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Gisela Alarcón, subsecretaria de Redes Asistenciales: «Recibimos una cartera de inversiones enferma del gobierno anterior»

Por: Francisco Parra | Publicado: 27.11.2017
Gisela Alarcón, subsecretaria de Redes Asistenciales: «Recibimos una cartera de inversiones enferma del gobierno anterior» gisela alarcon | Gisela Alarcón, subsecretaria de Redes Asitenciales / Agencia Uno
Es uno de los nombres más importantes detrás de las políticas de salud del segundo gobierno de Michelle Bachelet y en esta entrevista no escatima en criticar lo que recibieron, en marzo de 2014, de parte de la administración de Sebastián Piñera.

No es asidua a las entrevistas, pero dice que en esta campaña presidencial se han dicho muchas cosas sobre el gobierno de Michelle Bachelet en materia de salud que han estado «alejadas de la realidad».

Médico Cirujano y especialista en Medicina Interna y Hematología, Gisela Alarcón Rojas se desempeñó como Jefa de División de Gestión de la Red Asistencial hasta febrero de 2016, momento en que la presidenta le pidió que tome el puesto de subsecretaria de Redes Asistenciales.

Alarcón asegura que los avances del actual gobierno no son pocos ni cualquiera, al punto de decir que el país ya no se rige por un modelo neoliberal. Por eso es que no duda en marcar su distancia con lo que fue el gobierno de Sebastián Piñera y criticar su programa en salud. «Estamos sentando las bases de una nueva salud pública en Chile», dice tajante.

– Usted ha insistido varias veces en que este es el gobierno más transparente. Al día de hoy, ¿cuáles son las cifras de la lista de espera?
– Cuando llegamos al gobierno, en marzo de 2014, me tocó como jefa de división, analizar la situación y nos encontramos, en ese minuto, con 1.562.295 interconsultas en espera -que no necesariamente son pacientes, porque algunos pueden tener dos o más interconsultas- y con 94.938 personas para una cirugía en el plano no Auge o no GES.

Hicimos una revisión de todo lo que se había hecho y llegamos a la conclusión, porque cuando centramos la atención en las personas, a las personas no les interesa el número de la lista, sino cuánto tiempo van a esperar. Entonces, nos propusimos en reducir el tiempo que una persona espera para una consulta y para una cirugía. Los tiempos se reducen cuando el sistema de salud logra tener mayores médicos, más camas, mejores hospitales, más accesos y mejor trabajo en red. Eso, con otras medidas de corto plazo, como la telemedicina, que estaba desde el gobierno anterior donde se habían comprado muchos equipos, pero se estaban usando bastante poco, hoy hemos egresado más de 7 millones de personas de las listas de espera.

– ¿Y cuántas personas se mantienen?
– Lo que pasa es que el concepto de lista de espera es que salen muchos y entran otros tantos, eso hace que permanezca un número importante. Hoy tenemos 1.616.000 personas a septiembre de 2017 para consultas.

– O sea, aumentó respecto a lo que recibieron en 2014.
Aumentó el número. ¿Por qué? Porque cuando generas más acceso -y esto está demostrado en toda la literatura internacional-, cuando tienes más médicos, en la medida que la población puede consultar al especialista, a un traumatólogo, por ejemplo, él le dice «usted tiene que operarse». Si yo no veo nunca al traumatólogo, porque nunca tuve hora con él, nunca me va a decir que tengo que operarme. Por lo tanto, sobretodo la lista de espera quirúrgica es la que tiende a aumentar cuando uno aumenta los especialistas en el sistema. Nosotros hemos puesto más de 3 mil nuevos especialistas en el sistema y estamos formando otros 4 mil, que es el compromiso de la presidenta. Pero para nosotros lo más importante de todo esto es que cuando recibimos el gobierno, porque no pueden decirnos que las listas de espera se habían acabado en el gobierno anterior, recibimos esto con una mediana de espera para un paciente de una consulta de especialidad de 416 días.

– Más de un año esperando ser operado.
– 
Más de un año, la mediana. Hoy, esa cifra es de 257 días. Es decir, hemos disminuido en más de cinco meses la espera por una consulta. Y la mediana, a pesar de que ha aumentado el número que espera por una cirugía, el tiempo que espera también ha disminuido en 72 días. Entonces, aunque haya una lista de espera más grande, esperan menos. Y un dato más importante todavía, cuando miramos la salud publica en general. De la lista de espera que recibimos, herencia de la administración anterior y de las anteriores, el 47% de las personas que esperaban para una cirugía, o sea casi la mitad de la lista, llevaba esperando más de dos años. Y hoy día, el 15,73% espera más de dos años. Es una lista de espera en número más grande, pero las personas esperan menos y claramente ha ido disminuyendo.

