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La crisis interna que desató el inédito plebiscito programático del Frente Amplio

Por: Francisco Parra | Publicado: 21.09.2017
La crisis interna que desató el inédito plebiscito programático del Frente Amplio bea sanchez | / Agencia Uno
Histórico en la política nacional, el plebiscito que está desarrollando el Frente Amplio para definir su programa también ha significado más de un dolor de cabeza a la interna, desde candidaturas que niegan la principal bandera de lucha de la candidata presidencial hasta el riesgo de que una escasa votación se devuelva como efecto boomerang.

«No estamos acostumbrados a que sean las personas, en un debate colectivo quienes hagan las propuestas para lo que significa un programa de gobierno».

Con orgullo, la candidata presidencial Beatriz Sánchez anunció el viernes pasado el plebiscito programático del Frente Amplio, un inédito proceso de participación que durará hasta el martes 26 y donde se podrán votar algunas de las definiciones claves del programa que encabezará la periodista y los distintos candidatos y candidatas del bloque a lo largo del país.

Cualquier persona -salvo militantes de partidos de otras coaliciones- puede ingresar a www.elprogramademuchos.cl y votar en las 11 opciones que se plebiscitarán, que implican importantes definiciones en el programa presidencial de Beatriz Sánchez como el modelo en salud, el grado de autonomía para los pueblos originarios o el foco de una reforma migratoria.

Sin embargo, no todo son cuentas alegres. El plebiscito, inédito en la historia política del país, también ha provocado que una serie de diferencias que conviven en el Frente Amplio salgan a la luz, pues hacia dentro las aguas no están tan calmadas. Son las propias voces frenteamplistas las que critican el proceso y ventilan diferencias no solo en la forma de realizar la consulta, sino en los mismos contenidos que forman la matriz clave de la candidatura presidencial de Beatriz Sánchez.

Beatriz Sánchez y candidatos del Frente Amplio / Agencia Uno

La movida ecologista para bajar el aborto

El proceso comenzó con los encuentros programáticos, donde los adherentes del Frente Amplio se reunieron a debatir y elaborar propuestas de cara a una candidatura presidencial. En total, según la propia organización, se juntó a cerca de 20 mil personas en más de 500 reuniones en 100 comunas. Después, se sistematizaron las propuestas por áreas temáticas y se establecieron los consensos y los disensos. Los primeros fueron el 95%. El 5% restante es lo que está siendo sometido a votación.

Esta última parte, según el coordinador político del Partido Poder, Andrés Hidalgo, «funcionó a tirones, forzadamente». Específicamente, hubo dos posiciones donde se presentó un consenso donde otros frenteamplistas dicen que no había: Aborto libre y la propuesta de pensiones de No + AFP, dos de las principales banderas levantadas por Beatriz Sánchez.

Ivo Vukusic, militante del Partido Ecologista Verde y miembro de la mesa programática del Frente Amplio, fue quien inició el debate en torno a si el aborto era consenso o no en el bloque. Esto porque, pese a que la posición mayoritaria era aborto libre, algunas de las actas de los encuentros sostenían la posición de aborto en tres causales.

No hubo acuerdo sobre qué hacer y finalmente la mesa nacional, donde cada organización integrante tiene un voto, decidió dejar como consenso en el programa el aborto sin causales. Es decir, no se sometió a la votación del plebiscito.

La decisión no fue unánime. Los ecologistas, Igualdad, Poder, Revolución Democrática y el Partido Liberal estuvieron porque se sometiera al plebiscito y las otras nueve organizaciones votaron que no.

Para Cecilia Moreno, miembro del Grupo de Apoyo Programático en temas de género -que revisó las actas de los encuentros- siempre «existió el convencimiento de que en caso de un embarazo no deseado es la mujer la que decide y el Estado el que garantiza. En ninguno de los encuentros programáticos hubo una opinión contraria a esto».

Moreno reconoce que solo algunas de las actas mostraban un respaldo al aborto en tres causales, pero en marco de un apoyo al proyecto de ley que, en ese entonces, estaba en plena discusión y que incluso se vio en riesgo en un momento. «No hubo un disenso, porque el apoyo a las tres causales siempre fue en el marco del reconocimiento de las mujeres a decidir. Si hubiese habido disenso, seríamos las primeras en votarlo y haríamos campaña por el aborto libre», explica.

