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Catalina Saavedra: «El exilio de mi papá me lo quitó del corazón”

Por: El Desconcierto | Publicado: 03.02.2019
Catalina Saavedra: «El exilio de mi papá me lo quitó del corazón” cata | Fotos: Andrés Nigro
Catalina Saavedra, connotada actriz chilena, se reunió con El Desconcierto a conversar sobre pasajes de su vida. Hablamos sobre su infancia, adolescencia, la ausencia de su padre exiliado, su entrada al teatro, experiencias con actores y canales de televisión. Además, indagamos en su visión sobre temas actuales y nos encontramos con interesantes soluciones que ella propone en su “país imaginario”.

INFANCIA

-¿Cómo fue tu infancia?   

Soy porteña, Playaanchina, viví hasta los catorce años en Valparaíso. Tuve una familia amorosa, disfuncional, con un padre exiliado, inexistente. Volvió quince años después. Tener la figura de un padre y después no tenerla, fue heavy.

-¿Dónde estudiaste?    

En una escuela pública hasta sexto y en un colegio particular de séptimo a cuarto medio. La vida me regaló eso: conocer la realidad pública y la privada.

-¿Cuáles eran las diferencias más marcadas?

Siempre fui de clase media, el marido de mi mamá era abogado y nuestra situación económica mejoró de a poco. Yo no pertenecía a este mundo, en la escuela tenía compañeras con realidades muy difíciles. No me costaba convivir con eso porque nadie me enseñó que las personas éramos diferentes. El colegio Winterhill (Viña) fue un aporte porque era un colegio inclusivo, avanzado para la época. Uno podía tratar de “tú” al profesor, ahí me enseñaron que el respeto era hacia las personas y no hacia el cargo.

EXILIO Y SU PADRE

-¿Qué edad tenías cuando vuelve tu papá y qué significó eso para ti?

Tenía 16 años cuando volvió de Alemania y fue rarísimo: era un padre de postales, de telegramas para el cumpleaños, sin mucha conexión telefónica. Sus postales eran hermosas, él es escritor, escribió las series “Casa de Angelis” y “Volver a mí”. Cuando volvió no sabía cómo decirle…”oye”. No tenía la costumbre de decirle papá a nadie, al marido de mi mamá le decíamos tío. Le dieron el pase pero tenía su vida en Alemania, aunque venía cada dos años algo se quebró. El exilio es muy loco, siempre he sentido que nadie ha hecho una verdadera investigación de lo que significó el exilio para mucha gente.

-¿Cómo te llevas con él?

Bien, ya está superado, nuestra relación no es de vernos tanto ni de “oh, papito corazón”. A él me lo quitaron del corazón, el exilio me lo quitó a mí y a mis hermanos. A él, el exilio le quitó a su familia. Vio mi carrera desde lejos y cuando volvió nos conectamos, es fanático mío y siempre que se inspira, me escribe cosas. “Casa de Angelis” está escrito para mí, “Fausto Sudaca” y “Mefisto” la versión mujer fue escrita para mí. Lo admiro como escritor, cuando escribe algo digo “esto va a ser de calidad”. Escribió otra serie de mujeres policías, Helga y Flora de 1930, las primeras mujeres PDI. Va a salir pronto en Canal 13.

ACTUACIÓN

-¿En qué momento aparece la actuación en tu vida?

Mi mamá nos motivaba de acuerdo a nuestros talentos e intereses. Ella es amante del arte y la cultura. Me metió a los diez años a un curso de teatro con una amiga de ella que era actriz.

PAA

-¿Qué hubieses sido si no hubieras estudiado actuación?

Me interesaba la parte de la realización o dirección. Di la prueba (PAA) y me fue H-O-R-R-I-B-L-E, saqué como cuatrocientos puntos, después la di de nuevo, me terminaba haciendo amiga de los profes particulares, era un desastre. Es una lástima que recién se esté entendiendo que hay muchas inteligencias. Antes, si te iba mal en la Prueba, eras lo peor.

ESTUDIANTE

-¿Qué te marcó en la época de estudiante?

