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Brotes de Abya Yala: ¿Latinoamérica cuir?, voces del pasado en una lengua actual

Por: Pilar Villanueva | Publicado: 17.01.2019
Brotes de Abya Yala: ¿Latinoamérica cuir?, voces del pasado en una lengua actual 15726523_359679347731208_5263586526678602551_n | Imagen de Coordinadora Acción Gabriela Mistral
Así como Pedro Lemebel y Reinaldo Arenas, hay una serie de escritores y escritoras en nuestro territorio que enfrentaron los discursos nacionales sexistas y opresivos. Una de estas grandes voces de resistencia y transformación que no podemos dejar de nombrar es Gabriela Mistral, quien fue disruptiva en su escritura y sexualidad, muchas veces ocultada por quienes elogiaban su trabajo.

‟Me revelo tocando mi cuerpo

Siento una gran pena por mí

Yo no soy quien yo soy”.

Trópico mío, Mara Rita Villarroel

Disidencias sexuales, resistencias a lo binario, amores más allá de la heterosexualidad y la homosexualidad rígida entre hombre-hombre y mujer-mujer han existido por un largo tiempo en Abya Yala / Latinoamérica. Estas conductas, actitudes y/o comportamientos sexuales –y político sociales– que hoy nombramos con etiquetas como pansexual, demisexual, cuir, bisexual, género fluido, LGTBQ+, entre otras, han estado presente en mayor medida gracias a las voces de escritores y escritoras que han pertenecido a esta comunidad y se han encargado de visibilizarla y problematizar los discursos heteronormativos. A través del espacio que históricamente ha abierto la literatura por medio de sus múltiples géneros, la presencia de subjetividades disidentes ha forjado un discurso que cuestiona las estructuras de poder. Y es que si algo identifica a las escrituras de disidencia sexual en Abya Yala, es justamente su vínculo con las luchas sociopolíticas de la marginalidad social.

Así como hoy hablamos ampliamente de la comunidad LGTBQ+, lo cuir/queer, la liminalidad (lo que se mueve entre los límites), más una serie de otros conceptos surgidos en la academia norteamericana, es importante reconocer al menos dos aspectos básicos respecto a estos. El primero, es la relación que tienen estas categorías con el activismo social de personas ubicadas en la marginalidad y la resistencia sexual y de género en los Estados Unidos; y segundo, que al ser categorías nacidas en el Norte, explican una realidad distinta a la latinoamericana, a pesar de que usemos este lenguaje sobre realidades locales.

‘Lo cuir’ aparece en gran medida como una reacción a los estudios gay y lésbicos que se institucionalizaron en los Estados Unidos, y proponía una crítica al binarismo y la disciplina del cuerpo por la dicotomía hombre/mujer. Sin embargo, la realidad de Abya Yala no es tal, ya que los estudios sobre sexualidad e identidad de género no normativa no se llegaron a institucionalizar de esa forma, por lo que lo cuir está imbuido por otro tipo de contestaciones. Lo cuir en Abya Yala, en vez de ser una respuesta a los estudios gays y lésbicos institucionales, se constituye más bien como un fenómeno imbricado que incluye estas identidades pero que suma otras, en un contexto sociopolítico dado por demandas particulares del territorio, como por ejemplo, las dictaduras. Estos discursos de disidencia sexual e identidades alternativas retratados en la literatura, han mostrado la posición marginal de las sexualidades e identidades fuera de la heteronormatividad, a la vez que criticaron las jerarquías del Estado, ya sea de izquierda o de derecha. Un ejemplo de la emancipación y crítica a estas estructuras estatales y heteronormativos, es la escritura y vida del cubano Reinaldo Arenas, quien en sus memorias narró la opresión que vivió bajo el gobierno de Castro debido a su homosexualidad. Estuvo preso en el 1973 y fue continuamente hostigado hasta su exilio en el 1980. Tal como el autor escribió, ‟Soy una persona disidente en todos los sentidos, como aquí se dice, porque no soy religioso, soy homosexual y a la vez soy anticastrista, es decir creo que reúno todas las condiciones para que nunca se me publique un libro y para vivir al margen de toda sociedad en cualquier lugar del mundo”. Y es por esta misma razón que la única novela que el escritor publicó en su país fue Celestino antes del alba.

