El giro político de Álvaro Ballero: «Ahora voto por RD y admiro a Jackson y a Boric»

Si hay que buscar algún ícono que retrate lo que fueron los tempranos ’00 en Chile sin duda ese sería Álvaro Ballero (35). Considerado el rostro que marcó la explosión del género de los reality show en Chile, el ganador de Protagonistas de la Fama marcó a toda una generación que repitió casi como un mantra la frase «Yo amo a Ballero».

De esa época, sin embargo, ha pasado mucha agua bajo el puente. La fama, el dinero y el reconocimiento que le llegó de golpe cuando sólo tenía 20 años lo nublaron durante mucho tiempo, lo cual reconoce en una entrevista a fondo con Paula. «Creo que en el fondo era consciente de que no tenía nada y de que todo iba a durar muy poco. Con la madurez uno entiende que después de eso vienen fracasos, aprendizajes, muchas cosas», reconoce.

Convertido en una estrella que cuando caminaba por la calle la gente lo rodeaba y no lo dejaba caminar, como si fuera Luis Miguel o Axl Rose. “Me topé con una fama insólita, que rompía todas las barreras socioeconómicas”, dice.

La nueva vida de Ballero

Poco antes de encerrarse en la casa-estudio de Protagonistas de la Fama, Álvaro era un joven viñamarino que escribía poesía, que militaba en Renovación Nacional (RN) y que quería dedicarse a la política. De hecho, había ingresado a estudiar Administración Pública en la Universidad de Valparaíso.

Luego de salir del reality, Ballero gozó de los beneficios del reconocimiento, pero no por tanto tiempo. Las constantes críticas que empezaron a caerle encima -que era vanidoso, egocéntrico y que no tenía talento- fueron desmoronándolo de a poco y dejó de amarse, al punto que se odió a sí mismo. “En gran parte tenían la razón, yo era pesado, terco, tenía humo en la cabeza, me creía dueño de la verdad sin tenerla. Cuando no estás en la televisión, seguro alguien de tu círculo cercano te lo hará ver, si es que se atreve. Cuando eres famoso te lo dice todo un país. Eso cuesta, nadie está preparado para eso”, sentencia.

Tras un par de años en la oscuridad, en 2008 conoció a Ludmila Ksenofontova y tras un mes y medio de pololeo, se casó con ella. Este año cumplen una década juntos, tiempo en el que han sido padres de 4 hijos. Esta etapa, asegura Ballero, le ha cambiado totalmente la vida y la forma en que ve las cosas. Incluso, cuenta, dio un vuelco en sus preferencias políticas y ya no se siente cercano a la derecha, sino que al Frente Amplio.

“Ahora voto por RD y admiro a Jackson y a Boric porque tener hijos me hizo darme cuenta de la injusticia que es que haya niños que porque nacen en determinada comuna no tienen acceso a buena educación ni salud, tampoco a una plaza para jugar. Estoy a favor del aborto en tres causales y también del matrimonio igualitario. Es inevitable que viendo la vida no te vuelvas más pluralista, más de izquierda. Me gustaría ver más diversidad. Eso nos hace mejores personas. Me gustaría ver familias homoparentales en el colegio de las niñitas, no quiero que sepan de la homosexualidad por Ricky Martin. Hay que botar prejuicios. Abrir la cabeza”, revela.