Fui buena alumna en la escuela, sin ser súper brillante o la que hacía los mejores ejercicios, tenía habilidad social y creativa. Una de mis lucideces fue tener claro que saliendo de la escuela, era responsable de mi misma económicamente.

-¿Cómo te las arreglaste?

Súper choramente. Mi mamá me dice “Nunca te vas a morir de hambre”. Escribí chistes para Condorito, trabajé para una distribuidora de cine, en la revista cultural “Facetas”, hice clases de teatro, trabajé con el grupo “Teatro público”. Además era extra, fue genial, me pagaban dos mil pesos, a raíz de eso llegué a Canal 13. Hacía unos extras super buenos, le ponía color, actuaba aunque la cámara no estuviera prendida. Se dio cuenta el director y me siguieron llamando, me pusieron una relación con el conserje, etc. Vi que tenía mucha continuidad y dije “o me pagan más o me voy”. Me pagaron como dieciséis lucas. Hice doblaje también, trabajé en una teleserie y me salió un viaje a Barcelona.

-Siempre trabajaste en proyectos culturales…

Si, siempre me obligué a hacer cosas que estuvieran relacionadas con lo que había estudiado. Nunca vendí seguros ni fui garzona. Me las buscaba y también tuve suerte. Era una decisión y también un objetivo. En Europa trabajé para la televisión alemana, me pagaron tanta plata que me permitió quedarme tres meses más.

EXTRANJERO

-¿Qué trabajo hiciste en Alemania?

Mi papá tenía un amigo, Alejandro Quintana, otro exiliado que se dedicó al teatro, hacía películas infantiles y mi papá las escribía. Me escribió un papel y me pagaron caleta. Después volví con mi experiencia europea, era joven, libre, se me abrió el mundo. Me di cuenta que todo hacía falta acá. Quedarse significaba trabajar en cualquier cosa como una sudaca y no me gustó. Volví sabiendo que aquí faltaba mucho, aquí estaba el ingenio, nos enseñaban a hacer del tarro de leche un foco, era precario pero super bonito. Como había estado en Canal 13, les toqué la puerta.

CANAL 13

-¿Cuál fue tu primer papel en el Canal?

Brígida, de “Amor a Domicilio”, con la Myriam Palacios, era un personaje simpático. Fue muy bueno, yo era chica, estaba creciendo, aprendiendo, me gustaba, ganaba mis lucas, lo pasaba bien, no tenía un referente, excepto de las teleseries que veía cuando chica que eran bastante buenas: “La Madrastra”, “Los Títeres”, “Ángel Malo”, las brasileñas, “Los Venegas”.

-¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Myriam?

La raja, era genial, chistosa, no estaba ni ahí, echaba sus tallas, nos íbamos en auto, decía “el que tiene auto tiene que llevar al que no tiene” y siempre me llevaba a mi casa, me invitaba al Cajón del Maipo, nos hicimos amigas. Hasta que cambió el área en Canal 13 y nunca más me llamaron. Fue fuerte, así se acabaron los diez años que trabajé ahí.

-¿Qué hiciste después?

Nunca dejé de hacer teatro, había juntado plata y me compré un departamento, dije “me puedo desligar de esto”, la tele paga bien. Yo siempre fui actriz secundaria, no fui de ganar diez millones. En el 13 me contrataban por teleserie y siempre me volvían a llamar. TVN nunca me llamó y después de la película “La Nana” me llamaron, pero ya no quería aparecer. Hice “Patriarcas”, la única el 2015.

-¿Y cómo fue trabajar en TVN?

Bien, pero creo que si la mayoría de los actores fueran honestos, dirían que lo hacen por dinero. Es un gran lugar para ganar plata, los colegas son simpáticos, te llevas bien con los técnicos y las maquilladoras. Pero en términos creativos es una pasa seca. Acepté en buena onda, lo pasé bien y gané plata.

-¿No te arrepentiste?

