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Indiferencia del Nido de Águilas y de sus compañeros: Revelan detalles de los últimos días de Katy Winter

Por: El Desconcierto | Publicado: 08.11.2018
Indiferencia del Nido de Águilas y de sus compañeros: Revelan detalles de los últimos días de Katy Winter capturadepantalla20180528alas191755-ed4673f584b63a9f2f6efc44ae99177b-1200×600 |
Luego de la muerte de la joven, desde la familia cuentan que el colegio solo les devolvió el dinero de la matrícula y les entregó el informe de la investigación interna, que en ningún momento reconoce sus falencias, e incluso señala que la joven habría tenido «elementos depresivos» previos y culpa a la serie «13 Reasons Why».

Una serie de detalles sobre el ciber acoso que sufrió Katherine Winter –la joven de 16 años que se suicidó el 22 de mayo pasado en un Starbucks de Providencia– en sus últimos meses, y especialmente en los días previos a su muerte, fueron los que se revelaron este jueves a través de un reportaje de The Clinic, que recopiló los testimonios de sus amigos y personas más cercanas.

El bullying y acoso

La publicación señala que una de las señales más evidentes salió a la luz veinte días antes, cuando para la clase de Literatura Inglesa del colegio Nido de Águilas, del que era alumna regular, redactó un cuento sobre una adolescente atormentada por su ex pareja, y que decidía quitarse la vida.

Ella enfrentaba una situación similar, luego de que en noviembre del año pasado intentara terminar una relación tóxica, y había recibido amenazas de que sus packs serían subidos a Instagram. Packs es el término en clave que ocupan los adolescentes para intercambiarse fotos con poca ropa, y no ser detectados por adultos.

Katherine lo habló con sus padres y le pidió ayuda a la psicóloga del colegio para terminar esa relación, pero su cambio en los últimos seis meses, cuentan sus amigos, fue dramático: empezó a cortarse los brazos, y en el último verano, según cuenta un amigo cuya identidad fue protegida, ya había pensado seriamente en suicidarse.

La publicación además incluye el relato de F., un joven israelita de 17 años que Katherine conoció en un crucero, y con quien conversaba todos los días por chat o por videollamadas.

«Ella me decía que algunas personas se reían de ella. Que la llamaban puta o perra, a sus espaldas y a veces cuando estaba cerca. Me decía que siempre estaban expandiendo esos rumores sobre ella. Creo que ella escondió mucho de su depresión adentro, hasta que estalló», relató.

“En el Nido el bullying es sustancialmente hacia las mujeres. Tiene que ver con la palabra slutshaming, que es cuando a las mujeres las tratan de putas, por internet. Son generaciones chicas, donde, por más que no parezca, una página web puede formarte una reputación que no es la tuya, y la gente te trata mal en base a ello. Yo muchas veces quedaba destruida porque siempre había rumores de que me había acostado con tal persona”, contó M., una reciente ex alumna que también fue agredida.

«Millard Forso» y el incidente en «Mokaii Club»

Katherine componía canciones country bajo el nombre de «Katy Summer», y soñaba con ir a grabar un disco a Nashville. Su plan era mudarse a Estados Unidos, estudiar diseño de vestuario y, si todo salía como pretendía, llegar a ser una estrella como Taylor Swift. Su paso por el colegio Nido de Águilas, al que llegó en quinto básico, tuvo que ver con ese plan: en él aprendería inglés y se prepararía para su carrera en la música.

Sin embargo, en el colegio se encontró con un hostil ambiente entre los estudiantes. Un ejemplo de ello es el grupo secreto de Facebook «Milard Forso», que manejaban los alumnos  seniors —como se les llama a los de cuarto medio—para que ningún padre o directivo pudiera detectarlo y donde se posteaban, entre otras cosas, mensajes de alumnos jactándose de sus conquistas, comentarios sobre los cuerpos de las freshies —alumnas de primero medio—, o situaciones de carácter sexual que habían ocurrido en las fiestas durante el fin de semana.

Fue ahí donde Katy leyó los últimos mensajes que habrían gatillado su suicidio.

El sábado 19 de mayo, ella estaba muy entusiasmada: esa noche habría un cumpleaños de dos alumnas seniors en Mokaii Club, una discoteca en la Plaza San Enrique. De acuerdo a distintos testimonios, luego de consumir vodka con Sprite, se puso a bailar con un alumno senior con el que, meses antes, había salido durante un tiempo, pero que había dejado luego de que en el colegio corrieran chismes sexuales sobre ellos.

Si bien existen distintas versiones, la mayoría dice que solo se besaron, y que Katherine no sabía que él estaba saliendo con otra alumna del colegio. Pero todos coinciden en que la hermana mayor de esa alumna les pegó una cachetada a ambos, en el medio de la pista. Y a partir de ese momento, empezaron a crecer los rumores.

Un estudiante cuenta que ella le escribió al día siguiente para contarle que estaba muy deprimida por lo que había pasado. «Me decía que no tenía idea, que el tipo le había dicho que había terminado. Yo le dije que le pidiera disculpas a la otra chica. Al final le escribió».

“Hola, te quería hablar sobre lo que pasó anoche. Tengo mucha pena y te pido perdón porque no sabía que estabas con XX y menos que tenías una relación. En verdad, me siento muy mal”, le escribió.

