Reconocimiento facial, publicidad dirigida y otros: ¿A qué nos exponemos al jugar con el #10YearChallenge?

En los últimos días mucha gente ha decidido desempolvar su pasado y publicar fotos de hace diez años atrás junto a otra del 2019, en el marco del nuevo desafío viral de internet llamado #10YearChallenge.

Desde famosos influencers hasta nuestros mejores amigos han sido partícipes en los últimos tres días de este nuevo juego virtual que busca ver cuánto cambia una persona en 10 años y que lleva más de tres millones de publicaciones sólo en Instagram.

Pero no todo es tan inocente en Internet. Cada vez que utilizamos un hashtag en una publicación permitimos que muchos usuarios puedan llegar a nuestra publicación, nuestro perfil y así tener acceso a toda la información que tengamos pública y disponible para su difusión.

Cada nuevo post en nuestros perfiles se transforma en más información para la plataforma que alberga nuestros datos: esto le permite a Google, Facebook y demases rastrear nuestra red para recopilar grandes volúmenes de información que se utilizan para identificar mejor a los usuarios y sugerirles contenido más específico según sus intereses y reacciones virtuales, entregando así información personal, valiosa y etiquetada, lo que facilita la tarea de los rastreadores de las plataformas.

Cada búsqueda, clic, etiqueta, reacción o cada «me gusta» y «compartir» pueden ser monetizados, es por ello que el manejo de nuestra información resulta rentable para las redes sociales.

Por lo general, creemos que no es importante tener un filtro sobre lo que publicamos porque de todas formas esa información ya está disponible. Es por ello que Internet se construye y adapta cada día con base en estas interacciones que mantienen vigente a esta gran red interconectada en donde navegamos, nos comunicamos, compramos cosas y así una larga lista de actividades cotidianas que realizamos sin tener en cuenta la información que estamos dando a cambio.

Mediante el proceso de identificación facial que realizan las plataformas virtuales con nuestras fotografías, pueden ocurrir muchas cosas: desde reconocimiento facial para rastrear a niños que llevan mucho tiempo perdidos hasta publicidad dirigida, en donde luego de identificar nuestro rostro y clasificarlo según rangos etarios y características físicas se sugieren productos que podrían interesarnos.

Lo anterior es similar al momento en que utilizamos una nueva App en redes sociales aceptando la entrega de nuestros datos, fotografías e información personal a cambio de poder utilizar algún juego o test. Al aceptar este intercambio de información, entregamos nuestros datos que luego pueden ser utilizados para la fabricación de bots (programas informáticos que imitan reacciones humanas en Internet).

Entonces, no es sólo la existencia del #10YearChallenge la que nos lleva a estar más expuestos en Internet, son todas las formas en que manejamos nuestra información virtual la que nos vuelve más propensos a vivir algún robo de nuestra información o al manejo de datos personales sin nuestro pleno consentimiento.

Si quieres saber más sobre el manejo de nuestros datos en las redes sociales puedes revisar las publicaciones disponibles por la ONG Derechos Digitales.

También recomendamos «Que no quede huella» una publicación de  que habla sobre cómo funciona Internet y entrega reflexiones sobre nuestra información disponible en línea.