Avisos Legales
Opinión

La Magia del sur

Por: Ericka Ñanco y José Ancalao | Publicado: 28.01.2018
La Magia del sur paco | Foto: Agencia Uno
¿Acaso en esta oportunidad el margen de la ley rondaba en lo indecente respecto a seguir respaldando montajes? ¿Se habrá aburrido la Fiscalía de perder juicios con grotescas pruebas? ¿Será el guión de un capítulo de la antigua serie “Locademia de policía”?

Fue en Febrero del 2014 cuando sale a luz pública el caso de Raúl Castro Antipan, agente infiltrado de carabineros quien confesó en pleno juicio oral haber realizado, entre 2009 y 2011, una serie de delitos en la Araucanía que trajo como resultado una treintena de mapuches en prisión. Entre los acusados se encontraban Luis Marileo y Patricio Queipul, jóvenes en ese entonces menores de edad, que cumplieron condena de un año en prisión preventiva por su supuesta participación en el asalto al “Peaje Quino”, caso en que fueron absueltos por unanimidad al comprobarse su inocencia tras las declaraciones de Castro Antipán. Tres años más tarde, Luis Marileo nuevamente es tema en la prensa. Esta vez por su deceso al ser repelido a punta de balas por un ex carabinero en un presunto asalto en Ercilla. La historia del montaje que este joven padeció no es nueva al interior de nuestro pueblo, pues en su corta vida sufrió los daños y perjuicios que nos afectan solo a los despojados, sucesos repetidos a diario en las comunidades que hoy están militarizadas.

Cabe destacar que Castro Antipán ha sido, hasta el momento, el único condenado bajo la ley antiterrorista.

En Enero del 2017, Hugo Melinao es detenido en la mediática “Operación Tauro”. Fue acusado de formar parte de una “escuela de guerrillas”. Para esa oportunidad fueron decomisados una gran cantidad de armamentos de guerra. Tras pasar ocho largos meses en prisión preventiva, Melinao es absuelto de sus cargos en Septiembre del mismo año al comprobarse que todas las armas y municiones de alta peligrosidad eran de juguete.

Según los informes de gasto presupuestario de Carabineros de Chile, desde  el 2010 al 2016 en la región de la Araucanía se desembolsó un presupuesto de $17.074.990.822 destinados a Personal y Bienes y Servicios de Consumo, mientras que entre el 2008 y el 2014 en la provincia de Arauco se gastó un total de $2.428.860.330 solo en Viáticos con Temática étnica. Lamentable es que se destinen tantos recursos y los resultados sean siempre los mismos: mapuches acusados con pruebas falsas que decantan en diversos tipos de montajes.

Hoy los noticiarios nos sorprenden con la nueva revelación. El fiscal Luis Arroyo, al mando de la Fiscalía de Alta Complejidad de La Araucanía que ha insistido en la culpabilidad de la machi Francisca Linconao en el caso “Luchsinger Mackay”, se querella contra carabineros acusando un montaje en la llamada “Operación Huracán”. Recordemos que el primer juicio adolece del mismo tipo de pruebas que presentó carabineros en el segundo proceso.

Con estos casos nos podemos percatar que no es la primera vez en que se usan evidencias tan burdas para acusar e imputar a comuneros mapuche, sin embargo, es la primera vez que un fiscal se querella en contra de funcionarios de la DIPOLCAR por presentar pruebas falsas.

¿Acaso en esta oportunidad el margen de la ley rondaba en lo indecente respecto a seguir respaldando montajes? ¿Se habrá aburrido la Fiscalía de perder juicios con grotescas pruebas? ¿Será el guión de un capítulo de la antigua serie “Locademia de policía”?

Existe una asociación ilícita encargada de proteger a los verdaderos violentistas con el fin de desestabilizar el orden y la estabilidad en la Araucanía, siendo éste el primer escándalo público dentro de la orgía de mentiras que se han encargado de realizar tanto Piñera como Bachelet en la judicialización de un problema político existente en nuestra región. La presión que pone el empresariado sobre el Ministerio del Interior gatilla en las policías con el fin de encontrar responsables, traduciéndose en la utilización de elementos ficticios basados en fabricación de evidencias con el objetivo de inculpar falsamente a un listado interminable de hombres, mujeres y menores de edad perseguidos y vulnerados en sus derechos fundamentales. Tal parece que en esta oportunidad la fiscalía decidió dar un paso al costado y no seguir respaldando ni representando tamañas patrañas.

Ericka Ñanco y José Ancalao