La educación es un negocio redondo: Laureate sacó ganancias por 200 millones de dólares el último trimestre de 2017

Los ánimos se caldearon en el mundo estudiantil después de la polémica decisión del Tribunal Constitucional de rechazar el artículo de la nueva Ley de Educación Superior que prohibía el lucro en las instituciones educativas. Esta mañana, un grupo de estudiantes fue hasta las oficinas del Grupo Laureate y escribieron directamente a los pies del edificio: «Aquí se lucra con la educación».

Lo que en 2011 era una consigna en la calle, hoy ya es a todas luces una evidencia. Fue el propio Ministerio de Educación el que estimó que el Grupo Laureate infringió la ley chilena que prohíbe que el lucro en las instituciones de educación superior, después de un análisis de dos años a las cuentas de las universidades De Las Américas, Andrés Bello y la de Viña del Mar.

Todas de propiedad de Laureate International, las instituciones suscribieron contratos con otras empresas subsidiarias del mismo grupo y pagaron licencias de propiedad intelectual para enviar fondos.

Esta es solo una de las operaciones que hace Laureate para lucrar con la educación. La propia compañía -cuya matriz está en Baltimore, Estados Unidos- reportó hace unos días que el último trimestre de 2017 obtuvieron ganancias por 200 millones de dólares por sus negocios educacionales en todo el mundo.

La explicación oficial de la empresa al súbito aumento de ganancia -representa cuatro veces más que el mismo período de 2016- fue la reforma tributaria ingresada por Donald Trump en Estados Unidos, la rebajó los impuestos a las grandes empresas.

Laureate Education maneja hoy en día 84 universidades en todo el mundo, repartidas alrededor de los cinco continentes. El negocio se concentra en América Latina, con 31 centros educativos.

En Chile es propietario de la UNAB, UDLA, UVM, el AIEP y la Escuela Moderna de Música. Hoy tiene más de 173 mil estudiantes, una cifra mayor a toda la matrícula de universidades del Estado en el país.

La investigación realizada por el Mineduc encontró graves faltas a la ley, lo que en teoría podría significar el eventual cierre de las instituciones. Sin embargo, las autoridades optaron por notificar al grupo Laureate que ponga fin al tipo de contratos cuestionados. El problema es que la notificación nunca salió del edificio y ahora los informes están en manos del ministerio que encabeza Gerardo Varela.

El informe, liberado por Ciper, da cuenta de las graves infracciones cometidas por Laureate: «Parte considerable de sus ingresos no son reinvertidos en la propia institución para sus fines de docencia, investigación, extensión y vinculación con el medio, sino que tienen como destino el aumento de las ganancias de su controlador Laureate International”.

Con el fallo del TC, se eliminó la norma que prohibía que las universidades tuvieran sostenedores con fines de lucro, algo que golpeaba directamente a la extensa inversión de Laureate en Chile. De hecho, a principios de este año, ejecutivos de la compañía amenazaron con irse del país.

El TC, además, permitió otros artículos originalmente dispuestos en la ley, que permitiría retirar utilidades vía entrega de prestaciones a precios de mercado.