No, pero, hay tanta cosa para hacer creativamente, incluso quedarte en tu casa bordando. Ahora, me ayudó mucho tener la casa, me dio libertad. Creo que si no tuviera nada tendría que estar en la tele. No condeno eso de mis colegas por ningún motivo, uno sabe lo que hace, la plata que quiere ganar y la vida que quiere tener.

Foto: Andrés Nigro

RESISTENCIA

-Dijiste que te habías declarado una resistente

Le puse nombre a mi parada como artista, me siento una resistente, porque sacrifico ganar dinero a cambio de aportar o sentirme útil como ciudadana. Es difícil, pero hay muchos artistas que son resistentes, se niegan a entrar en un sistema que signifique llenarse sólo los bolsillos. Yo nunca más tuve capacidad de ahorro, no tengo nada más que esto, pudiendo usufructuar de este beneficio capitalista que va de la mano. No voy a los eventos, ni a las películas que no me gustan, no voy al teatro ni al cine comercial.

-¿Y qué opinas del cine comercial, Marvel por ejemplo?

Está bien que exista, pero en su justa medida. Me encantaría decirte “hago cosas maravillosas y me pagan súper bien” pero no es así. En un Fondart de excelencia, la gente gana trescientos mil pesos al mes, esa es la realidad de los artistas, a no ser que estés auspiciado. En eso me siento resistente porque hay que resistir a la tentación del dinero por algo malo, es mala la calidad artística de los productos que generan los canales, no así las productoras. Me resisto hasta que puedo, también he aprendido a decir “nunca digas nunca”.

-¿Cuál fue la última película que te gustó?

Mercury, me fascinó, lloré, es increíble. Rami Malek lo hizo súper bien como Freddie Mercury, me encantó ver la nobleza de Queen, no sé cómo habrá sido en la realidad, pero con grupos así puedes hacer diez películas. ​​​​​Trato de ir al cine, vi Roma de Alfonso Cuarón, va a ganar el Oscar seguro.

-A propósito de premios, tú tienes dos Raqueles grandes, una es la de Adrenalina…

La Raquel de Adrenalina era un personaje secundario de comedia y podía hacer lo que quería, por eso lo pasé tan bien en Canal 13, todos mis papeles eran así. Ese era un personaje que lo único que hacía era carretear y hacer cosas tontas, no estaba ni ahí, le cargaban los cuicos. Con el Guillermo calderón lo pasamos súper, inolvidable.

-¿Es un personaje regalón?    

No, trato de defender siempre a mis personajes, finalmente es trabajo. Defiendo la dualidad de los seres humanos en los personajes, todo ser humano tiene sus lados, eso me encanta, en el momento de crear o proponer, aunque sea un personaje que juegue de malo, meto una arista buena.

GLOBOS DE ORO

-La otra Raquel es de la película La Nana, el personaje que te llevó a las premiaciones de los Globos de Oro ¿Cómo recuerdas la Alfombra Roja? ¿A quiénes viste?

Vi a varios, Robert Redford era como una vieja. Me acuerdo del tras bambalinas y de todo lo que significa un evento así. A eso me llevó Raquel, a ese mundo estelar, ver a los grossos, estar ahí, pero siempre con lejanía. A Leonardo Dicaprio lo felicité, me miró raro, quizás en que idioma le dije “hey man, congratulations” sin hablar inglés, debe haber dicho “¿esta aborigen de dónde es?”. Era gracioso, fui con Pedro Peirano y Sebastián Silva, son geniales porque tampoco están ni ahí con dárselas “de”. Peirano estaba en éxtasis viendo a todos los actores de las series que veía, fue genial vivir esa experiencia con ellos.

-¿Perdió un poco de glamour al haber estado ahí?

No, pero en esa ceremonia, de repente hicieron un minuto de silencio por Haiti, y yo decía “de que están hablando, miren el valor de sus vestidos, miren todo lo que ha generado la ambición, para tener un país rico tienes que tener necesariamente un país miserable”. Ahí dije “ya chao, salten para el lado”. Entretenido cachar pero era como un cuento, un viaje gracioso, de vestido largo, donde la carroza se iba a transformar en calabaza.

