Andrés Velasco, el palo blanco por los palos verdes

Andrés Velasco fue el palo blanco del proyecto de la derecha neoliberal en las primarias de la Nueva Mayoría. Pero no digamos que eso es algo novedoso. Cumplió el mismo rol desde su flamante llegada al aparato público. Como buen alumno de Harvard, decidió desempeñarse en las Haciendas del Estado Chileno, desplegando una serie de dogmas financieros que quedarían en las memorias de una administración tecnocrática, despolitizada y completamente servil al FMI.

Velasco planteaba recién llegado desde Nueva York, que “había que guardar para las vacas flacas” en continuidad con los mantras de  Nicolás Eyzaguirre, en ese entonces director del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI. El actual Ministro de Educación, antes, cuando fue Ministro de Hacienda de la Era concesionada por Lagos, recitaba que había que “mantener un superávit fiscal del 5%”. Y Andrés, aprovechó de tomar la posta para cumplir responsablemente con los requisitos para entrar a la OCDE.

El mateísmo experto del “barón de las buenas prácticas”, nos llevó como nación responsable, a cumplir con el conducto regular del pago de nuestros “compromisos”, e incluso recurrió a la “tortura a los números” para cumplir con las estadísticas, como el 13,7% de pobreza de la Casen, que nos inscribió entre los países desarrollados del orbe. Un arribismo político que encubre la horrible división de clase cuasi feudal, a pesar de estar bajo el manto higienizado por el triunfo del No. Así en la OCDE, nos ponemos los pantalones largos del modelo y cortamos cualquier aporte solidario de becas para los ciudadanos y asesorías de países progresistas, y aceptamos por el contrario las dádivas desde USA, como los TLC, y facilidades de compras de armamento ( F-16), con jugosas comisiones por “asesorías” de lobbystas que operan mediante la plataforma del Estado chileno capitalista.

 Velasco en el periodo electoral, fue una excelente carta para el empresariado, tensionando a la “Nueva Mayoría” hacia la vieja Concertación donde el color más amarillo del arcoíris socialdemócrata fulgura. No por nada Mariana Aylwin ya comprometió su apoyo para 2017. Y eso de “socialdemocracia” es por decirlo con guante blanco. Porque en el fondo sabemos que si los concertacionistas no opusieron resistencia a competir con el esposo de Consuelo dentro de su tienda, e incluso lo tuvieron como el adalid del Estado capitalista cuando fue Ministro, es porque no son más que inquilinos de un fundo con patrones sumamente corruptos. Y ojo, que Bachelet cuando fue a África declaró admirar la administración angoleña. Eso quiere decir que el elástico lejos de cortarse, puede seguir dándole kilómetros de largo a la “vieja política”, esa misma que paradojálmente, prometió relevar el expansivo.

Este traspié que desgranó el “choclo” del clientelismo político en las fauces mismas de la democracia electoralista, es especialmente “feo” porque Penta está involucrada en fraude al Fisco según consigna una investigación que nació de una denuncia del SII por el mecanismo de Fondo de Utilidades Tributarias (FUT), que permitió a diversos contribuyentes obtener millonarias devoluciones de impuestos indebidas. Todo esto reventó cuando el hilo más fino en Penta, Hugo Bravo, delató la red de corrupción y de paso, las boletas recibidas de personas de confianza de los candidatos que se beneficiaron por los generosos aportes. De la UDI podíamos esperarlo. Pero de Velasco se hizo algo más vergonzoso de asumir.

Pero, esta historia en donde los candidatos fueron cómplices de la gran estafa amparada por el principio de subsidiariedad del Estado, en el famoso FUT que ahora entendemos porqué Velasco defendía a morir, no quita que Bachelet haya recibido platas de Matte, Luksic, Del Río, Cúneo-Solari, Angelini, Yarur, Vittorio Corbo y Felipe Lamarca, entre otros. No porque se sepa no es grave que la política esté pauteada por los dueños de Chile, que en mi opinión, es más peligrosos que ser financiados por piratas que se aprovechan en este mar de chanchullo y acomodo.

 Que la política “pública” esté financiada por la empresa “privada”, mantienen las viejas estructuras del modelo exportador primario y producen, una correlación de fuerzas que deja lejos de negociar las «reformas» con la ciudadanía. Esas “medidas” se toman con el empresariado y el clero. Con los fácticos. Porque nosotros los electores VALEMOS HONGO. Eso es lo grave. Que la política sea clientelista desde las bases mismas de su supuesta ejecución democrática.

La transparencia no es el norte, dado a que la transparencia termina siendo nada más que la obscenidad del poder. Ya ven. Velasco plantea que no es Penta quien le hizo los aportes reservados, y que su relación con ellos es de asesorías prestadas desde hace más de 3 años. Su demora por sacar una declaración que lo salvara del lodazal en el que se hundía, resultó embadurnarlo más el la inmundicia de la “transparencia”. Primero, tiene registros de los “aportes reservados” para negar a ciencia cierta que el grupo económico no hizo aportes, siendo que saberlo contravendría los estatutos de la ley de reserva. Eso sería la inequívoca evidencia de que ya no existen los políticos, sino solamente los lobbystas. En segundo lugar, admitir que fue “asesor de Penta” de todas formas lo involucra como autor intelectual de sus prácticas, a no ser que fuera muy mal asesor. Pareciera entonces que es un buen seguidor del portaliano concepto de “hecha la ley, hecha la trampa”.

Es importante entender, que para que exista un Chile nuevo, con una nueva moral, debemos ser nosotros, las verdaderas mayorías, los que empujemos las transformaciones, sin esperar líderes mesiánicos que terminan atomizando y generando barras bravas, o prefiriendo personajes unificadores para un gobierno que solapa en programas asistencialistas y rostro de mujer, el más profundo capitalismo. Debemos confiar en el viejo y nunca bien ponderado, y hasta ahora nunca aplicado, Poder Popular. Vayamos escurriéndonos. Sino, quedémonos piolitas pensando, sin ser hiperactivos por el sólo resultado de desplegar un dispositivo placebo que aumenta nuestro ego, y a lo más nos servirá para ser candidatos dentro de este mismo aparato corrupto y servil al capital.

Miremos atentos el horror del baile sin máscaras. El verdadero y más rancio rostro del colonialismo imperialista posmoderno que hace llegar a un hijo de embajador del partido radical y exiliado político a ser un palo blanco de la derecha, por lo palos verdes de este perverso modelo.

Velasco me das asco, pero no más que otros. Pero ojo,  mal de muchos, consuelo de tontos. Ya caerán todos juntos.