jose tralcal coche |
Histórico dirigente del Lof Lleupeco, José Tralcal se ha relacionado con autoridades políticas como los hoy senadores José García y Felipe Kast. Arriesga pasar el resto de su vida en la cárcel.
«Nadie puede ser condenado con falso relato firmado bajo tortura», es el nombre de la campaña con que se ha promovido la inocencia de los tres condenados por el caso Luschisnger Mackay, quienes arriesgan pasar el resto de sus vidas en prisión.
La frase hace referencia al cuestionado testimonio del condenado José Peralino Huinca, quien fue el delator compensado en el caso gracias a dos supuestas testimonios que dio ante oficiales de la PDI y fiscales, de los que no existe registro. El único testimonio de Peralino del que hay registro es el que dio el día que fue detenido ante un juez de Garantía, en el que denunció haber sido torturado y forzado a dar falso testimonio para inculparse a él y a las 10 personas que fueron sometidos a juicio.
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Tras dos juicios orales, el Tribunal Oral en lo Penal de Temuco decidió condenar a Peralino, Luis Tralcal y José Tralcal Coche, un histórico dirigente mapuche del Lof Lleupeco.
En un video difundido por Cidsur, Tralcal da cuenta de cómo, siendo dirigente, se ha relacionado con políticos de todos los partidos, como los hoy senadores José García Ruminot. «Él era un alcalde joven y yo vi siempre en él una buena acogida, porque me dio recomendaciones, me dijo que podía ser un buen dirigente y que me podía ayudar en formarme en eso», aseguró.
También conoció a Felipe Kast cuando era ministro. «Siempre he tenido respeto con las autoridades, he sido un dirigente abierto, tenaz y directo, no ando con cuestiones ni ocultando cosas. Hablé muchas veces con él (Kast), nos sentamos juntos, me tenía en consideración por mi forma de ser», relató.
José Tralcal también contó el proceso de construcción del «canal de lujo» que tienen en el Lof Lleupeco, que les permite regar plantaciones siempre en respeto a la cosmovisión mapuche. Y también relató que la persecusión judicial en su contra viene desde hace años. Una vez, en 2001, Carabineros bajó de un helicóptero para detenerlo.
«Me fue a ver el fiscal Chiffelle a la cárcel y me dice que si quiero estar tranquilo tengo que renunciar a ser dirigente mapuche, sino voy a tener problemas. Yo no quise renunciar por mis principios y valores que yo tengo, no puedo dejar botadas a las familias mapuche que son vulnerable, dice tajante.
