Avisos Legales
Nacional

Las locas del 73

Por: Rodrigo Ruiz | Publicado: 22.04.2013
(Primera protesta homosexual en el Chile de la Unidad Popular)

por Víctor Hugo Robles Periodista, apóstata y activista, conocido como “El Che de los Gays”, autor de “Bandera Hueca, Historia del Movimiento Homosexual en Chile”.

  El domingo 22 de abril de 1973, unos meses antes del fatídico golpe militar, aconteció un político y simbólico hecho en la Plaza de Armas de Santiago que marcó la historia emancipada de la diversidad sexual en Chile. Ese día, enfrentando los prejuicios históricos, superando el miedo al qué dirán y eclipsando un tenso e intenso tiempo de revueltas varias, un grupo de travestis prostibulares decidió protagonizar la primera protesta homosexual en la historia nacional. La respuesta de la prensa de derecha e izquierda no se hizo esperar. “REBELIÓN HOMOSEXUAL: LOS RAROS QUIEREN CASARSE”, tituló sensacionalistamente revista VEA, mientras el popular diario Clarín, redactó incendiario: “Ostentación de sus desviaciones sexuales hicieron los maracos en la Plaza de Armas. Las yeguas sueltas, locas perdidas, ansiosas de publicidad, lanzadas de frentón, se reunieron para exigir que las autoridades les den cancha, tiro y lado para sus desviaciones. Entre otras cosas, los homosexuales quieren que se legisle para que puedan casarse y hacer las mil y una sin persecución policial. La que se armaría. Con razón un viejo propuso rociarlos con parafina y tirarles un fósforo encendido”. Hoy, transcurridos casi 40 años de ese primer grito de libertad contra la discriminación social y el abuso policial, sorprende recordar el lenguaje grosero y homofóbico que utilizó la prensa política para “informar” de la inédita manifestación homosexual criolla en los revolucionarios tiempos de Salvador Allende. Eran los contradictorios signos de la discriminación sexual, la intolerancia cultural, la desinformación periodística y el triste reflejo de la inferioridad político–social en que se encontraba un sector de la población chilena que practicaba lo que Oscar Wilde llamó en otros tiempos: “el amor que no osa decir su nombre”. La sociedad y la prensa chilena han cambiado y los movimientos de reinvindicación sexual hemos jugado un rol fundamental en esa transformación cultural, particularmente en los años 90 con la irrupción del derecho a la libertad sexual como signo de ampliación de utopías en medio de la llamada “transición pacífica a la democracia”. La sociedad de hoy no es la misma que padeció Augusto D’Halmar, Benjamín Subercaseaux, Gabriela Mistral, José Donoso y otros tantos y tantas que aún no pueden ser nombrados con fuerza y osadía. El mundo y Chile han cambiado porque homosexuales, lesbianas y trans hemos contribuido a esa política transformación, haciéndonos cada día más visibles y luchando abiertamente por nuestros derechos civiles, sexuales, políticos y culturales. Los años 70 fueron tiempos de movilización política y transformación social, pero complejos y difíciles para la diversidad sexual. No se pueden comparar épocas históricas distintas, pero está claro que lo homosexual, lésbico o trans en el Chile del ayer no era valorado en lo público–político y la prensa reflejaba ese estado militado y conservador de la sociedad chilena. En estos días, a 40 años del golpe militar que clausuró todas las militancias posibles –incluida la diversidad sexual– recordamos un año del brutal crimen del joven homosexual Daniel Zamudio Vera. Hoy, 40 años después de la primera protesta homosexual de 1973, leo la prensa y veo la TV pensando en todo lo que hemos avanzado, pero en lo mucho que nos queda por movilizar, crear y recrear en el imaginario social, periodístico, político y cultural, asumiendo e incorporando todas las disidencias sexuales posibles e imposibles que destellan en el Chile de hoy.

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