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Opinión

A propósito del caso Mauricio Rojas: La conversión es más de derecha, la coherencia de izquierda

Por: Stéphanie Alenda y Mauro Basaure | Publicado: 14.08.2018
Lo interesante de la puesta en escena radica en el valor agregado que parece adquirir el “relato de converso” en la derecha chilena, el cual opera como una suerte de “biografía ejemplar”. Lo que muestra es que provenir de la izquierda entrega, en el mundo de la derecha, credenciales y capital político, puntos en la carrera. La dimensión correctiva de la conversión aparece de hecho como un patrón de reclutamiento presente en otras biografías de los dirigentes de Chile Vamos.

El caso del exministro Rojas invita al menos a dos tipos de análisis: uno referido al individuo y otro, más interesante, que involucra al colectivo. Este último análisis nos conduce a descubrir una interesante diferencia entre la izquierda y la derecha. Veamos.

Toda la polémica se ha centrado en el primer tipo de análisis; es decir, en lo relativo a la falta de idoneidad del individuo Rojas para —dadas sus convicciones y el repentino cambio de ellas— permanecer a la cabeza del ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio. Sus palabras sobre el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, simplemente inaceptables, hicieron desde un principio inviable su cartera.

Pero vayamos más allá de eso. Uno innova si se refiere al segundo nivel de análisis (el referido al colectivo) y se hace una pregunta que no se ha planteado hasta ahora: ¿En qué sentido la zigzagueante trayectoria del Exministro Rojas es reveladora de un tipo particular de carrera política que caracteriza en particular a la derecha?

Los relatos de vida suelen estar hechos de reconstrucciones y puestas en coherencia de episodios a menudo distorsionados, magnificados o al revés silenciados. El “relato de converso” de Rojas no constituye una excepción a la regla. Parece, sí, que de esos componentes subjetivos su biografía narrada tiene más que lo usual. Lo interesante, sin embargo, es aquí otra cosa; a saber, que esa biografía política es celebrada en la derecha, pues de otro modo no publicaría un libro sobre la conversión desde la izquierda a la derecha (Ampuero y Rojas, 2015).

Lo interesante de la puesta en escena de esta trayectoria radica en el valor agregado que parece adquirir el “relato de converso” en la derecha chilena, el cual opera como una suerte de “biografía ejemplar”. Lo que muestra es que provenir de la izquierda entrega, en el mundo de la derecha, credenciales y capital político, puntos en la carrera. La dimensión correctiva de la conversión aparece de hecho como un patrón de reclutamiento presente en otras biografías de los dirigentes de Chile Vamos (por ejemplo, la del ministro del Interior, Andrés Chadwick), que fueron también atraídos por la izquierda de fines de los años 60.

Está claro: con mayor razón en tiempos en que se busca la renovación, la derecha valora y premia la conversión. Por eso Rojas, Ampuero y otros, pueden perfilarse del modo que lo hacen. En sociología se habla de estrategias inconscientes de posicionamiento dentro de un campo.

La palabra “converso” no puede ser más decidora. Con ella, la derecha se presenta en comunión lingüística con el cristianismo. El propio Rojas relata en Diálogo de Conversos (2015) provenir de una familia muy religiosa y de derecha, como diciendo que finalmente esa comunión ideológica paterna triunfó por sobre su pasado izquierdista, asociado a la madre. La izquierda, por su parte, siguiendo con la metáfora, queda del lado de la herejía.

El paralelo con la Iglesia, sobre todo la Evangélica, es pertinente, pues en ella se valora más el testimonio de quien fuera pecador y vio la luz que al que siempre fue un buen cristiano. El primero, a diferencia del segundo, le refuerza a la comunidad de creyentes que hay un camino de salvación, incluso para los más herejes y pecadores.

Si se quiere engrosar la lista de diferencias entre la izquierda y la derecha, encontramos otra, no identificada hasta ahora: la militancia de izquierda, cuyo referente sin parangón es el militante comunista, valora la coherencia entendida como adhesión de toda una vida a una lucha por principios inclaudicables. Este compromiso político a toda prueba histórica deja poco espacio a las experiencias de conversión desde la derecha a la izquierda. Una tal conversión, dicho de otro modo, difícilmente puede movilizarse como un activo en la trayectoria política. En este sentido, un libro de conversos en el mundo de izquierda es relativamente impensable, aunque no imposible.

¡Nuevamente dos mundos y culturas distintas!

Stéphanie Alenda y Mauro Basaure