Los mismo opina Nicolás Grau, miembro del equipo programático que trabajó en la elaboración del plebiscito. «Lo que pasa es que no hay disenso y cuando sean públicas las actas va a quedar claro. Hay que entender que lo más probable es que en ninguna de las cosas que decimos que fue consenso, sea que el 100% de las personas del Frente Amplio piensen así. Lo importante es que la metodología recogió las posturas de todos los que participaron, no las que no fueron expresadas ahí», afirma.

El incidente fue superado, pues la mesa avaló la postura de que sería una contradicción el hecho de que una de las alternativas a votarse fuera algo que ya es realidad, como el aborto en tres causales. Sin embargo, el conflicto mostró que incluso este tema, una de las principales banderas del gobierno feminista anunciado por Beatriz Sánchez, no es unánime dentro del propio bloque.

La principal oposición está en quienes iniciaron la pugna por el plebiscito, los ecologistas verdes. Irma Pérez, actual vocera del Frente Amplio y candidata a diputada por el distrito 13, reconoce que nunca va a haber un consenso genuino en el bloque respecto a ciertos temas. «Nosotros en el Partido Ecologista Verde estamos a favor de las tres causales, pero más allá de eso no, porque si no todo el mundo andaría haciéndose abortos», afirma.

La candidata ecologista explica que entre sus militantes hay personas de credos distintos, incluidos evangélicos. «Algunos somos cristianos, que creemos en el principio de la vida, que se da entre un hombre y una mujer (…) Si uno va por la vida, es difícil poder decir aborto libre, porque ¿quién defiende la vida? Creemos en la naturaleza, en la vida de todo ser vivo en el planeta y que las políticas públicas son para defender a los inocentes», dice.

El tema ha generado un arduo debate en el propio partido, que no sin polémica resolvió hace un tiempo apoyar el proyecto de aborto en tres causales. Pérez aclara que, pese a sostener la vocería del Frente Amplio, habla a nombre de los ecologistas.

Irma Pérez y el Partido Ecologista Verde en el lanzamiento de la campaña parlamentaria. Rechazan aborto más allá de las 3 causales.

La molestia de los liberales

Lo del aborto no fue la única polémica que desató el plebiscito programático. El Partido Liberal también expresó su molestia por la inclusión de la propuesta de un sistema tripartito y de reparto en materia de pensiones, tal como lo ha propuesto la Coordinadora No + AFP.

Los liberales, que están por un sistema mixto, entre público y privado, han manifestado su incomodidad desde que personeros del Frente Amplio se mostraron, en marzo, junto a las banderas de No +AFP. Felipe Ramos, presidente del partido, cuenta que desde la mesa nacional se comprometió a que el tema sería definido en el plebiscito programático.

Finalmente, la propuesta del sistema tripartito llegó como consenso, así que no se plebiscitó. Ramos lo entiende como un «problema de descoordinación» y pese a reconocer que se sintieron perjudicados, asegura que «es un error propio de un proceso innovador y ambicioso. Esto es una decisión colectiva y vamos a respetar el resultado».

¿Un plebiscito de élites?

Para Andrés Hidalgo, se produjo una descoordinación constante entre el equipo programático y la mesa nacional en torno al tema del plebiscito. Tanto, que asegura que se enteraron del contenido solo minutos antes de que Beatriz Sánchez lo anunciara a la prensa el viernes pasado. Dice que, finalmente, se terminó con un proceso «de difícil acceso, super elitista y eso es un problema».

Misma postura adoptó la Izquierda Autónoma, quienes a través de un comunicado criticaron los «tecnicismos incomprensibles fuera de ciertos círculos expertos» en los que cae el plebiscito. La organización considera que se le despojó el componente político al proceso programático, cayendo en una «concepción individualista y tecnocrática de la construcción política, que concibe la participación como un acto reducido a la elección individual de posiciones preconcebidas, antes que como un ejercicio colectivo fundado en la deliberación y la construcción de acuerdos».

Además, llaman a «sus impulsores, principalmente ubicados en un sector de Revolución Democrática» a que hagan una «autocrítica» al Frente Amplio y a sus adherentes.

