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El brutal caso de María Jimena, la niña de 11 años violada y asesinada que remece a Perú

Por: El Desconcierto | Publicado: 09.02.2018
El brutal caso de María Jimena, la niña de 11 años violada y asesinada que remece a Perú | /Twitter: @AgenciaAndina
Al igual que Chile, que aún está conmocionado por la muerte de Sophie, la sociedad peruana por estos días intenta superar el horror del crudo homicidio de la pequeña, quien fue interceptada por un desconocido cuando volvía de un taller de manualidades, y cuyo caso se conoce como el del «Monstruo de la Bicicleta».

Por estos días, Perú está conmocionado por la brutal muerte de una niña. Así, mientras la sociedad chilena aún debate para poder procesar el horror del asesinato de Sophie por parte de su padre biológico en Puerto Montt, el país vecino hace lo propio con el caso de María Jimena, una menor de 11 años, quien fue violada por un desconocido que luego la estranguló y cuyo cuerpo fue encontrado calcinado.

Los hechos se remontan al jueves 1 de febrero, cuando la menor se dirigía a un taller de manualidades que impartía la comisaría de Canto Rey, en Lima, y en el que se había inscrito para aprovechar sus vacaciones. Esa mañana, su padre la llevó en auto hasta el lugar pero no se fijó si es que ingresó al recinto o no, lo que ha generado polémica porque, a pesar de que el personal lo niega, las cámaras de seguridad la muestran saliendo del lugar a la hora en que debía terminar la clase.

A la salida las imágenes captaron el momento en que fue interceptada por César Augusto Alva Mendoza, de 37 años, apodado ahora como el «Monstruo de la Bicicleta» o «Monstruo de La Huayrona», ya que andaba por el lugar en dicho vehículo y provocó un accidente para hacer caer a la menor lastimada, y de ese modo, ofrecerle llevarla a su casa.

Sin embargo, en el trayecto, Alva se desvió hacia un descampado donde la violó y la estranguló, provocando su muerte. El hallazgo del cuerpo se realizó al día siguiente, cuando uno de los residentes que transitaba por el sector encontró en medio de la calle un saco que se estaba incendiando, a solo metros de la casa del agresor, quien se había fugado hasta la ciudad de Ica.

Pero ante la amplia difusión del caso a través de la prensa, una pobladora lo reconoció mientras hacía las compras, por lo que el hombre pudo ser detenido y terminó confesando el brutal crimen. A raíz del caso de Jimena, otras dos mujeres han afirmado haber reconocido a Alva como el hombre que las violó en 2014 y 2016 respectivamente.

La confesión generó una gran indignación popular, de modo que un grupo de personas acudió a la comisaría de La Tinguiña, donde se encontraba el detenido, para hacer justicia con sus propias manos. Después de que Alva saliera de la comisaría para ser llevado a Lima, la multitud intentó lincharlo y golpearlo, pero la Policía lo impidió.

Una marcha desvirtuada

El asesinato de la menor ha conmovido la sociedad peruana, lo que ha sido aprovechado por los sectores conservadores del Perú, donde no existe la pena capital para exigir leyes más drásticas contra los violadores.

Cientos de manifestantes salieron a la calle este jueves para pedir justicia para Jimena. La movilización, que fue masiva, se convirtió en una especie de caja de resonancia donde cada uno reclamaba lo suyo. De hecho, durante el recorrido de la marcha, que finalizó en Plaza San Martín, se escucharon desde consignas feministas hasta llamados a restituir la pena de muerte.

En la “Marcha por la justicia, seguridad y paz para nuestros hijos”, convocada por los familiares de Jimena, participaron los familiares de la víctima junto a organizaciones sociales y otros colectivos. Al finalizar el evento, los padres de la menor pronunciaron un parlamento que recibió el apoyo de los asistentes. También habló la presidenta del Consejo de Ministros, Mercedes Aráoz, quien les aseguró que trabajarán para aplicar al asesino la pena más fuerte. “Nunca va a salir, vamos a luchar por eso, lo lamento tanto”, señaló Aráoz en referencia al autor del crimen, quien fue capturado por la policía el fin de semana.

La otra lectura de la protesta de ayer, en opinión de la escritora y periodista peruana Gabriela Wiener, es que «los que marcharon por Jimena marcharon en una marcha feminista porque pidieron que nunca más una niña sea asesinada y desaparecida por ser una niña, por ser una mujer». Para ella, «muchos no se enteraron de que la marcha de ayer fue feminista, por ejemplo los oportunistas que pidieron otra vez, y aprovechando el pánico, la pena de muerte. Gente que quiere más muerte contra la muerte».

Según David Hidalgo, que junto con otros periodistas del medio Ojo Público acaba de publicar un reportaje titulado «Perú, el país de los 3.000 violadores de niñas», del total de 4.462  casos de violación atendidos por los centros de emergencia de la mujer entre enero y septiembre de 2017 a menores de 0 a 17 años, 4.071 eran niñas, mientras que 391 niños.

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