Fuente: Subsecretaría de Redes Asistenciales

Fuente: Subsecretaría de Redes Asistenciales

Alarcón asegura que esas cifras dan cuenta de una nueva salud en Chile. «Este gobierno ha generado una transformación dentro de la salud pública y relevante, ha sentado las bases de una salud más equitativa, más eficiente y de mejor calidad, que está pensando en una sociedad con enfoque de derechos, ese es el espíritu», afirma.

El ex presidente Piñera dijo en su gobierno que había terminado con las listas de espera, lo que fue objetado por la Contraloría. Ahora propone un «bono» lista de espera para que las personas se atiendan en el sector privado. ¿Qué le parece?
– 
Cuando el gobierno anterior anuncia que se habían acabado las listas de espera y la Contraloría hace el reparo, lo más importante fue que el 44% de las garantías habían salido de forma administrativa. Por lo tanto, no es que el paciente fuera atendido, sino que había salido por alguna razón que se podría entender como «por secretaría». Hoy podemos decir que de la lista de espera nuestra, solo el 20,7% salió de causal administrativa, es decir, que su caso ya había sido resuelto. La gran mayoría de los egresos nuestros son porque clínicamente han sido atendidos y recibido la prestación.

Respecto de la propuesta, esa fue una tendencia que en un gobierno como el del ex presidente Piñera no se manifestó solo en vouchers, sino también en que nos encontramos con hospitales que tenían negocios privados con sociedades médicas muy importantes dentro de los mismos hospitales y que también hemos debido realizar auditorias para fortalecer la salud pública como salud pública. En la situación puntual de que un paciente pueda resolver su situación en otro lugar, en caso del segundo prestador Auge se hace, pero es complicado ofrecerlo para el no GES, porque el paciente queda afuera de su red y nosotros estamos fomentando el trabajo en red absoluto.O sea, si el paciente se descompensa, ese paciente es responsabilidad de la atención primaria. Al paciente que lo mandamos a operarse a otro lugar, ¿después quien lo controla? ¿Dónde vuelve? Es más complejo para él y se pierde la continuidad de atención.

– Pero eso existe hoy en día, que se derivan pacientes al sector privado.
– 
Es que se justifica solo en situaciones critica y de emergencia, no en situaciones en que lo único que vamos a hacer es mandar a un paciente a una red donde no va a haber continuidad de atención y después queda totalmente perdido de la continuidad de su propia red. Y eso pasó en la administración anterior, se fue disminuyendo la capacidad de respuesta del sistema público, no se compra equipamiento, no se forman especialistas, no se construyen hospitales.

Subsecretaria Gisela Alarcón junto a Carmen Castillo, la ministra de Salud / Agencia Uno

La cartera enferma

El programa de gobierno de la presidenta Bachelet hizo una radical promesa en 2013: Tras los 4 años de gobierno, quedarían 20 nuevos hospitales construidos, 20 en edificación y otros 20 en licitación.

Gisela Alarcón muestra orgullosa el mapa que da cuenta del avance de la promesa, reluciente en su oficina en el Ministerio de Salud. Serían, según el gobierno, 20 ya terminados, 17 en construcción y 19 en licitación.

– Con los hospitales se les criticó mucho de que no iban a alcanzar a hacerlo.
– Nadie nos creía…

