Una esvástica en la cancha: El historial fascista de la hinchada de Croacia

Los vínculos entre la política y el fútbol son evidentes. A pesar de los intentos de la FIFA por blanquear el deporte y que éste no se asocie a ninguna consigna política, los conflictos de los países también se expresan en la cancha.

Este es el caso de Croacia. La selección que está en semifinales del Mundial de Rusia, tras vencer al dueño de casa, se ha visto envuelta en la polémica después de que se difundiera un video donde se ve al defensa Domagoj Vida celebrando la victoria de su equipo y gritando «¡Viva Ucrania!«.

La imagenes, que fueron subidas a Facebook por un periodista de Ucrania, causaron gran revuelo en Rusia debido a que la consigna que mencionó Vida es utilizada por grupos nacionalistas antirrusos que se oponen a la anexión de la península de Crimea.

Tras esto, la federación de Croacia emitió un comunicado aclarando la situación y señalaron que lamentaban los «representantes de los medios de comunicación interpretaran nuestro mensaje de esa forma. No fue un mensaje político”.

Sin embargo, esta no ha sido la única vez en la que la selección de Croacia se ha visto envuelta en polémicas por problemas políticos debido a que después del partido donde vencieron a Argentina por 3-0 varios jugadores como  Vrsaljko del Atlético de Madrid entonaron la canción de la banda Thompso «Bojna Cavoglave”, que hace referencia del régimen fascista croata de la Ustacha durante la Segunda Guerra Mundial.

Luego del histórico triunfo de Croacia por 3 a 0 sobre Argentina en este Mundial de Rusia, Lovren, central de la selección, subió un video junto a Vrsaljko, cantando "Bojna Cavoglave"… https://t.co/s6GAnGginP

— Santiago Castro (@santicahe) July 9, 2018

La pelota sí se mancha

El 12 de junio de 2015, un símbolo dibujado en la cancha del estadio Hajduk de la ciudad de Split llamó la atención a los asistentes del encuentro entre el local Croacia e Italia por las clasificatorias a la Eurocopa 2016 de Francia.

A pesar de que la figura se confundía con el pasto se podía notar claramente que era una esvástica. El hecho generó polémica debido a la alusión directa al fascismo y la FIFA multó con 100.000 euros a la federación y la selección se le prohibió volver a jugar en Split.

No obstante, esta no es la única expresión de fascismo por parte de la hinchada croata, ya que ésta ha sido multada en reiteradas ocasiones por cantos racistas, disturbios en las gradas e invasiones a la cancha.

De hecho, en un partido en marzo de 2016 frente a la selección de noruega, los hinchas cantaron consignas ustacha lo cual significó una multa de 55.000 euros.

Estos hechos no han tenido una condena pública por parte de las autoridades del país. De hecho, la presidenta croata Kolinda Grabar-Kitarovic, quien fue al camarín a celebrar con los jugadores tras el triunfo ante Rusia, solo se remite a hablar de los resultados de los partidos y no del comportamiento de la hinchada.

https://youtu.be/VFk_M5EESgQ

Este nacionalismo, en medio del auge de la extrema derecha xenófoba, ultracatólica y revisionista,  ha ido tan lejos que incluso la hinchada ha llegado a perjudicar a su propio combinado nacional por considerar que la federación croata es corrupta.

Todo esto porque Zdravko Mamic, ex presidente del Dinamo de Zagreb y vicepresidente de la federación, se ha visto envuelto en casos de corrupción e incluso llegó a ser detenido el pasado 14 de junio por haber sido declarado culpable por las pérdidas que tuvo el equipo de 15 millones de euros y de haber evadido 1,5 millones en impuestos.

Parte del dinero que «desapareció» corresponde a ventas como la de Luka Modric que fue traspasado del Dinamo al Tottenham en 2008 o Mateo Kovacic al Inter de Milan en 2013. Además de esto Mamic mantiene vínculos con el partido conservador y nacionalista, HDZ.

Sus problemas de corrupción han hecho que los aficionados más radicales no perciban como propia a la selección croata, sino que ven en ella a un puñado de jugadores que sirven a los intereses monetarios de la federación que está manejada por Mamic, quien controlaría al presidente Davor Suker.

La hinchada incluso ha llegado a sabotear partidos de la selección. En la Eurocopa 2016, los aficionados arrojaron bengalas a la cancha en el partido que iba ganando Croacia por 2-1 a República Checa, lo cual generó una pausa que perjudicó a los jugadores que terminaron empatando con los Checos.

Eurocopa 2016/ Reuters