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Tras diversos maltratos: Conscripta de 17 años que denunció violación en el Ejército fue llevada a la justicia por deserción

Por: El Desconcierto | Publicado: 30.11.2018
Tras diversos maltratos: Conscripta de 17 años que denunció violación en el Ejército fue llevada a la justicia por deserción A_UNO_990244_a74b2 |
Tras ser violada por un cabo durante una salida de franco, una conscripta de 17 años denunció la situación a sus superiores y comenzó un calvario aún peor: maltratos físicos, hostigamientos, desaparición de sus exámenes y amenazas. Desesperada, la joven abandonó la institución y ahora es acusada de deserción ante la justicia militar.

Desde julio pasado, la Fiscalía investiga el caso de una conscripta de 17 años años que denunció haber sido violada por un cabo durante una salida de franco. En este contexto, la familia de la joven acusa al Ejército de haberla notificado de un proceso en su contra en la justicia militar.

En abril de este año, M.F.G, oriunda de Puente Alto, se incorporó como voluntaria al Servicio Militar Obligatorio e ingresó regimiento de Antofagasta. Sin embargo, su paso por la institución terminó de la peor manera: tras denunciar violación, el Ejército inició una causa para acusarla de deserción.

No solo eso: tanto la joven como su familia han asegurado que denunciar tuvo un alto costo: maltrato físico y verbal, la desaparición de las indagatorias clínicas que se le practicaron en el Hospital Militar del Norte y nunca fue apartada de su agresor. Por ello, el 18 de agosto, tras su salida de franco, M.F.G decidió no volver más.

Ana Matilde Gutiérrez, su madre, aseguró que su hija se encontraba con crisis de pánico y diversos problemas psicológicos tras lo ocurrido, por eso aseguró que la familia la instó a volver a su hogar.

La agresión ocurrió el sábado 16 de junio, cuando aún faltaban dos meses para que la joven cumpliera 18 años. Salió de franco con un grupo de amigas y se encontraron en la calle con el cabo segundo R.G (28), quien se ofreció a llevarlas en su auto. Luego, la acompañante de M.F.G se apartó para ir al centro de la ciudad y el cabo le pide que la acompañe a comprar unas empanadas.

En el trayecto, R.G se salió de la ruta para llegar a una zona apartada de la playa Juan López. Pese a que le pidió varias veces que regresaran, el sujeto la atacó sexualmente. Tras ser agredida, el cabo le exigió que borrara los mensajes de Whatsapp que le había enviado a ella en los días previos y la dejó en el centro de la ciudad.

Dos días después, la joven denunció lo ocurrido al mayor Diego García, quien le habría preguntado que cómo podría comprobar que no había sido una relación consentida y por dinero. Nadie le envió a un doctor: el mayor le recomendó hacerse un test de embarazo. La joven volvió al Hospital Militar el 4 de julio, donde se constataron lesiones e inflamación: los exámenes desaparecieron más tarde.

Según informó La Tercera, la joven asegura que recibió diversos hostigamientos en el regimiento tras su denuncia. De hecho, una cabo segunda la castigó obligándola a transitar desnuda en punta y codo desde la litera a los baños, por un supuesto retraso en sus deberes. También fue agredida por la pareja del agresor, quien la abordó en una ceremonia a la que había ido junto a su mamá.

Pese a que en la institución le aseguraron a su familia que velarían por su integridad y la apartarían de su agresor, eso jamás ocurrió. Así fue como el 18 de agosto sacó pasajes a Santiago para no regresar. Días después, a través de un carta firmada por el mayor Diego García, se les notifica que la institución inició un proceso contra M.F.G. 

«Mediante la presente, tengo el agrado de saludarle y a la vez lamentamos que el motivo de esta carta sea para informarle que vuestra hija M.F.G, que se encuentra cumpliendo su Servicio Militar en esta Brigada Acorazada, la cual no se recogió a la unidad después de su permiso franco del día 18 de agosto de 2018, extendiendo su permiso al 26 de agosto de 2018», señala la carta.

Por ello, señalaron que «se dará cumplimiento a lo establecido en el Código de Justicia Militar al confirmarse el delito de deserción cometido y procederemos a enviar a los tribunales competentes los antecedentes reglamentarios con el propósito de dar inicio a su baja de la institución por la causal de incumplimiento de deberes militares, con nota de conducta mala y sin valer militar».

Ana, su madre, reconoce que «mi hija está súper mal con todo esto. La vida de uniformado era algo que a ella le encantaba, anhelaba del ser del Ejército. Le quitaron eso y ahora está mal, en tratamiento, con miedo». 

La joven se encuentra hoy con tratamiento psicológico y hace poco terminó la enseñanza media en el Colegio San Cayetano de Puente Alto. Ya descartó la carrera militar y hoy solo esperan que M.F.G se recupere mientras avanza el proceso judicial. Desde el Ejército no quisieron referirse a lo ocurrido.

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