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Opinión

Inversión en infraestructura sanitaria: Chile no se reinventa cada cuatro años

Por: Dra. Gisela Alarcón | Publicado: 18.04.2018
Es grave lo sucedido en la División de Inversiones y en el Ministerio de Salud respecto de los despidos de profesionales altamente calificados debilitando un área tan crítica como es la de ejecución de obras, perdiendo así la experiencia y competencia adquirida y la trazabilidad de la resolución de problemáticas que afectan el desarrollo de los contratos.

Respecto del artículo aparecido en medios de comunicación sobre “47 proyectos del plan de inversiones del gobierno anterior” con problemas de diversa índole que deberán ser intervenidos, es preciso señalar: los proyectos que componen la cartera de inversiones de infraestructura en salud son más de 700. En base a criterios técnicos como estudio de red, rentabilidad social o brechas existentes, los proyectos son priorizados y por tanto no todas las iniciativas cuentan con financiamiento para ser desarrolladas en un periodo de tiempo acotado. Esto se llama priorización, lo que siempre será necesario en salud y por tanto no es cierto que aquellos que no contaron con asignación presupuestaria en el gobierno anterior hayan quedado abandonados. Ellos quedaron en la cartera de proyectos, ante la posibilidad de un futuro financiamiento en razón de prioridades y gestiones del nuevo Gobierno.

En el artículo también se abultan cifras aludiendo a problemas en obras. En el caso de proyectos que tuvieron termino anticipado de contrato, seis de ellas alcanzaron el 95% de ejecución y tres completaron las obras civiles. Las cifras mencionadas son desproporcionadas, no se ajustan a la realidad. El análisis es desprolijo y alude a situaciones que en toda construcción es posible que ocurran y que están cubiertas desde el punto administrativo y financiero para protección de los recursos del Estado.

Respecto de los problemas de post venta, existen boletas de garantía cuyo cobro resguarda la correcta ejecución de obras. Hablar de riesgo en obras como Hospital de Lanco o Chimbarongo revela solo desconocimiento y desprolijidad confundiendo a la ciudadanía. El intento por perjudicar el éxito del programa de gobierno más ambicioso en infraestructura y equipamiento de la historia de la salud pública chilena adolece de imprecisiones y desprolijidades que sorprenden viniendo de equipos técnicos.

En el artículo hay inconsistencias que pueden parecer menores como obras que no existen o error en la constructora que realizo el proyecto como en Hospital de Chimbarongo, pero que hablan de la seriedad con la que se entrega la información. Toda ejecución de obra trae consigo la posibilidad de generar modificaciones de proyecto, pero esto está regulado por las bases administrativas que rigen los contratos y con ello siempre cumplimos.

También hay que refrescar la memoria en cuanto a que gran parte de los problemas de diseño fueron generados entre el 2010-2014 dentro de los cuales tuvimos situaciones que significaron incorporar recursos adicionales, lo que superó los $51 mil millones. Entre ellas, cabe mencionar proyectos tan emblemáticos como el Hospital Exequiel González Cortes, hoy funcionando y dando atención a miles de niños de la zona sur de Santiago. A esto se suman las 14 obras paralizadas que encontramos y debimos retomar por $92 mil millones más, no considerados en el presupuesto 2014.

Por último, en la relación con empresas constructoras, los “roces” no están definidos como concepto. Lo que sí está regulado es la “Resolución de Controversias” claramente establecida para resolver discrepancias protegiendo los recursos públicos invertidos. En la entrega realizada al sr. ministro de Salud y a todos los jefes de la división de Inversiones (inédito, pues no ocurrió en el 2014) se entregaron 13 obras con término anticipado señalando en dicho informe el camino de resolución para cada una de ellas. No quedaron en estado de abandono. Nuestro gobierno se caracterizó por la transparencia a la ciudadanía en todo orden de cosas, y por ello realizamos una entrega seria y acabada de todos los temas. Nuestro compromiso fue con las personas, con su dignidad y con la salud como un derecho.

Es evidente que en materia de inversión de infraestructura sanitaria existen tremendos desafíos, los cuales requieren de la búsqueda de un nuevo modelo de institucionalidad que permita una continuidad fluida de los proyectos y que no dependan del gobierno de turno, evitando de esta forma las visiones distintas y encontradas respecto de la administración y gestión de estos, con criterios únicos, normativas, estandarización de la información, coordinación intersectorial, entre muchos aspectos, materia que fue iniciada por el gobierno de la presidenta Bachelet.

En este contexto, es grave lo sucedido en la División de Inversiones y en el Ministerio de Salud respecto de los despidos de profesionales altamente calificados debilitando un área tan crítica como es la de ejecución de obras, perdiendo así la experiencia y competencia adquirida y la trazabilidad de la resolución de problemáticas que afectan el desarrollo de los contratos. Respecto de los contratos de Concesión que esta administración quiere poner en marcha bajo el concepto APP (Asociación Público Privada), es relevante que se transparente públicamente cuanto será el costo de estos proyectos hoy y en el futuro, ya que las últimas adjudicaciones realizadas por el Ministerio de Salud en el año 2017 fueron muy exitosas logrando por ejemplo para los proyectos de Diseño y Construcción un valor promedio de 49 UF/m2.  Si este cálculo lo aplicamos en los proyectos de gran envergadura que se han adjudicado desde el año 2014 en adelante (no considerando los proyectos administrados por el MOP) para la construcción o diseño y construcción, el valor promedio es de 56 UF/m2.

El Plan de Inversiones de nuestro gobierno dejó 23 hospitales terminados y otros 35 en construcción o licitación de obras, otros 18 recintos están en plena etapa de diseño o estudio preinversional. En materia de atención primaria quedaron más de 65 nuevos Centros de Salud Familiar (Cesfam) terminados o en operación, mientras otros 40 recintos están en plena construcción de obras y 24 en licitación. Respecto a los Centros Comunitarios de Salud Familiar (Cecosf), 90 están en operación o terminados y otros 10 en construcción o licitación. Respecto de los Servicios de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolutividad (SAR), nuevos dispositivos que permiten, entre otras cosas, descongestionar las urgencias de los grandes hospitales, quedaron 49 SAR terminados o en funcionamiento, y 50 en construcción o licitación de obras. En resumen, más de 400 proyectos en distintas fases de licitación, ejecución, termino u operación.

Estas cifras son indesmentibles pues son obras concretas a la vista y uso de la ciudadanía, que hoy presencia un cambio en la cara y corazón de la salud publica chilena, esfuerzo inédito en nuestro país.  No podemos permitir un intento de desacreditar dicho Plan de Inversiones. En infraestructura sanitaria hay grandes desafíos para el futuro desde su planificación hasta su diseño y la operación de las nuevas obras. Lo que el país espera y merece es la continuidad de políticas públicas en Salud, incluyendo su infraestructura, como políticas de Estado, sin descrédito de lo realizado ni intentando reinventar Chile cada 4 años. Eso no hace bien al país ni a la salud de sus habitantes.

Dra. Gisela Alarcón