder absoluto del estado, tenemos la antesala de sociedades donde los mandatos imperativos del orden público y la seguridad Jurídica se mezclan con los dogmas de fe, ejemplo de ello son los países musulmanes, en donde Estado, Gobierno y religión son uno solo ¿eso queremos para nuestro país? ¿Que se legisle biblia en mano como si de una gran escuelita dominical se tratara la nación toda?

Me parece que hemos asistido al despertar de los grupos más intolerantes de nuestro país, grupos reaccionarios, fundamentalistas que solo intentan negar el acceso a los derechos a una parte de la ciudadanía, porque en su interpretación literal y sesgada de la Biblia somos “una abominación”. Homofóbicos que nos gritan enfermos en sus discursos de odio por la radio, los domingos por la mañana en sus puntos de predicación, por las tardes en la plaza de armas y desde sus iglesias, ignorando por completo que entidades médicas a nivel mundial despatologizaron la homosexualidad, a raíz de estudios serios y no de Lobby hace ya más de 40 años.

Son estos los grupos hipócritas que dicen defender la vida pero que confinan el rol de la mujer a servir incuestionablemente a su marido y “a callar en sus congregaciones”, relegarlas al trabajo doméstico y a la reproducción y no saben el impacto directo que esto tiene en los feminicidios y la violencia de Género, sobre las mujeres de este país.

Me parece grave que luego con un desparpajo y un descaro inmenso salgan señalando a la prensa que ellos “rompen” relaciones con el Gobierno porque este gobierno los maltrata, en circunstancias que este mismo Gobierno les entregó más de cinco mil millones de pesos para la reparación de su iglesia, a mi juicio si tan ofendidos están ellos, mínimo que devuelvan la plata.

Es tarea de todos a través del voto y del debate público, que las libertades individuales se sigan respetando por sobre el intento de imponer la fe, como norma de conducta al resto de la población y es tarea de nuestra democracia velar por el acceso y el respeto irrestricto a los derechos humanos de todos sus ciudadanos, y no que grupos que antes rindieron pleitesía a quienes nos arrebataron la democracia, intenten hacerse de la ley mezclándose con sus verdades reveladas de fe, para regir la vida de todos nosotros, ciudadanos de una Nación y no ovejas de un rebaño.

Hernán Jara García