Pese a ello, durante la noche del domingo comenzaron a publicarse una serie de confesiones en «Millard Forso». Los alumnos relataron que en un comienzo eran suaves pero con las horas se fueron volviendo cada vez más agresivas. «Cuando aparecieron, Katy me dijo que se lo veía venir. Me dio pena eso… Recuerdo que uno decía: ‘La Katy se pasa pa mentirosa, diciendo cosas que no son. Es una puta'», contó uno de ellos.

Los únicos que recibieron una señal clara de auxilio fueron sus amigos extranjeros, entre ellos F., quien recibió un mensaje cerca de las 3 de la mañana del martes 22, su último día, pero no lo vio hasta cinco horas después. El mensaje decía: “Necesito ayuda, realmente estoy luchando…”.

Cuatro días después, el martes 22, Katy decidió quitarse la vida. Sin embargo, dejó una carta de despedida. “Decía: tengo que hacer esto porque me aburrí de ser siempre la culpable por cosas que no he hecho. Y también decía: ‘¿Qué pasó? Vean la página Millard Forso’. Entonces vi que dejó abierta en su computador la página de Facebook…”, contó su padrastro.

Críticas al Nido de Águilas

El día de su muerte, Katherine fue registrada por las cámaras de seguridad del Nido de Águilas a las 7.19, que además la muestran en uno de los estacionamientos, donde permaneció escondida y a las 7.26 ingresó un auto tipo Uber que se la llevó, por última vez, del colegio.

Sin embargo, de acuerdo al relato de su madre Evanyely, cinco horas después, recién a las 12.30 la llamaron para decirle que no había ingresado a clases. En cambio, a las 11 de la mañana, dice, la llamó una funcionaria a su celular para recordarle que todavía no había renovado la matrícula. Desde el colegio justificaron ese desfase en que los padres de la joven no habían definido con qué frecuencia querían recibir reportes de la asistencia de su hija en el sistema informático para apoderados.

La familia dice sentirse abandonados por el colegio: la última interacción formal que tuvieron con el Nido de Águilas fue cuando recibieron, a través de su Business Manager, las conclusiones que arrojó la investigación interna de la institución.

«Sentimos frustración por el nivel de defensa corporativa, que podría entender de un banco, pero no de un servicio que trata con personas. Katy en su carta de despedida dice ‘el colegio ahora es un lugar que me aterroriza’. Lo dice literalmente. La PDI nos dijo que (el abogado) Ciro Colombara está defendiendo al colegio y nosotros dijimos: ¿por qué a ese nivel? Después de que se fue Katy nos cortaron todo tipo de comunicación, sin avisarnos. El único email que recibimos de ellos era uno que decía que nos iban a devolver la matrícula y el mes pagado. Después de eso, ninguna otra persona del colegio nos ha vuelto a contactar. Gente que considerábamos cercana, incluso un profesor de Katy, no nos responden los whatsapps», relató su padrastro.

El informe de la investigación interna realizada por el colegio señala diez conclusiones. Entre ellas, señalan que Katherine sólo llegó a ingresar esa mañana a los estacionamientos del colegio; que sus padres no habían configurado el sistema informático Power School para recibir alertas sobre inasistencias; que ni Katherine ni sus padres denunciaron situaciones de bullying o ciberbullying en todos sus años en el Nido de Águilas; que la definición de bullying según la LGE implica agresión o hostigamiento reiterado, cosa que no habría sucedido durante el paso de Katherine por el establecimiento; y que no se pudo identificar la identidad de los alumnos que escribieron los mensajes contra Katherine ni de quienes administraban Millard Forso.

El informe además señala que en la carta que dejó Katherine, a la cual tuvieron acceso por sus padres, “se observan elementos depresivos que parecen tener ya un tiempo”, entre otros “factores de riesgo” que no habrían sido detectados, como el término de una relación sentimental con dinámicas tóxicas y “la posible influencia de la serie 13 Reasons Why” en la trágica decisión que tomó el 22 de mayo.

LA publicación también señala que el martes 10 de julio, tanto el Business Manager como la Directora del Plan Nacional del Nido de Águilas dieron una entrevista de dos horas para el reportaje. Sin embargo, una vez realizada, el colegio decidió llevar adelante una serie de diligencias destinadas a evitar su publicación, como insinuaciones telefónicas sobre la existencia de un supuesto desorden alimenticio en el historial de Katherine y contactar a algunos apoderados que fueron entrevistados para pedirles que reflexionaran sobre “la conveniencia” de que sus hijos hablaran en este reportaje. Por último, informó al autor que no podría usar el contenido de la entrevista que ya se había realizado.

Finalmente, dos semanas después de la muerte de Katy, el sábado 9 de junio, los alumnos del Nido de Águilas festejaron Grad, la fiesta privada que hacen los estudiantes seniors luego de graduarse y, se supone, la más esperada del año. El evento se realizó en Terraza del Arrayán, un local en la Plaza San Enrique, contó con bar abierto y a todos se les recomendó llegar con ID de 18 años, para poder tomar sin problemas. El colegio les envió un mail de advertencia a todos los apoderados, pero la fiesta se hizo igual. Katy ya tenía su entrada comprada.

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