-La rompiste con ese look

Sarika Rodrik me auspició con ese vestido. Me la jugué, pero no me la jugaría nunca más. Es muy agotador, no soy así, fui la novedad y todo, pero sufriría mucho con ir a otra alfombra roja o a otro evento súper estelar, no tengo esa personalidad.

-¿Qué opinas de las alfombras rojas chilensis?

Las odio, las encuentro últimas, creo que no se deberían llamar así. Para mí la Alfombra Roja es Cannes, Hollywood, los Globos. No todo puede ser Red Carpet, pónganle otro color, otro nombre, pero esto de pasar, exhibir tu ropa y tus anillos, no puedo creerlo, sobre todo con el paso del tiempo y con la realidad del mundo. Tengo un tío al que el mundo lo enferma, lo inmoviliza y lo deprime. Espero no llegar a eso, pero creo que la gente que la está cagando y piensa que el mundo termina aquí en este cielo, si tuvieran la perspectiva del universo todo sería diferente.

-¿Por ejemplo?

Volviendo al tema de la tele y al mundo de los sueldos millonarios, no puedo creer que nadie solidarice, los rostros no dicen “estoy en desacuerdo en ganar quince millones y la señora que hace el aseo doscientos ochenta mil pesos”. Nadie hace eso porque nadie arriesga su millón.

-Boric propuso bajar la dieta parlamentaria 

Por supuesto, me parece vergonzoso porque todavía no ocurre. Es penca porque uno tiene los referentes de los países desarrollados, cuando uno viaja o se interesa por conocer el mundo, te das cuenta de lo mal que estamos, cuando ves un sistema de educación finlandés, pienso ¿por qué no se copian esos modelos?… por ambición. Yo podría vivir en mi pequeño mundo, feliz en mi metro cuadrado, hay mucha gente que vive así. Para el año nuevo cuando tiran estas “lamparitas de los deseos” como no van a cachar que se pueden transformar en un incendio, o el imbécil que chanta un edificio en Valparaíso en el cerro.

-O el mall en Chiloé

Claro, por eso me gusta Sharp, está haciendo cosas concretas en relación a esos temas: frenó el Mall Barón, controló la regulación de los edificios, está controlando el tema de la basura o Jadue también.

¿Qué te parece que Lavín se salga del esquema del político facho, se reúna con Jadue y replique la idea de viviendas sociales?

Si es en serio me parece bien, pero nadie da puntada sin hilo. Me parece súper que las buenas ideas se copien, pero no le creo mucho a las comunas esas porque tienen harta más plata que otras comunas, podrían hacer más cosas.

-El otro día dijiste que la televisión agoniza

La crisis de los canales, tiene que ver con el nuevo lenguaje de las redes, la gente está dejando de ver TV porque está muchísimo más interesante internet, las series y las web series. El destino es que se acabe la televisión abierta.

-¿No ves televisión abierta, Matinales?

Veo TV para opinar, matinales no veo ninguno, estoy haciendo una campaña para que desaparezcan.

-¿Qué pondrías en la mañana?

Programación infantil, buenos monos animados, financiaría proyectos, conquistaría a “31 Minutos” para que volviera, incluso hablaría con las “Mazapán”. Compraría programas extranjeros infantiles, le propondría hacer algo a la gente que ganó el Oscar con “Historia de un Oso”.

-¿Te encuentras crítica?

Soy opinante, critico lo que hay que criticar, pero soy súper positiva, defensora de la gente creativa que lleva a cabo sus ideas a pesar de la adversidad, por eso soy amante de la gente que hace teatro bueno, sé lo que es.

CONTINGENCIA SOCIAL

-¿Participas en las marchas pro feminismo?

Si, participo dentro de lo que puedo, soy pro marcha, encuentro que es un espacio estupendo para opinar, pero también pienso que las cosas pasan y no se solucionan, es terrible que a estas alturas todavía estemos con esos temas.

-¿Ha servido todo esto?

