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Opinión

Ser trans no es algo de otro mundo

Por: Fabiana Portella | Publicado: 24.10.2017
Ser trans no es algo de otro mundo fabiana | Pantallazo del programa Intrusos de La Red.
Tras una aparición televisiva de la publicista trans Fabiana Portella en un programa de farándula, las redes sociales reaccionaron con violencia. «La gran mayoría me trató de hombre, de prostituta, de mal nacida, fea, asquerosa, horrible, enferma mental, mitómana. (…) Quizás entiendo su rabia interna y odio hacia sí mismos» asegura Portella. Este es su relato de los hechos.

El día de la vergonzosa derrota que dejó a la selección chilena fuera del Mundial, estaba fumando algo antes de dormir cuando me dirigí a mi Instagram para subir una foto con un mensaje que me salió desde lo más profundo.

Nos vamos a la luna ya ! ? ‪Este finde fui invitada a la habitación de dos cracks de la selección cuando estaban concentrados ambos casados y yo pregunté que si chile ya había clasificado porque no sabía y me dicen no entonces qué onda como me invitan a “pasarlo bien” al hotel donde concentran ? Donde había copete y más para pasarlo mejor ,si a pocos días se jugaban la vida en un partido , les dije que no y como es de costumbre me dijeron ándate a la … y cuanto queri $ hasta ese minuto llego mi último cariño hacia cierta parte del fútbol ! Hay momentos y momentos para todo ! Y para mi si llevará el honor de representar a mi país ante el Mundo ! Me encierro en un búnker con mi equipo de trabajo y no salgo hasta el escenario ! En fin sorry si alguna se siente ofendida pero a veces es lindo luchar por algo con sentido no un simple polvo , prefiero al hombre que tengo a mi lado en estos momentos que con solo su mirada me demuestra lo mucho que ama Y no soy una Mujer Trans para brindar entretención a los gentleman’s pero gracias por entretenerme a mi con sus ofrecimientos tanto como de futbolistas , políticos , empresarios , millonarios etc ! Soy una mujer independiente realizada y que gracias a mis estudios y carrera vivo una vida plena y feliz ! Atte FABIANA PORTELLA

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Cuando desperté, vi una infinidad de mensajes, uno de ellos del programa de televisión Intrusos, en el cual me preguntaron sobre lo que comenté y si lo diría al aire o en una nota. Accedí y corrí para llegar a tiempo, por lo que no me fijé ni en la luz, ni el vestuario, ni la locación -asumiendo que, como buena publicista y productora, suelo cerciorarme de todo eso antes-. Posteriormente me vi y dije «wow, qué amorosos con su plano». Me recordó cuando la prensa británica trataba de buscar las peores poses de Camila Parker Bowles y retratarla así en los medios. Como estamos en Chile, mi aparición generó innumerables insultos.

Encontrar las palabras adecuadas para hacer entender a las personas luego de una exposición mediática creo que es algo difícil. Más aún si la gente se crea su propia imagen o ideas de ti sin conocerte.

Lo peor es que la gente comenta: «¿Por qué una trans va a ser de gusto de futbolistas famosos?». ¿Y por qué no, si soy una mujer normal, pero con algo especial que atrae más? No se necesita ser escort para ser del gusto de los hombres y en mi largo transitar he conocido a muchas personas y tenido muchas invitaciones.

Los que criticaron mi físico al parecer no entendieron cuando dije que conozco futbolistas hace más de 10 años, cuando pesaba 42 kilos. En esos momentos la gente me decía lo delgada que era y me preguntaba si era anoréxica o si tenía VIH. Además, como me dijo una persona en mi Instagram: ¿quién dijo que para ser bella e inteligente hay que ser flaca? ¿En qué sociedad vivimos, siendo que Chile es uno de los pioneros en Sudamérica en cuanto a obesidad? Lo mío fue por enfermedad, no por gusto.

No hay cuidado en las palabras, los improperios o en las preguntas inquisidoras. La gran mayoría tratándome como hombre, de prostituta, de mal nacida, de fea, de asquerosa, de horrible, de enferma mental, mitómana. «Te vamos a destruir», «eres un asco», «te veo y te pego en la calle» y una infinidad de cosas que jamás en la vida había escuchado. ¿Con que fin? ¿Atemorizarme? ¿Hacerme sentir mal o insegura? Quizás entiendo su rabia interna y odio hacia sí mismos. El ver otra persona tan empoderada les hace vomitar su oscuro e íntimo «yo».

Me causó gracia analizar los insultos como si yo le dijera a alguien feo o le preguntara por qué es flaco, gordo, cabezón o narigón. Yo no le he robado nada a nadie, no he dicho ningún nombre, ni le causé daños en su familia, si hablé algo fue porque tengo conocimientos y pruebas.

Es desagradable saber que gente que tiene en sus manos la emoción de un país mientras están concentrados se dedique a contactar chicas para que los visiten cuando estén libres, siendo que la mayoría está casado o tiene novia. Esas cosas no se hacen, ¿o estamos en una sociedad que valora la infidelidad? Ocasiones en que te invitan a organizar fiestas con varias chicas trans, o cuando aceptas y vas a visitar a uno y, cuando entras en la habitación, ves que hay tres compañeros más en ropa interior. Son cosas que a veces sorprenden, pero es transversal el gusto por chicas trans o no existiríamos.

Lo importante es tener la capacidad de ver que aparte de exponer una privacidad, también la persona trans trabaja, tiene familia y amigos.

En mi caso, he participado de muchas ONGs, ayudamos a chicas pares, participo de campañas políticas y deseo estar en las próximas elecciones para conseguir un cupo y poder avanzar y ayudar a superar la desigualdad de las personas trans. Que se nos respete y se nos dé el lugar que merecemos en la sociedad, ya que somos parte de esta, por lo que se exige tener respeto, dignidad, salud y educación. Así podremos tener un trabajo como cualquier persona, no estar sesgadas al comercio sexual o peluquería, lo cual no es malo, pero muchas personas trans se sienten enfrentadas a esa realidad viendo que no tienen ninguna otra opción en la vida.

Ser trans no es algo de otro mundo, es ser persona y vivir una vida como cualquier otra. Como la vivo yo, a full y disfrutando cada día, luchando por los derechos que nos pertenecen. Me da miedo pensar que detrás de esos insultos hay personas que tienen familia, hijos, hermanos, primos. Que se mueven libres por la vida, pero con un odio interno peligroso de tratar. ¿No puedo ser libre y vivir mi vida? ¿Caminar libremente por donde quiera, sin que nadie me mire extraño o pretenda decirme algo? ¡No tienen derecho a violentar mis derechos!

Fabiana Portella