Tócate este bombo

“Patear la cama no es violencia, me lo dijo el juez, dele no más”.

Claro, si el tremendo humorista nacional lo permite dando cátedra de las diferencias entre un humor ordinario y coqueto, imposible entender una agresión como tal. El experto en el arte de hacer reír nos sorprende con un show donde lo más importante es lo que no se comenta y al contrario, lo más innecesario en el acto, es lo que termina dando el material protagónico de hoy.

¿Hasta cuándo nos seguiremos haciendo los tontos frente a personas desagradables, que creen dar lecciones frente a temas de los que no tienen idea?

Bombo Fica, un humorista que pisó la Quinta Vergara estableciendo cánones de humor, desmarcándose de los ordinarios y respetando el humor “de bien”.

Prefiero ser un ordinario de mierda antes de prestar ropa a un humorista conservador, misógino y que se esconde tras discursos sin validez para dar cuenta de su machismo patriarcal y absurdo.

Si lo realmente importante no fue el show paupérrimo y ligado a una condición de seguridad posiblemente justificada por parte de Daniel. Menos fue el acto de Mariela Montero, donde cualquiera de nosotros mortales sin mucho conocimiento escénico podemos entender que no tenía mucho que ver con el espectáculo. Para qué mencionar lo ocurrido con Willy Benítez, que para ojos de algunos fue un homenaje que ensalza al comediante de blanco. Para mí, sinceramente, un acto de egocentrismo y muestra de altanería barata por parte del comunista.

Lo preocupante radica en el discurso y en como este se estructura de modo tal que nosotros estemos criticando el show por su forma y no por sobre el contenido del mismo.

Preocupante es cuando analizamos que la masa crítica pasa por alto frases como la prescrita al inicio de este artículo. Complejo más aún, cuando tuvimos un espectáculo lleno de material autoritario, mezclado de humor sencillo y sonrisas de gratitud.

El show del Bombo Fica es básicamente la muestra de lo que merecemos en términos comunicacionales. Si finalmente no somos capaces de desarrollar crítica frente a lo que nos mantiene opacos como sociedad. Si no somos nosotros los que podemos dar cuenta de que actos de este tipo son los que mantienen los discursos que rechazamos en el aire. Entonces, ¿quién?

Poco importa si eres comunista, liberal, independiente o partidista. Si finalmente lo realmente fundamental en la sociedad es que nos percatemos de lo que valemos y por ello buscar construir algo mejor.

Espero no encontrar más rutinas falsas, maquilladas de risas con mensajes discriminatorios, burlescos y que solo aportan más desigualdad en nuestra forma de caminar.

El humor, como la política, incide de manera directa en el entusiasmo, modo de actuar, pensar y desarrollar de la sociedad y está ahí la real importancia que un show como el desarrollado por el tambor aquel no tiene razón de ser aplaudido.

“El humor es una de las mejores prendas que se pueden vestir en sociedad”, establecía el novelista inglés Thackeray. En este caso, una prenda de fast fashion de poca factura y rápido recambio.

Disfruta tu gaviota regalada y tu aplauso tibio. Yo me quedo con las mujeres que no aguantan que les pateen la cama, con mis hermanos extranjeros que vienen hacer de este país una sociedad más diversa y con una sociedad que se construye desde el pensar y no desde la banalidad.

Finalmente, tal como firmó Emma Goldman, “una sociedad tiene todos los delincuentes que se merece”.