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Periodista que destapó abusos en el Sodalicio: «El protocolo del Papa uno se lo puede pasar por el forro hasta que veamos cosas concretas»

Por: Pablo Álvarez Y. | Publicado: 16.01.2018
Periodista que destapó abusos en el Sodalicio: «El protocolo del Papa uno se lo puede pasar por el forro hasta que veamos cosas concretas» pedro salinas | Youtube
Pedro Salinas, autor del libro «Mitad monjes, mitad soldados», que destapó una serie de abusos en la agrupación peruana, está de visita en Chile a propósito de la llegada del Papa. En conversación con El Desconcierto, critica la actitud que ha tenido hasta ahora el Vaticano respecto al caso y asegura que el anuncio del Papa de intervenir la organización es «efectista, demagógico y de cálculo político».

«Todo se puede resumir en aquello de ser mitad monjes y mitad soldados (…) los sodálites son soldados de Cristo en una milicia que jefatura María», son las palabras con las que Luis Fernando Figari definía la sociedad de vida apostólica peruana que él fundó: el Sodalicio de Vida Cristiana. 

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Figari, hoy recluido en Roma y con la Fiscalía peruana pidiendo su presidio, nunca imaginó que esa frase suya daría título al libro que destaparía los casos de abusos sexuales y de poder que él y sus cercanos ejercieron durante años al alero del Sodalicio.

«Mitad monjes, mitad soldados» es el título de la investigación de cuatro años de los periodistas peruanos Pedro Salinas y Paola Ugaz, y luego de que fuera lanzado en 2015, el movimiento ha estado en el ojo del huracán. Incluso el Vaticano partió este 2018 anunciando que intervendría la organización, que además en Chile controla la Universidad Gabriela Mistral, el colegio Saint Joseph y tiene dos comunidades, una en Maipú y la otra en La Dehesa.

Pedro Salinas, que además de periodista también es ex sodálite, llegó a Chile a propósito de la visita del Papa Francisco a unirse a los diferentes exponentes internacionales contra el abuso sexual que ayer se dieron cita en un seminario de la Fundación Para la Confianza.

Acompañado de los denunciantes del caso Karadima, del ex sacerdote mexicano Alberto Athie -quien denunció el encubrimiento de Marcial Maciel por la iglesia de su país-, del ex miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de Menores creada por el Papa contra el abuso sexual, Peter Saunders, entre otros, Salinas acota en su palabra: «Me siento como en la Liga de la Justicia contra el abuso».

La exposición de Salinas buscó evidenciar las contradicciones del Papa Francisco y del Vaticano al comparar su última decisión de intervenir el Sodalicio -a través de un comisario designado-, respecto a una carta que envió en febrero del año pasado desde Roma la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica a líder del Sodalicio, Alessandro Moroni -quien levantó el movimiento en Chile-.

La carta, que Salinas posteriormente mostró a El Desconcierto, restaba credibilidad a las denuncias iniciales de 2011 contra Figari y acusaba una «no del todo comprensible resonancia que la vicisitud encontró en el ámbito de la opinión pública en Perú». Habla de casos de personas «mucho mayor que los 16 años», siendo que en tres casos con abuso incluido, estos se produjeron cuando dos de las víctimas tenían 16 años y la otra 17.

Un punto particularmente conflictivo, y resaltado por Salinas en su exposición, fue uno que acusa consentimiento y complicidad de las víctimas. «No se han encontrado elementos en virtud de los cuales se pueda afirmar, con suficiente claridad y certeza moral, que dichos actos ocurrieron con violencia, en el sentido que determina el Can. 1395 – § 2, también porque, en algunos casos, los cómplices han declarado estar conformes o de no haber opuesto alguna resistencia o de todas formas no haber percibido, en aquel momento, constricción alguna de parte del Sr. Figari».

(Revisa el reportaje de el Desconcierto: Abusos sexuales y de poder: Cómo entró el Sodalicio de Vida Cristiana y el «Karadima peruano» a la élite chilena).

La carta enviada desde el Vaticano termina señalando que dado que las denuncias son de «un pasado muy remoto», que Figari es un «mediador de un carisma de origen divino» y que no se encuentra en buen estado de salud, se determina que no sea expulsado de la Sociedad de Vida apostólica, que no regrese a Perú, que sea enviado a una residencia y que se le prohíba declarar a los medios de comunicación.

En su exposición, Pedro Salinas enfatizó en algunos de estos puntos de la carta para luego decir: «Entonces, ¿a quién le creemos? ¿Al Papa Jekyll de febrero de 2017, o al Papa Hyde de enero de 2018?».

«Errázuriz ha tenido un rol nefasto en Chile, que sea amigo de Figari no me sorprende en lo absoluto»

Tras su exposición en el seminario y el anuncio del lanzamiento de una organización para denunciar globalmente los abusos clericales, Pedro Salinas se dio un tiempo para conversar con El Desconcierto.