A quienes apuntan las críticas es al equipo coordinador del plebiscito programático, donde están los economistas Claudia Sanhueza y Jaime Peña (RD) y Nicolás Grau (Movimiento Autonomista).

Grau fustiga esa crítica apuntando a que todo el proceso es lo opuesto a una «academicismo», pues generalmente los programas de gobierno se construyen entre expertos que debaten entre sí. «Lo que se hace justamente lo opuesto», afirma el economista, quien enfatiza en que la metodología permitió a las 20 mil personas que participaron en los encuentros programáticos que su voz sea escuchada. Después vino la parte de sintetizar todo en frases sometidas a plebiscito, teniendo en cuenta el riesgo de que un proceso muy complejo aleje a la gente de la votación.

«Si lo logramos en todo, probablemente no«, reconoce.

El riesgo de una escasa participación genera preocupación en el Frente Amplio, sobre todo entre quienes dicen que esto se debería a los tecnicismos de algunos de los votos.

La propia candidata presidencial Beatriz Sánchez aseguró que el foco no tiene que ser el número, porque se trata de un ejercicio inédito en Chile y que, de todas formas, van a ser más personas participando que en los otros programas presidenciales.

Pero a la interna, existe preocupación. La cifra de 20 mil participantes en los encuentros es lo esperado, pero se sabe lo difícil que es llegar a ese número. Algunos dicen que una votación menor a los 5 mil sería un fracaso rotundo y un «autogolpe», porque obligaría a repensar los mecanismos de participación.

Y otra cosa que no pasó desapercibida en el bloque fue el hecho que, el mismo día del inicio del plebiscito, los diputados del Frente Amplio Valdo Mirosevic, Gabriel Boric y Giorgio Jackson deciden presentar una amplia batería de reformas como proyecto de ley, que incluye referéndum revocatorio e iniciativa popular de ley, entre otras cosas.

Existe preocupación en el Frente Amplio por el rango de votación que habrá en el «Programa de Muchos».

El contenido

«Es evidente que en la mayoría de estos temas es imposible un consenso exhaustivo, que todas las personas del Frente Amplio piensen de la misma manera. Es imposible. Lo importante es que todas las personas, los militantes y no militantes, tengan igualdad de derechos para expresar su punto de vista, esa es la novedad del proceso», asegura Grau.

El plebiscito presenta cuatro grandes temas: Derechos Sociales, Modelo de Desarrollo, Ciudadanía y Culturas y Estado y Democracia. Cada uno, se divide en subtemas, donde se presentan los consensos adquiridos y, en caso de haber los disensos.

Ahí, se presentan dos alternativas de votación contrapuestas entre sí.

En ‘Sistema de Protección de la Niñez’, por ejemplo, se fija la base de un nuevo sistema de protección que reemplace al Sename e incorpore un enfoque de derechos humanos de la niñez. Sin embargo, quienes participen deben votar entre si quieren un ‘Estado Protector’, que pone fin al financiamiento privado de los centros y uno ‘Fiscalizador’, que permite que se entregue la administración a privados, aumentando los estándares de calidad y fiscalización.

Y así sigue según tema. En Salud se contrapone una reforma estructural al sistema con un nuevo seguro único vs una optimización del actual, que establezca regulaciones a los privados y permita el lucro en salud.

Otro contraste grande es en migración, donde una de las alternativas es una ley migratoria con enfoque en la seguridad nacional, que derechamente «entiende la migración como un problema y un riesgo, buscando controlarla y reducirla». La otra alternativa, la presenta con un enfoque de derechos humanos, como fuente de diversidad y riqueza para el país y establece restricciones solo por condenas judiciales.

Y la relación con los pueblos originarios, se consensuó la autodeterminación y reconocimiento de territorios ancestrales indígenas, pero se difiere en la profundidad. Una de las alternativas plantea una autonomía completa en términos políticos, económicos y judiciales. La otra, un cogobierno entre el Estado y los pueblos originarios.

En total, son 11 disensos donde se definirán alternativas. Después, se pasa a un voto de «Sí/No» respecto a medidas tributarias y sobre qué hacer con el IVA.

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