– Es cierto, nadie les creía. Pero en el caso del Exequiel González Cortés, recientemente inaugurado, han tenido inconvenientes como que se cayeron las puertas, se levantaron los pisos del pabellón de cirugía. ¿Se están apurando en inaugurar tantos hospitales?
– Lo que pasa es que un hospital requiere una puesta en marcha importante, y esos temas que señalas fueron resueltos por nuestro equipo de inversiones del ministerio. Cuando convocamos a la presidenta a inaugurar es porque estamos seguros que funciona. El Exequiel González Cortés no solo tiene un equipamiento de altísima tecnología, sino que también aumentó de forma importante el recurso humano y hay que señalar también que fue uno de los hospitales que se puso la primera piedra en el gobierno anterior. Nosotros no tenemos dificultades con reconocer que de los 20 hospitales que hoy tenemos terminados, 4 venían del gobierno anterior de la presidenta Bachelet. El Exequiel González Cortés, el de Salamanca, el de Futaleufú, por mencionar algunos, son hospitales que pertenecen a lo que nuestra división de inversiones ha llamado la cartera de inversiones enferma que recibimos del gobierno anterior, por distintas razones. En Futaleufú la construcción estaba detenida, la empresa se había ido del país y no había pagado a proveedores. Rancagua era un hospital abandonado. Calama, que yo fui a abrirlo, era un hospital abandonado, que hubo que hacer liquidación del contrato y licitarlo a otra empresa. Es decir, nos costó mucho más caro de lo que nos costó en el inicio.

– Dice entonces que el problema estuvo en las licitaciones iniciales de esos hospitales.
– Que se hicieron en el gobierno anterior. ¿Por qué? Porque la administración anterior realizó muchas licitaciones temerarias, en que se privilegió el bajo costo y el corto plazo y eso no funcionó. En el González Cortés no fue que estuviera abandonado, lo encontramos con un 60% de construcción, pero se había acabado el presupuesto y hemos tenido que ir agregando y seguir avanzando en el hospital con la misma empresa, pero tuvimos que poner mucho más recursos de los que pensábamos. Y también se hicieron modificaciones al diseño inicial que no estaban, como la salud dental en la urgencia, que ahora está y se lo mostraron a la presidenta. O sea, no tenemos problema que un hospital parta en un gobierno y se inaugura en el otro, porque también estamos dejando varios hospitales en construcción que va a inaugurar el próximo gobierno, pero hay que ser claro en decir en qué condiciones los recibimos. Varios de ellos fue con problemas y el primer año tuvimos que dedicarnos a resolverlos, como en el Hospital de Rancagua que estaba abandonado, el de Calama, Futaleufú y Salamanca. Hoy todos están inaugurados y funcionando. El Exequiel lo recibimos con problemas, no estaba abandonado, pero si se había acabado el financiamiento, por lo que teníamos problemas de flujos financieros para mantenerlo y tuvimos que hacer reacuerdos con la empresa.

Subsecretaria en Hospital Exequiel González Cortés / Agencia Uno

– O sea, con el Estado inyectando recursos a la empresa constructora, que parece que no tiene por dónde perder en todo esto…
– Es que por eso hay que tener mucho cuidado con las bases de licitación. En varias oportunidades las tuvimos que modificar no solo la construcción sino también el diseño, para asegurar que el Estado no sea el que pierda. Con el Exequiel logramos tener un acuerdo con la empresa, en otros lugares, las empresas se arrancaron, hay juicios, demandas en la que está el Consejo de Defensa del Estado, ahí ocurrieron cosas mucho peores que en el Exequiel. Y por eso también demoró mucho más en ser terminado de lo que estaba pensado. Tuvo un costo de 91 mil millones y fue licitado en noviembre de 2012 y recién inauguramos a finales de 2017. Es un hospital que se demoró, como si fuera un hospital de muchas más camas, justamente porque hemos tenido que ir apoyándolo con flujos al proyecto inicial que ya se habían gastado, porque había habido una mala gestión en construcción del proyecto. Hoy, para despejar esto de que fue inaugurado en condiciones que no estaban, nosotros nos hicimos cargo, estuvo trabajando el equipo de inversiones en resolver las observaciones de los funcionarios y por eso se inauguró.

– ¿Existen garantías de que estos problemas de licitación no se van a repetir en los que ustedes dejarán al próximo gobierno?
– Pensamos que nuestras bases permiten cautelar mejor los intereses del Estado, cautelan la parte técnica por sobre el costo y también la competitividad. La prueba de eso será cuando se inauguren. Hasta ahora, con los hospitales en construcción no hemos tenido dificultades, hemos tenido situaciones particulares en que las propias empresas generan competencia entre ellas y se pillan situaciones como la del profesional falso en una empresa constructora.

– Que estuvo en la construcción de varios hospitales.
– Anteriores, en los nuestros no. Lo que hicimos fue informar apenas tuvimos la denuncia a Contraloría y la Fiscalía y alertar a todos los directores de servicio. En dos lugares se cambio una empresa por otra por este profesional.

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