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Cobertura, institucionalidad y calidad: La hoja de ruta para la educación parvularia

Por: María Isabel Díaz | Publicado: 06.04.2018
Cobertura, institucionalidad y calidad: La hoja de ruta para la educación parvularia parvularia |
Se trata de compromisos, consensos, buenos reportes evaluativos de organismos internacionales y e incluso bases legislativas que representan un arco común de propósitos por la calidad y equidad.

La evidencia acumulada respecto al rol de la educación en los primeros años ha logrado acumular razones suficientes para otorgarle a la educación parvularia, especial protagonismo en la agenda pública. En ese camino y en un momento altamente significativo para nuestro sistema educacional, en función a la ruta de reforma impulsada en el país en los distintos ámbitos educativos, el nivel parvulario incorporó un conjunto de medidas estructurales y profundas organizadas en tres ejes centrales: cobertura, institucionalidad y calidad, consignando la mayor inversión pública realizada en su trayectoria histórica. Cada una de estas medidas ha sido además fundamentada en acuerdos y compromisos, expresados en tratados internacionales de amplio consenso a nivel mundial.

Es así como en el transcurso de los últimos cuatro años, se ha logrado avanzar en medidas concretas, entre ellas, una nueva institucionalidad para la primera infancia (Subsecretaría e Intendencia); la construcción de más de 700 nuevas salas cunas y jardines infantiles en todo el país con estándares de primer nivel; la incorporación de nuevos marcos regulatorios para el funcionamiento de los establecimientos educacionales; la activación del plan de certificación obligatoria para todos los establecimientos públicos y privados; la incorporación gradual a la carrera docente de todas las educadoras de párvulos que se desempeñan en el  sistema público; la aprobación de un nuevo curriculum con objetivos de aprendizaje que resguardan la formación integral; la implementación de un plan pro-equidad para equiparar las asimetrías en las condiciones remuneracionales y laborales  para el personal que se desempeña en jardines infantiles públicos, la elaboración de un marco de la buena enseñanza específico para el nivel parvulario recientemente reingresado al Consejo Nacional de Educación para su aprobación y  ajuste normativo, para mejorar gradualmente los estándares de coeficiente técnico a través de un decreto que se encuentra en tramitación en la Contraloría.

En esta dirección, evidentemente es necesario continuar trabajando en la profundización de esta hoja de ruta, donde surgen retos de diseño y de desarrollo asociados a la calidad y equidad en la implementación de las medidas que ya se han ido materializando y de otras que se irán sumando al ambicioso itinerario.

Un área especialmente compleja a modo de ilustrar la problemática que tienen las normativas de regulación para el sistema educativo, es lograr que todos los establecimientos alcancen los estándares básicos de funcionamiento con el propósito de cumplir con la categoría de infraestructura educacional. Para ello, será recomendable de acuerdo a los análisis realizados, estudiar la factibilidad de extender plazos legales, estimando recursos y capacidades de respuesta. Un segundo desafío es avanzar gradualmente en mejorar la dotación de personal como así también la cantidad de niños por aulas. El coeficiente técnico es requisito fundamental al momento de ponderar la calidad en el trabajo pedagógico y por ello, se realizaron estudios de brechas, que derivaron en una nueva normativa factible de implementar y de financiar que habrá que concretar a través de un plan nacional. Un tercer desafío es avanzar en el financiamiento equitativo de la oferta publica de la educación parvularia, sin duda es un ámbito que requiere especial análisis y exigirá la concurrencia de un comité de expertos para estudiar una propuesta de un modelo de financiamiento sostenible para los jardines infantiles de manera de cubrir costos de personal y gastos de funcionamiento. Un cuarto desafío se vincula al fortalecimiento integral de las carreras de pedagogía, que este año dentro de las iniciativas de calidad ya en marcha; es que contarán con estándares de formación inicial. Finalmente un quinto desafío será el plan nacional para la apropiación de las nuevas Bases Curriculares, a través de diversas estrategias que vayan robusteciendo las capacidades de innovación pedagógica al interior de cada establecimiento.

Como se puede apreciar, la hoja de ruta para la educación parvularia cruza más allá de un período de gobierno, son compromisos que cuentan con consensos, compromisos, buenos reportes evaluativos de organismos internacionales y con bases legislativas que representan un arco común de propósitos por la calidad y equidad.

María Isabel Díaz