Siguen faltando noticias atractivas en febrero

A mediados del siglo pasado, había en Santiago varios diarios matutinos y vespertinos que vivían del sensacionalismo. A veces delictivo y a veces político.

Los periodistas de izquierda y de los otros se reunían en un bar que quedaba en la Alameda frente a la iglesia de San Francisco y donde estaban también el local de la Fech y también de la CUT.

Era un centro neurálgico para captar y compartir noticias. Se llamaba El Bosco.

El problema es que en febrero las noticias escaseaban. Ya sea porque mucha gente sale fuera de Santiago, por vacaciones o porque los políticos y los delincuentes también suelen salir a descansar.

Gran problema para los titulares de la prensa sensacionalista.

Ellos esperaban en El Bosco lo que llamaban “el crimencito del verano”.

Generalmente era el asesinato pasional de una mujer de la vida nocturna, asesinada en alguno de los hoteles de paso que todavía existen en el barrio. O bien algún crimen atroz en que se encontraba un cuerpo descuartizado o algún asalto de la policía política a una reunión de jóvenes de izquierda para prevenir hechos más violentos.

Con el pasar de los años y la longeva dictadura, los periódicos independientes fueron desapareciendo. Pero el mes de febrero sigue siendo falto de noticias atractivas.

Por eso el supuesto secuestro de un niña de 11 años, en las cercanías de Licantén ha servido para que los pocos diarios impresos que aún permanecen con vida, llenen su páginas con noticias relacionadas. Claro que para desencanto de muchos, a pesar que 100 efectivos policiales y militares, con perros y globos aéreos de búsqueda estaban en la escena, la niña, inexplicablemente regresó a la casa de su tía , con su “secuestrador” , sin que los buscadores los detectaran .

Como los tiempos han cambiado, también las novedades tecnológicas sirven para llenar páginas impresas. Así que en febrero apareció un programa llamado Antorcha por su creador, un ingeniero que trabaja para Carabineros de Chile y que teóricamente serviría para espiar y grabar los mensajes de WhatsApp enviados por los dirigentes mapuche. Claro que el servicio de inteligencia, sin comprobarlos los incorporó en los proceso que la Fiscalía Nacional lleva adelante para ubicar a quienes han incendiados camiones en la Araucanía. La Fiscalía descubrió que los mensajes habían sido inventados y plantados como pruebas. Puso en libertad a los inculpados.

Los tiempos han cambiado, pero el mes de febrero sigue siendo un mes falto de noticias y con algo hay que rellenar las páginas impresas de los diarios, que están flacos por falta de material atractivo.