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Opinión

Visita del Papa y la prensa: Más religión, menos ciencia y por sobre todo nulo juicio crítico

Por: Jaime Coloma | Publicado: 17.01.2018
Visita del Papa y la prensa: Más religión, menos ciencia y por sobre todo nulo juicio crítico papa | Foto: Agencia Uno
Recibimos y tratamos la visita del Papa como si se tratara de una estrella de rock consolidando una vez más una identidad social cada día más manejable por esta nueva dictadura, la de los discursos farandulero/mediáticos y por supuesto el consumo en su máxima expresión, tanto es así que podríamos decir que hasta el sumo pontífice es un objeto de consumo que admiramos y que por supuesto de alguna manera queremos poseer.

Mientras los medios de comunicación, en verdadera cadena nacional, salvo La red y UCV, que por razones imagino comerciales no pueden sumarse, se solazan mostrando en noticias y programación especial la visita del Papa a Chile, se desarrolla en otro espacio el Congreso Futuro, un evento que nos muestra el desarrollo de reconocidos personajes en diversos ámbitos científicos y humanistas que discuten y presentan aquellas problemáticas a las que se enfrentará y ya enfrenta la sociedad chilena y mundial.

Llama la atención que dicho espacio de reflexión se exhiba sólo por streaming, o sea una retransmisión y/o transmisión que se desarrolla y difunde por vía multimedial a través de la red y que se masifica de ésta manera. Como se ve nada tiene que ver con los medios tradicionales de comunicación y, quizás, desde cierta perspectiva si tengan un impacto mediático, pero no masificado de manera habitual, esto mientras los canales de televisión abierta y diarios de distribución clásica y venta en quioscos cubren de manera obsesiva el viaje del máximo representante del vaticano y, como ya han dicho algunos fieles, de Dios en la tierra.

Las muestras del mundo creyente y de los canales de tv abierta es variopinta y busca de alguna manera establecer una lectura donde, lejos de mostrarnos como una Estado laico, pareciera que, por lo menos desde una cierta perspectiva el catolicismo domina de manera clara el que hacer sociocultural y político de nuestro terruño.  Es así como los medios, si bien han mostrado las voces disidentes, han establecido un relato donde se subraya por sobre todo la importancia de ser creyente y de cómo la fe es el elemento por antonomasia que realmente importa y debemos considerar a la hora de establecernos como entes pensantes y activos de la sociedad que conformamos. El juicio crítico y el análisis quedan absolutamente fuera de esta ecuación, dejando aparte las problemáticas que se pueden establecer por mostrar o presentar una mirada más amplia de lo que implica la estadía y actividades del sumo pontífice en Chile.

Así vemos como se resalta como algo maravilloso que el Santo Padre haya pedido perdón por las víctimas de abuso sexual en nuestra iglesia, mientras lo acompañan en su comitiva uno de los obispos consignados como cómplice de ocultar estos hechos y proteger a los perpetradores de dichas aberraciones, todo esto mientras en paralelo pasa de manera casi inadvertida el antes mencionado Congreso Futuro, espacio que, cosa rara en nuestro terruño, incita a la reflexión, la discusión y la posibilidad de desarrollar ese esquivo juicio crítico y conocimiento que, una vez más, queda en evidencia, los medios de comunicación más típicos, entre ellos por supuesto la televisión abierta, no pretenden bajo ningún punto de vista propiciar y entregar a las audiencias.

Vemos entonces como la sociedad chilena parece debatirse entre los malls (centros comerciales y retails) y una fe ciega que no se piensa, no se analiza y menos se discute, tampoco exige a la ilustre visita del Estado Vaticano que se manifieste en aquellas temáticas que tanto han dado que hablar durante este año: aborto, ley de identidad de género, matrimonio igualitario, conflicto mapuche y abusos sexuales. Los medios por su parte, aparte de mostrar el fervor ciego y la posibilidad de generar algún conflicto farandulero porque Francisco vino a Chile y Perú y no pasa por Argentina, su país natal, nada más.

Podemos ver entonces cómo se va construyendo una sociedad donde claramente los relatos no pasan por generar cuestionamientos y soluciones, muy por el contrario, al parecer se establecen en un perdón exclusivamente de palabra, sin hechos concretos que establezcan un signo claro de arrepentimiento y reparación sino más bien un discurso público y masivo exclusivamente religioso y, finalmente, un placebo para palear el verdadero problema. Sin embargo se han alzado algunas voces disidentes desde la misma tribuna eclesiástica que deja entrever como algunos personeros de la iglesia si desarrollan ideas que, por supuesto, sólo se muestran en torno al impacto estético que provocan sin mediar ningún tipo de discusión respecto a eso, no puedo dejar pasar y utilizar como ejemplo de esto las palabras de la capellana del centro penitenciario de San Joaquín, Nelly León, que dijo: “Lamentablemente en Chile se encarcela la pobreza”.

Recibimos y tratamos la visita del Papa como si se tratara de una estrella de rock consolidando una vez más una identidad social cada día más manejable por esta nueva dictadura, la de los discursos farandulero/mediáticos y por supuesto el consumo en su máxima expresión, tanto es así que podríamos decir que hasta el sumo pontífice es un objeto de consumo que admiramos y que por supuesto de alguna manera queremos poseer.

No es de extrañar entonces que desde la otra trinchera, la del Congreso Futuro, el psiquiatra Claudio Naranjo diga que tenemos una educación que embrutece a cualquiera, sumo a estas palabras una educación sustentada y avalada por los mismos medios que, como dicen muchos de sus ejecutivos, más que tener un rol social, están sólo para entretener.

Jaime Coloma