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Opinión

Por una nueva educación pública, democrática y feminista

Por: Daniela López | Publicado: 23.05.2018
Por una nueva educación pública, democrática y feminista mujeres | Foto: Agencia Uno
La educación feminista implica una redistribución del poder y de la riqueza en el sistema educativo y por tanto en la sociedad. Necesitamos, desde todas y todos los actores sociales de la educación un nuevo pacto social por una nueva educación pública, democrática y feminista. En este contexto, esperamos que el gobierno esté a la altura de estos desafíos y que las medidas que el presidente Sebastián Piñera anunciará hoy recojan estos puntos.
Las movilizaciones estudiantiles han situado la lucha feminista al centro de la construcción de una nueva educación pública. A partir de la rebelión a los acosos y abusos que expresan la dimensión más violenta de las desigualdades de género, se ha abierto la posibilidad de avanzar hacia una educación no sexista.

Cualquier propuesta que pretenda hacerse cargo de la profundidad del conflicto debe recoger las demandas de las estudiantes, profesoras y trabajadoras movilizadas para avanzar con perspectiva feminista hacia una transformación de la educación desde la raíz.

En la educación superior, esto requiere impulsar reformas para todas las instituciones, tanto públicas como privadas, realizando los cambios jurídicos o estatutarios que garanticen:

1. Perspectiva teórica feminista que cuestione de manera general el concepto de educación y de universidad, desde las disciplinas de estudios hasta las jerarquías institucionales.

2. Democratización de las instituciones educativas con trabajo triestamental para llevar adelante la transformación de las universidades desde una perspectiva feminista.

3. Educación sexual integral en todas las instituciones para educar en el ejercicio informado e igualitario de los derechos sexuales y reproductivos.

4. Igualdad sustantiva en la contratación de académicas/os y funcionarias/os y en el gobierno institucional, lo que requiere, entre otras medidas, procedimientos de paridad e igualdad salarial.

5. Protocolos eficaces contra el acoso y violencia sexual, que regulen de manera efectiva las relaciones de la comunidad universitaria.

Estas transformaciones requieren la ampliación de la educación pública como un derecho social, garantizando financiamiento basal y directo a las universidades públicas, que permita materializar un proyecto educativo transformador, democrático y no sexista; y el fin efectivo al lucro en todo el sistema educativo. Por el contrario, mientras la educación se siga rigiendo por las lógicas del mercado, continuará la reproducción de los roles de género, donde las carreras feminizadas asociadas a las labores de cuidado, servicios y crianza son las más precarizadas, mientras las carreras típicamente masculinas asociadas al poder, son las más valoradas socialmente, las más exitosas en el mercado y las que cuentan con mayores recursos.

La educación feminista implica una redistribución del poder y de la riqueza en el sistema educativo y por tanto en la sociedad. Necesitamos, desde todas y todos los actores sociales de la educación un nuevo pacto social por una nueva educación pública, democrática y feminista. En este contexto, esperamos que el gobierno esté a la altura de estos desafíos y que las medidas que el presidente Sebastián Piñera anunciará hoy recojan estos puntos.

Daniela López