Histórico: Primer caso de persona trans que accede a tratamiento hormonal sin ser patologizada

La activista trans no binaria, Shane Cienfuegos, accedió este martes a un tratamiento de reemplazo hormonal sin ser diagnosticada con trastorno a la identidad de género, ni disforia de género.

Shane, de 24 años, es una mezcla y deconstrucción de los géneros masculinos y femeninos, y hoy combina su trabajo con los estudios de una maestría en intervención psicosocial en una universidad española. El suyo es el primer caso en el que una ficha clínica reafirma la expresión de género de una persona trans que no se reconoce ni hombre, ni mujer.

El largo camino por el reconocimiento de la identidad no binaria Shane Cienfuegos comenzó cuando Organizando Trans Diversidades (OTD) le abrió el camino en el programa de identidad de género del Hospital Sótero del Río, en la comuna de Puente Alto.

Shane pasó por las manos de una trabajadora social, una psicóloga -a quien Shane le pidió expresamente que no emitiera ningún certificado psicológico que diagnosticara su identidad- y luego una endocrinóloga, quien, como suele ser habitualmente en la atención de salud de personas trans, le pidió un certificado que diagnosticara su identidad de género. Shane se negó a su petición: “En ese momento tuve dos opciones, hacer el reclamo en la Oficina de Informaciones, Reclamos y Sugerencias (OIRS) y esperar la respuesta, o hacer algo sola y elegí ése camino”.

“Chiques trans me habían dicho cómo se sentía cuando te piden un certificado, no lograba dimensionar cómo era y se siente la peor huevada del mundo, te sientes la peor escoria, algo que de verdad te cala los huesos, te la quieres llorar toda, pero no lo hice porque no se merecen mis lágrimas. Me fumé uno de los cigarros más amargos de mi vida, fue terrible”, dice Shane.

Después de varias polémicas para evitar que le entregaran un diagnóstico con el que no se sintiera cómoda, insistió nuevamente con otro doctor, quien finalmente accedió a escribir en el documento que el tratamiento era para una persona «trans no binario».
«En ése momento me di cuenta de dos cosas, que el ser humano me sorprende cada día y que el computador te dejaba poner lo que tú querías, era simplemente voluntad”, sostiene Shane.

Hoy espera que el 28 de febrero le entreguen la terapia que reducirá paulatinamente la testosterona de su cuerpo para posteriormente hacer un aumento mamario con la aplicación de hormonas en gel.

La activista recomienda a sus pares que no se dejen patologizar: “Exijan su derecho a la autodeterminación y expresión de su propia identidad. Yo no estoy en contra del binario, estoy en contra de que a las personas se les empiece a normar cómo deben ser. También antes de salir de las oficinas leánse el papel que les dan. Si dice disforia de género pidan el cambio porque se puede poner la expresión de género”, sostiene.

Shane reconoce que este primer paso hacia la despatologización es un avance. “La patologización ha sido y es un negocio redondo, hay lógicas de mercado que funcionan a la perfección. Muches profesionales pagan sus cuentas con el dolor y sufrimiento de las personas trans”, concluye.