Asimismo, otro ejemplo para pensar la relación entre lo político-social y la literatura de disidencias dentro de Abya Yala, es nuestro mismísimo Pedro Lemebel, cuya escritura es hasta el día de hoy prohibida en varias escuelas de Chile. Lemebel escribió abiertamente sobre las locas, las travestis, sobre estos seres híbridos que habitan la calle y más de un género al mismo tiempo. Además, unió la literatura con su activismo, recitando por primera vez su Manifiesto (Hablo por mi diferencia) en una intervención política contra la dictadura militar en el 1986 en Chile. Lemebel mostró –y sigue mostrando– la homofobia y sus efectos en los cuerpos marginales, en aquellos/as que han sido rechazados y rechazadas por criticar el adoctrinamiento del cuerpo, a partir de las construcciones del hombre y la mujer.

Así como Pedro Lemebel y Reinaldo Arenas, hay una serie de escritores y escritoras en nuestro territorio que enfrentaron los discursos nacionales sexistas y opresivos. Una de estas grandes voces de resistencia y transformación que no podemos dejar de nombrar es Gabriela Mistral, quien fue disruptiva en su escritura y sexualidad, muchas veces ocultada por quienes elogiaban su trabajo. Mistral es de las primeras escritoras en hablar sobre una sexualidad fluida, de una experiencia corporal disidente, al tiempo que reconstruía los límites de la nación. A pesar de que Mistral ha sido catalogada como ‟la madre de Chile” por sus poemas sobre niños/as, religión y la nación, la escritora siempre tuvo una relación por lo menos compleja con el país. Criticó constantemente el conservadurismo, la indiferencia y el sexismo de la sociedad chilena. Fue usada como símbolo patrio durante la dictadura de Pinochet en Chile, destacando solo aquellos aspectos útiles para el régimen, como su misticismo en torno a la religión o su vocación como educadora. Sin embargo, hoy sabemos gracias a sus archivos y cartas, que Gabriela presentaba una identidad y escritura mucho más compleja que la reducida discusión sobre si era o no lesbiana. Esa pregunta que ha sido abordada por largos años me parece reduccionista, y lo cierto es que la escritora se adelantó a todas estas etiquetas que hoy tenemos para referir a la multiplicidad de formas para entender la sexualidad, el género, y la manera en que estas interactúan con lo social, y planteó esta fluidez en sus poemas.

Otro escritor que visibilizó otras identidades y cuerpos junto a una profunda crítica a las estructuras sociales, es el genialísimo José Donoso. Donoso marcó un antes y después dentro de la literatura chilena, no solo a través de sus técnicas narrativas que combinan la representación de la realidad social con una subjetividad íntima, sino que también a través de sus personajes que viven más allá del binarismo. Personajes como el Mudito en El obsceno pájaro de la noche –a quien se le mutilan sus genitales y pasa a ser una más de las señoras que habitan la casa de un latifundista–, muestran la imbricación de identidades ubicadas en los márgenes. El mudito se mimetiza con estas señoras de manera tal que se aparece la monstruosidad: el imbunche, y qué más cuir e híbrido que este personaje monstruoso que no encuentra un espacio dentro de esa enorme casa que refleja la sociedad. Cómo olvidar también a la Manuela en El lugar sin límites: una travesti que sufre las discriminaciones y la violencia de la época.

Así como estas escritoras y escritores, podría nombrar muchos más que han marcado la literatura latinoamericana, y más aún, la forma en que hemos entendido la sexualidad, el género, la raza, etc. Entre estas personas, por nombrar algunas, se encuentra el mexicano Salvador Novo, la uruguaya Cristina Peri Rossi, la autora y periodista mexicana Rosamaría Roffiel –quien escribió la primera novela lésbica mexicana: Amora–, la escritora chilena transexual Marta Rita, entre tantos/as otros/as. Todos y todas complejizaron los discursos normativos de la sexualidad y el género desde su época. Sus escrituras dialogaban continuamente con la realidad política del territorio, lo que permitió abrir la crítica y emancipación contra las opresiones del cuerpo. Es en este sentido que la particularidad de la literatura cuir o LGTBQ+ dentro de Abya Yala, es justamente el estar profundamente ligada a las demandas sociales por la libertad. Todos estos escritores y escritoras estaban doblemente conscientes de la violencia que las personas de esta comunidad presenciamos, debido a la condición sexual o identitaria, y más aún, sabían lo imbricado que esto estaba con factores de raza y clase. En otras palabras, sus escrituras habitaban ya desde ese entonces el espacio intermedio que la chicana Gloria Anzaldúa luego llamaría la identidad fronteriza o borderlands.

Pilar Villanueva