—¿Cuáles son sus principales desconfianzas respecto al anuncio de intervención del Sodalicio por parte del Vaticano?

—Yo soy muy escéptico respecto de estos temas, porque el realismo político me dice que no está pasando nada. El anuncio del Papa me parece efectista, demagógico, de cálculo político, anunciando la intervención del Sodalicio a través de un comisario. Mi reparo es que ya había habido ese pronunciamiento del Vaticano a través de la carta del año pasado para zanjar el caso Sodalicio. Cuando uno revisa esa resolución, es un asco, es nauseabunda y además genera un precedente sumamente negativo en estos temas. Qué casualidad que justo ocho días antes de su visita a Perú anuncie una cosa totalmente diferente.

—¿No cree en la labor que pueda desarrollar el comisario?

—No garantiza nada. Hemos visto que en el caso mexicano se designó también a un comisario que estuvo con los Legionarios de Cristo durante tres años y al final no pasó en nada. Ocurrió lo que Sara Oviedo (otra expositora del seminario) llamó el gatopardismo: cambiaron algunas cosas, todo cosmético, para que finalmente no pasara nada. Algo similar yo creo que ocurrirá en el caso Sodalicio con este comisario.

—También la Fiscalía peruana ha pedido prisión para Luis Fernando Figari. ¿Cómo ha avanzado eso?

—Lo que tenemos hasta ahora es una solicitud del ministerio público que tiene que ser validado todavía por un juez o jueza del poder judicial, y antes de eso tiene que haber una audiencia con los abogados de las partes.

—El Vaticano ha sido la casa de Luis Fernando Figari este último tiempo.

—Es que la resolución Vaticana, de cómo el Papa definió el caso Sodalicio, es vergonzosa. No expulsa a Figari, le prohíbe ir al Perú, le pide al Sodalicio que le permita las posibilidades para vivir de una forma ostentosa y lujosa, con la única condición de que no volviese a Perú para hablar con la prensa. Es una burla.

—En algún momento a su colega y coautora de «Mitad monjes, mitad soldados», Paola Ugaz, le tocó ir a entrevistarlo allá.

—Cuando ella le puso el micrófono, fue el momento más alucinante porque la gente recién podía verlo hablar, negar las víctimas y diciendo incoherencias. Gracias a ese instante, la gente conoció al monstruo.

—Otro que fue a visitar al líder del Sodalicio a Roma fue el cardenal chileno Francisco Javier Errázuriz.

—Bueno, ¿qué puedes esperar de un cardenal encubridor? Errázuriz ha tenido un rol nefasto en Chile, por lo que sea amigo de Figari no me sorprende en lo absoluto. Dios los crea y el diablo los junta.

—¿Cómo ha visto la relación que el Sodalicio ha tenido con Chile?

—Presumo que, dado que el golpe a la imagen del Sodalicio ha sido muy dura y fuerte, comenzarán a migrar desde Perú hacia otros destinos donde todavía están pasando piola, como decimos allá. Uno de esos presumo que va a ser Chile. También está Colombia.

—¿Por qué serían interesantes estos destinos para la agrupación?

—Porque son países en los que hay mucho dinero, y el Sodalicio va donde haya dinero.

—En un ámbito personal, como periodista y como ex sodálite, ¿qué han significado para usted estos años de denuncias de los abusos dentro del Sodalicio?

—Ha sido algo muy fuerte. Si bien es cierto yo no he sido una víctima sexual de ningún jerarca, varias de las personas que yo recluté para la organización sí terminaron siendo víctimas. Cuando tú escuchas sus testimonios y esas personas terminan confiando en ti, no hay forma de que retrocedas y digas «hasta aquí no más». cada vez hay más personas que empiezan a hablar. No se les puede decir «ya no estoy en el caso, sorry, habla con otro medio». No puedo.

—¿Qué acciones tienen preparadas para la visita del Papa al Perú?

En Lima lo que va a haber es una conferencia de prensa el miércoles 17, de 6 de la tarde a las 8 de la noche, extranjera y nacional para comentar estos acuerdos de aquí de Santiago. Me imagino que el caso Sodalicio va a ser un tema a tratar. Será un día antes de la llegada del Papa.

*

Para finalizar, Salinas asegura que en Chile ha encontrado referentes sobre las denuncias de abusos de la iglesia en Chile: «Aquí ha habido gente como Juan Carlos Cruz, James Hamilton, Jose Andrés Murillo, y su abogado Juan Pablo Hermosilla que han sido una vanguardia en este tipo de gestos valerosos y corajudos de enfrentar a esta lacra y a esta mafia, para que algún día decidan encarar el tema. El protocolo del Papa Francisco uno se lo puede pasar por el forro hasta que empiece a ver cosas concretas. Esas cosas no están pasando. Van a pasar cuando el Papa empiece a remover obispos, a sancionar efectivamente a autoridades eclesiásticas, en lugar de esconderlos y cambiarles de destino».

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