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Los 5 mitos impulsados por la Confepa sobre la reforma educacional

Por: Vanessa Vargas Rojas | Publicado: 28.10.2014

confepaUn doble de Willy Sabor, carteles con forzados guiños a la cultura de las redes sociales y “más de 100 mil personas marchando”, según los organizadores. La reciente marcha de la Confederación de Padres y Apoderados de Colegios Particulares Subvencionados (Confepa) fue seguida de cerca por el canal de Youtube “Qué Hacen Aquí” y evidenció las falencias tras el discurso de quienes salieron a calle a manifestar su rechazo contra la reforma educacional.

Más allá de las legítimas críticas que hoy acapara la propuesta del gobierno de Bachelet ante la crisis de la educación, es necesario reflexionar sobre el amplio nivel de desinformación de parte de quienes hoy defienden el derecho a lucrar con la educación, argumentando que, más que garantizar su acceso universal y gratuito, el Estado debe asegurar la libre elección de los padres respecto de los recintos y proyectos educativos. Elección que hoy está indiscutiblemente sujeta a los ingresos de cada familia.

Las opiniones expuestas por los manifestantes en el video, que ya supera las 50 mil visualizaciones, no son un motivo de orgullo para el movimiento estudiantil. Mientras la reforma es discutida en el Parlamento, un sector de la sociedad está siendo permeado por las amenazas, el miedo y la desinformación constante de los dirigentes de la Confepa y de los políticos de la Alianza y la Democracia Cristiana, en una campaña que ya parece tener claro su objetivo de confundir a la opinión pública. A continuación, las confusiones mejor logradas por la clase política.

 

confepa1. La amenaza a la libertad de elegir o el fin de la selección. Más de cuatro personas entrevistadas desconocían totalmente la intención de una de las iniciativas claves en la reforma educacional, al ser consultados sobre si estaban de acuerdo. “Sí, porque en los colegios particulares no se selecciona, se selecciona solamente en los particulares. Los subvencionados no seleccionan”, señalaba un desorientado adherente a la marcha, mientras que el resto ni siquiera se atrevía a opinar.

En su web, la Confepa señala que el fin a la selección pone en peligro la “libertad de elegir como padres el colegio que más nos guste para educar a nuestros hijos”. Además, aseguran que es “una aberración que se coarte nuestra libertad para entrevistarnos previamente con los directivos y profesores a los que confiaremos nuestros hijos”.

La intención de la iniciativa responder a la idea de terminar con la segregación y discriminación de algunos recintos educativos, aunque, ojo, la medida no será efectiva aún para los liceos emblemáticos. Desde la derecha, los argumentos expuestos hasta ahora más bien parecen defender la idea de que sus hijos no se “mezclen”.

 

lucro?S2. Lucro = sueldo o el fin del lucro. Ante la consulta “¿qué opina del fin del lucro en la educación?”, las respuestas eran las siguientes: “una mierda, ya no damos más” o “malo, porque nos va dejar sin trabajo” e incluso “falta lucro en la educación, para que haya una buena educación, sino, no va a surgir”.

Las impresionantes respuestas remiten al 2011, año de álgidas discusiones sobre el lucro. Los entonces dirigentes más mediáticos de la Confech, Camila Vallejo y Giorgio Jackson, daban duras discusiones en diversos debates intentando explicar en qué consistía el lucro. Lo mismo hicieron sus pares en regiones, con un discurso que volvió a ser repetido durante los años siguientes.

Sin embargo, parece que no fue suficiente. A tres años de discusión sobre el lucro en la educación, todavía existe un importante grupo de personas que sigue confundiendo el lucro con la remuneración del trabajo. “El lucro hace la excelencia, lo demás pura inocencia”, repetía un señor, asegurando que el lucro es el beneficio económico obtenido a cambio de una acción. “Cuando un profesor hace clases, lucra por ello”, argumentaba convencido.

«Deberían pensar primero en mejorarles los sueldos a los sostenedores para ver si la educación puede ser de calidad”, opinó otro de los manifestantes de la Confepa.