Si, ha cambiado un poco el paradigma, sobre todo me alegra por los niños y niñas, ellas están escuchando cosas que nosotras no escuchamos nunca. Nadie me acosó nunca porque no soy del tipo. Me han pasado más cosas en la calle que con jefes, no soy mina rica y tampoco tengo una personalidad frágil que alguien pueda pasar a llevar, tiene que ver mucho el tipo de mujer que se puede embaucar de esa manera.

-Con la lucha del aborto ¿que opinión tienes?

Me parece increíble que una Cámara de Diputados con viejos ñoños tenga que decidir sobre él.

-¿Crees que es importante ir a las marchas?  

Nunca hay que perder la esperanza, las movilizaciones masivas pueden cambiar las cosas, me encanta como son los argentinos en ese sentido, son manifestantes profesionales, pero este es un país tan pechoño que a las marchas de las mujeres y del aborto va a ir cierto tipo de gente, es un país católico, tenemos una iglesia muy poderosa.

IGLESIA

-Se vio con la última venida del papa que Chile ha perdido la fe

La perversidad de la iglesia que ha quedado en evidencia, se les han ido hartos, la gente se ha abstraído de manifestarse abiertamente a favor de los curas. Se corrió un velo muy potente, el creyente seguirá creyendo en su casa, pero no va a ir a mover la bandera tan fácilmente. Nunca le he tenido buena a la iglesia, no soy católica ni bautizada. Creo en el hombre, nunca he tenido un ídolo religioso, creo en la energía, en la naturaleza. Creo que el hombre es el único que puede hacer que las cosas sean diferentes y mejores, todavía creo en el ser humano.

-¿Tienes alguna creencia espiritual o mística?

Creo en el poder del universo, somos parte de eso: gigante, inmenso, infinito. Eso es lo que nos rige y no tenemos idea, estamos aquí jurando que somos bacanes. De repente me dan ganas de que venga un meteorito y chingue todo. No nos hemos merecido el universo como corresponde. La gente está muy dañada, enferma. Están saliendo generaciones de ignorantes abismales, porque la base está muy podrida, que es la educación.

-¿Cómo mejorarías la educación?

Pocos alumnos, profes de excelencia, investigaría sobre los tipos de inteligencia. Invitaría a los niños a aprender en la naturaleza la matemática, en entornos lindos, amables.

OBRAS DE TEATRO

-¿En qué obras estás ahora?

En mayo voy a participar “La Ciudad de la Fruta” que habla del abuso. Fue escrita por Leyla Selman, dramaturga de Concepción y dirigida por Rodrigo Pérez. Se estrenará en el Teatro de la Memoria, que se reabrió como un espacio de investigación teatral, va a acoger compañías que no tienen donde trabajar y compañías consolidadas.

-¿Cuáles son tus sueños teatrales?

Mi sueño es que las obras que tenemos montadas giren, estar un año entero dedicada a eso. Debería haber un sistema que exigiera que las obras visitaran cada región, pero hay algo que frena. No sé si es falta de recursos, los propios gobiernos regionales tienen gente que no cacha nada, llevan obras “baratieri”. Nosotros hicimos “La Viuda Apablaza”, una obra patrimonial que debería haber ido para todos lados.

PAÍS IMAGINARIO

-Este es un país creativo, en mi país imaginario me encantaría que las cosas fueran al revés, que la gente creativa tuviera tranquilidad económica para seguir creando y vivir dignamente. No solamente de la parte del teatro o el cine: artistas, escritores, pintores, músicos, ilustradores. Mucha de esa gente bacán se va y florece afuera.

-¿Qué piensas del cine chileno?

La onda del cine a propósito de Marvel, no puedo creer que no exista una pantalla para el cine nacional, que se eduque y enseñe a la gente a ver nuestro cine. Ahora voy a un Festival en Quilpué, se llama “Festival de Cine Chileno” tiene una convocatoria increíble. Ellos hacen una escuela de espectadores durante el año, le enseñan a la gente a apreciar las películas. La gente va al Festival, participan felices. No se quedan solo con la tele ni con Marvel.

Foto: Andrés Nigro

*Transcripción: Enrique Campos

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