Avisos Legales
Nacional

¿Burundanga? Ola de denuncias abre interrogantes sobre nuevas drogas de contacto

Por: Paula Aguilera | Publicado: 19.06.2018
¿Burundanga? Ola de denuncias abre interrogantes sobre nuevas drogas de contacto metro | / Agencia Uno
Durante las últimas semanas, en redes sociales ha habido un aumento explosivo de denuncias de mujeres que aseguran haber sufrido síntomas como mareos, nauseas, e incluso pérdida del conocimiento luego de estar en contacto con sustancias que no pueden identificar. Si bien se han atribuido dichos efectos a la burundanga, expertos aseguran que en estos casos la vía de administración no calza y piden un pronunciamiento y mayor protección de las autoridades.

Eran las 18:20 del viernes pasado cuando la tarde de Alyn tuvo un giro abrupto e inesperado: andaba en bicicleta, en la esquina entre Vicuña Mackenna y Santa Isabel, y cuando pasó al lado de un hombre y una mujer –que se reían con la boca tapada con sus chaquetas–, ella le dio una palmada en la cabeza. Alyn también se rió, pensó que la habían confundido con alguien más y quiso seguir adelante. Pero no pudo, y en menos de un minuto, su cuerpo se desplomó.

Empezó a perder la conciencia, su vista se nubló, no se podía su propio peso, sentía taquicardia y apenas le salía la voz. Como pudo, gritó: «¡Ayuda, por favor! ¡Ellos me drogaron!». Nadie hizo nada. Un grupo de hombres en moto llegó a sumarse a los dos que había visto antes. En estado de alerta, se afirmó en su bicicleta, se arrastró hasta un negocio cercano, y ahí pudo llamar por teléfono a su pareja, quien llegó al rato para acompañarla.

Relatos como el de Alyn han proliferado en redes sociales durante el último tiempo: mujeres que, en la calle o en el metro, fueron abordadas por alguna persona y, tras el contacto, sienten una especie de polvo o líquido aceitoso en el pelo o en la cara. Las denuncias tienen finales similares: síntomas como mareos, temblor en el cuerpo, picor y resequedad en la garganta, e incapacidad para hablar.

«Llamé a los carabineros, pero se demoraron una hora en llegar, ni siquiera me tomaron la presión, y me dijeron que era una crisis de pánico. Lo mismo los paramédicos de la ambulancia, que llegaron después de dos horas y dijeron que no tenía taquicardia –insisto, después de dos horas–, que nadie me podía drogar por contacto, que eso no existía ni era instantáneo. Me sentí con las puertas cerradas y sin tener a quién acudir», cuenta Alyn.

El fin de semana, el alcalde de Las Condes, Joaquín Lavín (UDI), alertó a la población sobre una denuncia similar que terminó en un robo y violación de una joven. También nombró la extraña sustancia: Burundanga.

¿Drogas de contacto?

Desde hace años que este tipo de denuncias a se relaciona con la burundanga –nombre con que popularmente se denomina a la escopolamina, componente derivado del floripondio, y que suele estar mezclado con antidepresivos y narcóticos–, droga que se ingiere por vía oral y demora cerca de una hora en hacer efecto. Su nombre salió a la luz en medio de los relatos de mujeres que fueron abusadas o violadas luego de que sujetos les agregaran este polvo a sus vasos de alcohol sin que lo notaran.

La burundanga es conocida debido a su capacidad de anular la voluntad: bloquea varias funciones del sistema nervioso parasimpático, y además, genera otros síntomas como dilatación de las pupilas, sequedad en la boca, visión borrosa y contracción de vasos sanguíneos. Sin embargo, es su forma de administración es precisamente lo que hace que expertos duden que esta ola de casos estén relacionados con ella. La gran interrogante ahora es cuál es la causa.

«No hay información clara para poder precisar la naturaleza de algún tipo droga que cumpla con esos síntomas, ya que no hay estudios toxicológicos que las puedan evidenciar. Nosotros hemos recibido casos, pero no se ha podido determinar alguna sustancia que se comporte de esa forma y se absorba por la piel o inhalación», explica Lorena Silva, coordinadora del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica (CITUC).

«Para lograr estos efectos, que hablan de intoxicación, como lo son la somnolencia y amnesia total o parcial, tendrían que ser dosis muy altas de burundanga. Para esos síntomas que se describen, necesitarías entre 60 y 80 miligramos y no hay forma de que eso se absorba tan rápido por la piel. Actualmente venden parches de escopolamina para ciertos tratamientos médicos –para el parkinson, por ejemplo– que van liberando progresivamente 330 miligramos en tres días. Entonces, por contacto, al menos, sería imposible», agrega Rodrigo Goycolea, experto en drogodependencias de la Universidad Central.

Ambos especialistas coinciden en que existen otras sustancias y psicotrópicos que pueden generar efectos como los descritos, pero que también su vía de administración es oral. «Para los síntomas descritos hay al menos hay algo que no sabemos o no estamos viendo, y en Chile durante los últimos han entrado drogas sintéticas de las que no tenemos información disponible», señala Silva.

Por eso, ante esta serie de denuncias aseguran que lo fundamental es estar alerta, pedir ayuda para seguir un tratamiento clínico, y una vez que se hayan controlado los síntomas, realizar los exámenes correspondientes y denunciar. «Los efectos duran de una a dos horas, y el tiempo de vida de estas drogas es breve, pero para los síntomas descritos las dosis debieran ser altas, por lo que la evidencia fundamental para certificar estos casos es hacerse un examen de sangre en las próximas 48 horas», recalca Goycolea.

Portazo de las instituciones

Un nuevo problema aparece cuando las víctimas quieren acudir a las instituciones, como cuenta Alyn, quien –tras la negativa de Carabineros y los técnicos de la ambulancia– acudió por su cuenta a la Posta Central. «Allá también insistieron en que era una crisis de pánico, me encontré con una médico que ni siquiera escuchó mi relato, me interrumpía, y sólo me dio la orden para un examen neurológico –que por lo demás es carísimo y no puedo pagar–, así que no pude dejar constancia en ninguna parte de lo que me pasó«.

Esto último resulta especialmente problemático debido a que, sin denuncias, es menor aún la probabilidad de que las instituciones respondan de forma efectiva. El Desconcierto intentó contactarse con el Instituto de Salud Pública (ISP) y Policía de Investigaciones (PDI) para conocer sus posturas frente al tema, pero hasta la publicación de este texto no recibió ninguna respuesta.

La última vez que el ISP decretó alerta por el uso de burundanga para fines delictivos fue en 2011, y la epidemióloga de la Universidad de Chile y fundadora de Etilmercurio, María Paz Bertoglia, considera que esta nueva ola de denuncias amerita una acción similar. «Nos hace falta una declaración oficial del organismo competente. Ellos tienen departamentos que estudian esto, y necesitamos que se pronuncien, para dar tranquilidad y claridad a la ciudadanía, que nos cuenten cuál es la información que manejan y qué conductas de riesgo hay que evitar», aseguró la académica.

En la misma línea, Alyn reflexiona ante la falta de acción de las autoridades a las que acudió y la importancia de crear redes de apoyo. «Quedó más que claro que da igual a qué institución vayamos porque nadie va hacer algo más que nosotras mismas. Yo estoy bien y más tranquila, pero tenemos que estar preparadas porque estas cosas están pasando todos los días, y lo único que queda es cuidarnos entre nosotras».

Déjanos tus comentarios
La sección de comentarios está abierta a la reflexión y el intercambio de opiniones las cuales no representan precisamente la línea editorial del diario ElDesconcierto.cl.