Peor aún, la desinformación es potenciada por parlamentarios de la derecha como Ena von Baer, doctora en ciencia política, quienes insisten en confundir el lucro obtenido en base a la educación con los sueldos “justos” de los sostenedores. Lo anterior evidencia una clara campaña de confusión de la opinión pública orquestada desde la derecha.

“Si queremos una educación buena, a los sueldos que tienen los sostenedores, qué van a hacer con esos sueldos. Deberían pensar primero en mejorarles los sueldos a los sostenedores para ver si la educación puede ser de calidad”, opinó otro de los manifestantes de la Confepa.

En lo concreto, el lucro se refiere al retiro de utilidades de una empresa, mientras que el sueldo consiste estrictamente en la remuneración obtenida por un trabajador. En el caso de la educación, el lucro es ilegal y la reforma contempla la prohibición de retirar dichas utilidades de los colegios sin que sean reinvertidas en el proyecto educativo.

 

allendeconfepa3. La educación como derecho… a elegir o la educación como derecho. En la manifestación, fue posible distinguir a jóvenes de polera naranja de posible militancia gremialista. Uno de ellos reiteró la idea fuerza de la movilización que los convocó: “La educación, mas que un negocio, debe ser un derecho, donde las personas tengan el derecho a elegir dónde pueden meter a sus hijos”.

Usted, no lo diga. La educación se ha considerado universalmente como un derecho social y, en Chile, la constitución obliga al Estado a garantizar su acceso a todos sus habitantes. Sin embargo, en nuestro país, el acceso a la educación en sus distintos niveles se relaciona directamente con los ingresos familiares y esto no permite, en la práctica, ninguna elección de proyecto educativo posible para quienes se encuentran más desamparados. Por otro lado, la decisión sobre en qué colegio ubicar a los niños sigue siendo de los padres.

 

4. Van a cerrar muchos colegios o la tenaz resistencia de los sostenedores a no lucrar. Para la mayoría de los adherentes a las demandas de la Confepa, lo que el gobierno planea es eliminar todas las escuelas particulares subvencionadas. En la movilización del pasado sábado, un señor afirmó que “el grueso de los sostenedores no (están ahí) por negocio, es gente que está por vocación. Habrá tres o cuatro que serán por negocio”.

“El grueso de los sostenedores no (están ahí) por negocio, es gente que está por vocación. Habrá tres o cuatro que serán por negocio”.

Lo cierto es que, quienes amenazan con el cierre de colegios, tienen claros fines lucrativos que hoy son frustrados por la reforma. En específico, los colegios particulares, cuyas fundaciones pasarán a ser sin fines de lucro, seguirán obteniendo su remuneración correspondiente al trabajo de los sostenedores, pero ahora se les exigirá que la totalidad de las utilidades del colegio sean reinvertidas y no restadas para beneficio personal.

Por ende, los sostenedores de colegios que amenazan a la comunidad educativa con el cierre, están, en realidad, defendiendo sus intereses económicos y, en lo concreto, su derecho a lucrar con la educación. En 2013, según las cifras, siete grupos sostenedores recibieron 62 mil millones de pesos en subvenciones.

 

confepa-fachos5. Queremos pagar aunque la educación sea gratis o el fin al copago. El término del financiamiento compartido pretende aumentar los aportes que el Estado entrega a los colegios –gratuitos y sin fines de lucro- para disminuir gradualmente el gasto que los padres deben hacer por la educación de sus hijos.

En la marcha de la Confepa, algunos de sus adherentes aseguraron que están dispuestos a pagar por la educación aunque ésta sea gratuita. La misma presidenta de la Confepa es defensora del copago, aunque declaró que sus hijos están becados porque no puede pagar. Un inentendible discurso en un país como Chile, que pone en juego precisamente los valores que la derecha ha defendido durante su trayectoria política: la meritocracia, el esfuerzo personal y ante, todo, la visión minoritaria ante las demandas propuestas por la mayoría. Una apuesta política de desinformación que parece tener por último objetivo, como en tantas otras ocasiones, una mejor educación para un país que suma ya varios años exigiéndolo a sus autoridades.

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