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«No es posible que el desarrollo se haga a costas del pueblo pobre de nuestro territorio», comentó el secretario general del Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente en conversación con Rayén Araya en #AquíYAhora sobre la violación del derecho al acceso al agua.
«Petorca es el epicentro nacional de la violación del derecho humano la agua y del robo del agua», así partió Rodrigo Mundaca, ingeniero agrónomo y secretario general del Movimiento de Defensa por el acceso al Agua, la Tierra y la Protección del Medio Ambiente (Modatima), la conversación con Rayén Araya en #AquíYAhora para hablar de la situación hídrica que se vive en algunas zonas del país.
El docente e investigador analizó los resultados entregados por el informe de observación a la provincia de Petorca del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH), el cual fue realizado durante el año 2017 y primer semestre del 2018.
De acuerdo a la investigación, se ratifican las conclusiones y recomendaciones que se denunciaron y concluyeron en la misión de observación del año 2014, es decir: «Priorización de la función productiva del agua, violación del derecho humano al agua, suministro de agua inferior a lo sostenido por naciones unidas, aguas contaminadas, ausencia de institucionalidad, grandes empresas apropiándose de las cajas de los ríos».
«No es posible que el desarrollo se haga a costas del pueblo pobre de nuestro territorio», sostuvo el secretario general de Modatima, para quien «no es posible que el estado haya naturalizado el suministro de agua a través de camiones aljibes».
También sostuvo que el informe apunta que quienes han estado a cargo de la administración del Estado «no han logrado asegurar las condiciones de no discriminación, de trato igualitario, del pueblo sencillo de acceder al agua».
«Chile no tiene soberanía sobre el bien más indispensable para la vida», recordó Mundaca, quien detalló que «Chile es el único país del mundo que tiene privatizada sus fuentes de agua desde la dictadura, desde el 1981, y también desde el 1997 en adelante, con los malos gobiernos de la Concertación, se inició el proceso de privatización».
Situación que es dramática al entender que «el 97% o 98% de toda la provisión de agua potable del país se encuentra en manos extranjeras, hoy el estado no es capaz de cautelar el derecho humano al agua, de cautelar el acceso al agua todos los días de la población».
Es por eso que Mundaca resume la que pasa en Chile como «una privatización de los bienes comunes que tiene un racconto histórico», ya que bajo su análisis «las bases de la desigualdad tienen que ver con la apropiación de la tierra y el agua».
Por otra parte, no pierde la fe de que esta situación logre revertirse y cambiar su curso, por lo que finalizó indicando que «la crítica sin esperanza solo genera frustración y todavía tenemos esperanza».
